Capítulo 2

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Aida bajo del carruaje y miro el hermoso palacio, no era igual a Topkapi pero sería suficiente para todas las concubinas que iban al harén

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Aida bajo del carruaje y miro el hermoso palacio, no era igual a Topkapi pero sería suficiente para todas las concubinas que iban al harén.

Selim bajo de su caballo e ignoro a todas para ir directo a sus aposentos, Bahar siguió a kanfeda kalfa la cual sería la encargada del nuevo harén, Kanfeda tenía órdenes de preparar a la hermosa joven para llevarla a la cama del segundo Sehzade de la haseki.

—Acomoden sus cosas, una vez terminen lleven a Bahar al hamman y preparenla -dijo al finalizar y salió, todas vieron con atención a la joven y cerraron sus ojos juzgando la.


Una vez las concubinas terminaron de arreglar sus camas, un grupo de no mas de cinco mujeres llevaron a la pelinegra al hamman en dónde Bahar fue bañada y depilada.

Un hermoso vestido rojo se reposó en su blanquecina piel y maquillaron sus ojos con un poco de Khol para profundizar su mirada de leona y finalmente colocaron perfumes y hermosa joyería en su cuerpo.

—Esta de más decirte todo Bahar, nuestra sultana te entreno bien, no falles.

Bahar asintió y paso sus sudorosas manos por su vestido, su rostro tomó un tono rojizo al escuchar las indicaciones del eunuco y finalmente se situó enfrente de la puerta de los aposentos de Selim.

Sin esperar más ingreso luego de segundos y a como le habían indicado se arrodillo para esperar a que Selim le tocara el rostro para levantarse.

Bahar sintió el leve olor al vino y las manos temblorosas de Selim la tomaron del rostro con cuidado.

Bahar sintió el leve olor al vino y las manos temblorosas de Selim la tomaron del rostro con cuidado

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—Mi madre se esmero mucho  -dijo el şehzade y Bahar se acerco más a el pata besarlo.

Selim paso sus manos por su espalda y bajo el cierre del hermoso vestido, admiro el cuerpo desnudo de Bahar y finalmente la llevo a la cama para pasar a besar su cuerpo sin dudar.

Bahar soltó leves gemidos una vez el rostro de Selim se situó en medio de sus piernas y gimió más fuerte al sentir su lengua tocar su intimidad sin pudor alguno.

Los genidos de Bahar aumentaron al sentir cada lamida que le daba Selim y sin esperar más llego al clímax causando un gemido más fuerte.

—Bien echo -dijo el hombre desnudandose, Bahar abrió sus ojos sorprendida al ver el cuerpo del mayor y sin pensarlo se acercó a acariciar el miembro erecto del príncipe. —Eres traviesa.

𝑴𝑨𝑮𝑵𝑰𝑭𝑰𝑪𝑨| 𝑺𝑬𝑳𝑰𝑴 𝑰𝑰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora