Capítulo 34

621 47 14
                                    

"La Gala - Parte II"

Farid Leister

El suelo se mueve, las luces se apagan y encienden a cada minuto que pasa y comienza la canción que conozco perfectamente bien. Estoy ebrio y no se que carajos estoy haciendo sentado en un sofá color rojo en un bar que ni siquiera conozco y que Declan me ha arrastrado hasta aquí.

—¡Ven hermano! Vamos a bailar —exclama Declan tomándome del antebrazo.

De un manotazo me suelto, estoy mal, me encuentro mal y las luces del lugar no ayudan a que me sienta mejor. Declan me manda a la mierda y yo siento mi cuerpo mucho más ligero cuando bebo y fumo. Si, estoy completamente ebrio.

Volteo a todos lados buscando a mi escolta que no deja de seguirme y olerme el culo a todo momento. Me levanto del sofá y vuelve a seguirme, eso provoca que me den agruras y quiera escapar de la seguridad cuando mi padre nos ponía escoltas a mi a Brandon.

La canción sigue, a mi esa jodida canción solo me recuerda a Charlotte entrando del brazo de su ex marido. Ardo y mi cuerpo hierve de celos al imaginarme las manos de ese imbécil en el cuerpo que he tocado tantas veces. Trago duro, la furia me gana y aviento una botella al suelo sin importarme que Declan se me quede mirando como si tuviera payasitos en la cara.

—¡¿Qué te pasa?! —espeta mi amigo —, ven vayámonos de aquí.

Está igual de ebrio que yo, me sostiene pasándome un brazo sobre sus hombros y comienzo a reirme como estupido.

—Vayamos por unas mujerzuelas —digo recordando la escena de una película cuando dicen eso.

Declan comienza a reírse y asiente.

—Vayamos por Ivana —responde riéndose empinándose una botella de tequila.

Comienzo a reírme. Caminamos entre el gentío y me voy directo a la pista cuando cambian la canción, Declan me sigue y a pesar de sentir que parezco un imbécil lo dejo pasar. Me muevo sin ganas, y lo siguiente que hago es caminar hasta la barra pidiendole al barman una botella de whisky. Éste la deja sobre la mesa y volteo el banco hacia la pista donde Declan se encuentra bailando reggaeton con una mujer que ni conozco. Muevo los hombros imitando su baile y comienzo a reirme como estupido. Estoy ebrio, y comienzo a marcar descontrolado el numero de Ivana para que me de algo de sexo. No responde, cuelgo y vuelvo a meter el móvil al bolsillo de mis pantalones. Ya no voy de traje, y ni siquiera recuerdo en qué momento me cambié de ropa cuando finalizó el evento.

—Hola cariño, ¿Estas solo? —pregunta una rubia posandose a mi lado acariciandome el bulto.

Volteo hacia ella y respondo.

—Tal vez.

—Juguemos un rato... —me provoca besándome el cuello.

Cierro los ojos, el mareo aumenta y el hedor a whisky comienza a ser sustituido por el sabor a cerezas de la mujer cuando me besa.

—Mi nombre es...

—Shhh... no quiero saberlo —respondo comiéndole los labios.

El pantalón comienza a estorbarme. El bulto me crece y la mujer comienza a acariciarlo sobre la tela. Pero la detengo, estas malditas ganas no las quiero saciar con ella. Las quiero saciar con la mujer de ojos claros.

—¿Qué sucede? ¿No quieres? —pregunta con la voz agitada.

—De ti no —respondo.

Me levanto del banco y salgo por una de las salidas de emergencia, con el escolta siguiéndome. Declan hace lo mismo cuando ve que me voy del lugar.

PERVERSOS 2° ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora