Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no son míos, son propiedad de J.K. Rowling. La historia tampoco me pertenece, es de Inadaze22.
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Capítulo dieciséis: El fin de una creencia
Primera parte: Skeeter
Cuando Hermione se acercó a su mesa en el pintoresco café muggle durante su pausa para comer a las once en punto, inmediatamente vio a Rita Skeeter sentada en la mesa con Narcissa Malfoy, bebiendo té y llevándose un bollo a sus labios rojos brillantes.
Su primer pensamiento fue muy deprimente.
«—Este no es mi día.»
De hecho, quería llorar por la injusticia.
Era como si el cosmos se estuviera divirtiendo a costa suya.
Después de regresar de sus vacaciones en París la noche anterior, se metió a la cama para dormir, bueno, en realidad solo para dar vueltas y vueltas durante la mayor parte de la noche. Finalmente, a las cuatro, abandonó por completo la idea de descansar en la cama y se paseó sobre su pequeña alfombra azul hasta que se quedó dormida en el sofá una hora después. Soñó con su pequeño hijo y fue el mejor sueño que había tenido en mucho tiempo.
Hermione se sobresaltó de su siesta cuando escucho una voz pequeña y tímida.
—¿Mami? — susurró.
No había planeado cerrar los ojos, pero no había dormido en más de dos días. Matthew se había sometido a una desagradable ronda de radioterapia y ella se había pasado toda la noche vigilándolo mientras daba vueltas en la cama. Luego, había ido a trabajar durante todo el día, mientras que la niñera pasaba el día con él mientras Matthew dormía o vomitaba incontrolablemente. En lugar de volver a casa y descansar, Hermione se encontró con un frustrado niño de casi cuatro años que quería jugar, pero estaba demasiado fatigado para moverse. La niñera se marchaba esa noche para salir de la ciudad para una boda, así que no había posibilidad de dormir, al menos hasta que él estuviera mejor.
No supo cuando cabeceó, pero se levantó del sofá en el instante en que escuchó la voz de Matthew.
—Sí, cariño —susurró Hermione, sin molestarse en ocultar su extremo agotamiento—. ¿Te sientes bien?
El pequeño Matthew asintió y sonrió.
—Todo bien —sus ojos brillaron y preguntó en tono esperanzado—. Tiempo de histodia... ¿Favor?
Siempre un niño educado, Hermione sonrió con satisfacción; ella le había enseñado bien.
A pesar de que quería meterse en la cama y dormir hasta el mediodía, sabía que no podía. Eran las siete y media, la hora de dormir de Matthew. Le encantaba acostarse temprano los viernes. Había una rutina, se cepillaba los dientes, se lavaba el rostro, se ponía su pijama favorito e iba donde ella. Siempre estaba tan ansioso por escuchar un cuento antes de dormir. Hermione siempre le leía historias, pero los viernes, las contaba con abundantes efectos de sonido. A veces inventaba los cuentos, a veces eran historias sobre partidos de Quidditch llenos de acción en Hogwarts, pero a veces dejaba que él le contara las historias que quería escuchar.
—Uh-huh —le dedicó una sonrisa irónica—. Vamos a mi cama.
Matthew soltó un chillido y entró en su habitación, Hermione estaba pisándole los talones. Se acomodaron bajo las mantas después de una ronda de cosquillas y él se acurrucó contra ella como si todo estuviera bien en su pequeño mundo.
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Desgarrada
FanfictionSintió algo parecido a la lástima por la mujer frente a él. Si bien eso lo perturbaba muchísimo, lo que realmente le disgustaba era el hecho de que algo había roto el espíritu de Hermione Granger más allá de la reparación.