Capítulo 3

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Dicen que los días en soledad son los peores, eso lo sabía Selimeye, Güven ahora tenía otras tareas que hacer y pasaba poco tiempo con Selimeye, mientras tanto Selim pasaba con su harén

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Dicen que los días en soledad son los peores, eso lo sabía Selimeye, Güven ahora tenía otras tareas que hacer y pasaba poco tiempo con Selimeye, mientras tanto Selim pasaba con su harén.

—Comienzo a sospechar que solo fui la mujer de una noche -susurro mirando su reflejo en el espejo.

Era cierto, era demasiado joven y su cuerpo poco a poco comenzaba a desarrollar y eso era una desventaja en el harén, la mayoría de mujeres cursaba más de los quince años y a Selim le gustaban voluptuosas.

—No estés triste -dijo una segunda voz, Selimeye miro hacia la puerta y vio a su amiga Güven entrar —Kanfeda hatun te enviará esta noche -Selimeye sonrió con alegría y se dirigió a buscar su mejor vestido.

—Gracias a allah, tratare de dar lo mejor de mi - Güven asintió y la ayudó a arreglarse.













—Gracias a allah, tratare de dar lo mejor de mi - Güven asintió y la ayudó a arreglarse

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Al llegar a los aposentos de Selim este la espero con los brazos abiertos, la beso como nunca y luego la llevo a su cama para continuar con las caricias

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Al llegar a los aposentos de Selim este la espero con los brazos abiertos, la beso como nunca y luego la llevo a su cama para continuar con las caricias.

—¿Te dejarías hacer de todo? - Selimeye asintió.

—Todo lo que usted desee príncipe, soy suya - Selim asintió y el aliento a vino choco nuevamente con sus labios, Selimeye unió sus labios en un beso y la ropa comenzó a faltar poco a poco.













El tiempo en Konya pasaba lentamente para cada mujer en el harén, Selimeye acompaño a Selim a Topkapi al funeral de su hermano mayor Mehmed, ella había conocido al şehzade cuando servía a su ama y sabía que era un alma noble, lamentaba aquello con...

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El tiempo en Konya pasaba lentamente para cada mujer en el harén, Selimeye acompaño a Selim a Topkapi al funeral de su hermano mayor Mehmed, ella había conocido al şehzade cuando servía a su ama y sabía que era un alma noble, lamentaba aquello con todo su corazón.

—¿Estas lista? -dijo Selim, Selimeye asintió, apesar de llevar meses con Selim no tenía noticias de quedar embarazada y Kanfeda enviaba a varias mujeres pero igualmente ninguna estaba encinta.

—Si Şehzade  -  ella subió al carruaje junto a sus criadas y el largo camino se dio.

Sabía que Hürrem la regañaria por aquello pero no era algo que estaba en sus manos, ella era su única favorita que aún seguía yendo a su cama y eso era lo único que podía hacer

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Sabía que Hürrem la regañaria por aquello pero no era algo que estaba en sus manos, ella era su única favorita que aún seguía yendo a su cama y eso era lo único que podía hacer.

—No puedo llamarlo amor aun  -dijo para ella misma y miro la ventana.

Al llegar a Topkapi el ambiente triste se dejó ver, el silencio reinaba por sobre todas las cosas y un pequeño llanto se escuchaba al fondo, podía asegurar que aquel llanto era de la haseki y no se imaginaba cuanto dolor sentía en aquel momento.

—Deberías de ir con mi madre -dijo Selim  — iré a ver a mis hermanos, trata de consolarla - Selimeye  asintió y se encaminó hacia los aposentos de la sultana, al entrar la pudo ver sentada en su diván con la mirada perdida, aquello se sintió tan similar, seguro eso sintió su madre madre fue secuestrada.

—Sultana -dijo Selimeye besando su mano, le tendió un pañuelo que ella misma había bordado y se sentó a su lado — todo lo que diga queda en nada, no he sentido su dolor por lo que no puedo entender lo que siente y no quiero ser hipócrita, solo me ...

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—Sultana -dijo Selimeye besando su mano, le tendió un pañuelo que ella misma había bordado y se sentó a su lado — todo lo que diga queda en nada, no he sentido su dolor por lo que no puedo entender lo que siente y no quiero ser hipócrita, solo me queda estar a su lado y apoyarla en todo, ser su paño y su sosten mi sultana.

—Gracias  Selimeye -dijo Hürrem limpiando su rostro y tomó sus manos — pase lo que pase, no dejes a Selim solo nunca, el es el mayor ahora, cuídalo con tu vida.

—Lo prometo mi sultana, mi vida es suya  -dijo acariciando la palma de su mano.

El funeral se llevó acabo días después, el ambiente de tristeza hizo llorar a Selimeye, aquel dolor no era nada comparado al dolor que sentía su madre y hermana, pero ella lo sentio casi real, no imaginaba a su madre en aquella situación pero era seguro que ya lo había vivido.

Aun escuchaba sus gritos cuando los tartaros la llevaban en brazos, aún podía ver sus gruesas lagrimas correr por su rostro.

—Allah les de consuelo -susurro muy bajo.

—Allah les de consuelo -susurro muy bajo

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𝑴𝑨𝑮𝑵𝑰𝑭𝑰𝑪𝑨| 𝑺𝑬𝑳𝑰𝑴 𝑰𝑰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora