Capítulo 39.

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Selimeye observaba su reflejo en el espejo, la haseki le había ordenado que se preparase para una fiesta en su honor, el castigo para Tülay y Zeynep se realizaria una vez llegarán a Manisa por lo cual las dejaría disfrutar su libertad

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Selimeye observaba su reflejo en el
espejo, la haseki le había ordenado que se preparase para una fiesta en su honor, el castigo para Tülay y Zeynep se realizaria una vez llegarán a Manisa por lo cual las dejaría disfrutar su libertad.

—Solo espero que Nurbanu me deje en paz por un tiempo.

—Hasta ahora ha estado quieta  - Lalezar le colocó su corona.

—Si, eso me asusta, debe de tramar algo, pero por ahora debo de pensar en que hacer con Tülay y Zeynep.

—No, por ahora debe de descansar, ha pasado por mucho -Selimeye asintió.

Lalezar termino de prepar la y Selimeye salio directo al harén, ahí la esperaban Hürrem y Mihrimah y cerca de ellas estaban Nurbanu, Dilara, Zeynep y Tülay.

—Te vez radiante Selimeye, Selim te espera en el jardín  - Mihrimah hablo con tranquilidad, Selimeye le miro raro pero asintió para luego salir hacia el jardín.

Al salir encontró a Selim el cual la tomó de la mano y la llevó hasta un hermoso rosal.

—Se que no te he demostrado lo suficiente mi amor -tomó sus manos —te he fallado innumerables veces, te hice llorar y te hice a un lado, no tengo perdón  -ella le miro fijamente —por que te amo y por qué deseo asegurar tu futuro y el de mis hijos ...

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—Se que no te he demostrado lo suficiente mi amor -tomó sus manos —te he fallado innumerables veces, te hice llorar y te hice a un lado, no tengo perdón  -ella le miro fijamente —por que te amo y por qué deseo asegurar tu futuro y el de mis hijos haré esto - Selimeye no entendió a que se refería  —Gracias a allah y a mi padre hoy te co vertiras en mi esposa legalmente, la única haseki de un príncipe, la primera conocida y la segunda mujer con más poder luego de mi madre -los ojos de Selimeye se cristalizaron unas voces al fondo dieron fe de que aquello estaba sucediendo.

Selim beso la frente de Selimeye y recibió una caja que un agha le tendió, al abrirlo dos hermosos pendientes verdes relucieron, si los ponías junto al anillo de la haseki Hürrem hacían juego.

—Allah es testigo que hoy nuestro amor se ha hecho realidad Selimeye -la joven sonrió con ojos llorosos y lo beso.

Selimeye y Selim regresaron al harén con las manos juntas.

Selimeye y Selim regresaron al harén con las manos juntas

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𝑴𝑨𝑮𝑵𝑰𝑭𝑰𝑪𝑨| 𝑺𝑬𝑳𝑰𝑴 𝑰𝑰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora