Capítulo 24

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Charlotte Harrison

Han pasado dos días después del viernes, y de Leister no he sabido absolutamente nada. Solo viene a mi mente el vago recuerdo de sus labios en mi coronilla durante la madrugada de aquel día despidiéndose de mi.

Suelto un bufido, recargo mi espalda a la silla y cierro los ojos. Es lunes, tengo demasiado trabajo que no me doy abasto con la montaña de papeles que yacen sobre mi escritorio, revisar los manuales técnicos de un sistema a detalle puede llegar a ser exasperante, en ocasiones siento que parezco una maestra revisando la tarea de sus alumnos, aunque en este caso alumnos de mente avanzada.

Segundos después tocan a la puerta interrumpiendo mis cinco minutos de paz.

—Adelante —respondo.

—Buenos días Harrison —saluda Osuna adentrándose a la oficina con su característico pelo medio ondulado y rubio —, ¿estás ocupada? —pregunta.

¿Ocupada para el jefe? Lo dudo.

—¿Para el jefe? No creo —respondo enarcando una ceja y acomodándome en el asiento.

—Bien, porque... quisiera pedirte un favor, si no es mucha la molestia.

—Claro, ¿qué sucede? —prosigo.

—Bien, bueno... sé que Nay y tu son mejores amigas —dice, sentándose en la silla frente a mi escritorio —, y... bueno la cosa es que... —hace un gesto raro. Vuelvo a enarcar la ceja incitandolo a que siga hablando.

—Y... —trato de animarlo.

—¡Le pediré matrimonio!

La emoción me invade, sonrío ampliamente con emoción al verlo sonrojarse por la manera en la que me lo dice. Me pongo de pie, rodeo el escritorio y lo felicito.

—Por Dios, tengo que ver la reacción de Nay y...

—No, no puede saberlo todavía —me interrumpe, volviendo a tomar asiento —. Quiero que la distraigas el día de su cumpleaños.

—Su cumpleaños es a mitad de semana —digo.

—Lo sé, ese día no vendrán ninguna de las dos —dice, y yo asiento.

—¿Y que tiene pensado hacer? —pregunto.

Suspira, tamborileando los dedos en su barbilla. No tiene mi idea, y a eso ha venido, a que le ideas supongo.

—Podría llevarla a algún spa, que le hagan la manicura y...

—Quiere vestirse de rojo —vuelve a interrumpirme —, ya tengo un vestido en color rojo que sé le fascinara, tu... solo te encargaras de pasearla durante el día y llevarla después a donde te diga al final del día, ¿vale?

Vuelvo a sonreír poniendo atención y escuchando lo que Derek tiene pensado hacer. Me platica toda la idea que tiene para pedirle matrimonio a Nay, desde el lugar hasta los fuegos artificiales que tanto le gustan a mi amiga. Siento una presión en el pecho al recordar a Oliver y su propuesta sencilla de matrimonio.

Minutos más tarde se retira agradeciendome. Nay cumple años en una semana, por lo cual no será problema distraerla durante el día ya que solemos pasarla juntas. Ventajas de ser amiga de la novia del jefe.

El día lo paso de patas arriba, hay trabajo, algo que me agrada ya que el día se pasa volando. Para cuando se llega la tarde me encamino a la oficina de Julián que antes era la mía. Toco dos veces antes de escuchar el aclamado "adelante". Abro la puerta, me adentro a su espacio de trabajo y por la cara que tiene se que son malas noticias.

PERVERSOS 2° ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora