Disclaimer: Los personajes de Harry Potter son propiedad de J.K. Rowling. La historia es de Inadaze22.
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Capítulo veinte: Di cualquier cosa
Primera parte: El Dios de la sanación
6 de febrero
Por segunda vez en la semana, Draco se preguntó en voz baja por qué había dado su consentimiento a la propuesta de Pansy. Y después de mucha deliberación, todavía no encontraba una respuesta que no hiciera que su ceño se hiciera profundamente.
Suspirando, miró la caja marrón sobre la mesa de café en su sala de estar.
El regalo de Granger.
No podía reclamar la idea porque en gran parte fue de su madre y ella no podría asistir porque estaba visitando a su padre. Aun así, ella le había implantado la idea en la cabeza dos días antes, cuando le había dicho que le comprara algo que necesitara; algo que desviara su atención de las pérdidas. Y ayer, después de buscar durante toda la tarde, esta caja, o, mejor dicho, su contenido, era lo que había encontrado. La caja no era muy ancha y tampoco muy profunda; tenía orificios para agarrarla a ambos lados y una tapa que se ajustaba perfectamente. Draco no se había molestado en decorarla.
Después de todo, solo era una inútil caja que no importaba en el gran esquema de las cosas.
Sin embargo, la tomó, agarró un poco de polvos flú y fue a la pequeña casa del lago de Granger.
Llegó cuarenta y cinco minutos tarde.
Draco salió de la chimenea de Granger y fue recibido por los sonidos de la música que salía de la máquina de discos que él había llevado al piso de abajo, según su petición la última vez que había estado allí. Supuso que el volumen de la música era la única razón por la que había podido entrar a la habitación sin que lo notaran. Draco miró la máquina. Fue limpiada, pulida y colocada contra una pared junto a la chimenea de su pintoresca y sencilla sala de estar.
Pansy y Blaise, estaban vestidos con atuendos muggles, estaban al lado de la máquina; el primero escuchaba al segundo mientras explicaba cómo funcionaba. Luego guio su mano mientras pulsaba un par de números, y la canción cambió. Emocionada consigo misma, Pansy soltó un pequeño grito de alegría y envolvió sus brazos alrededor de Blaise para abrazarlo.
Pansy sonreía, se reía más y lloraba menos. Le estaba yendo bien en la terapia y progresaba a una velocidad increíble. Es cierto que aún dormía con las luces encendidas, pero una mejora era una mejora y Blaise era el rey de la paciencia. Él era realmente bueno para ella, eso era algo que siempre supo. Draco no estaba seguro si quería lo que ellos tenían, aunque la idea le era un poco atractiva y algo no tan imposible como había pensado anteriormente.
Claramente, había alguien para él.
Con cuidado dejó la caja en la mesa de Granger y tomó asiento en el sofá, mirando a su alrededor con el ceño fruncido. Su sala de estar era tan aburrida que le molestaba. No había plantas, ni cuadros, ni adornos, ni fotografías, nada ... Solo un sofá grande y uno más pequeño, dos estanterías que prácticamente vomitaban libros, dos mesitas con más libros, una mesa de café con algunos libros, paredes, la apática alfombra azul que había que tirar y la maldita máquina de discos.
Toda su casa era bastante sencilla.
Vivía como alguien que huía, cosas que cubrían lo esencial y básico. No es que no tuviera ningún objeto decorativo. Los había visto. Había visto los cuadros, las fotos, las alfombras bonitas y todo lo demás cuando fue al ático. Tenía cosas muy bonitas, pero ¿por qué no las quería poner en la casa?
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Desgarrada
FanfictionSintió algo parecido a la lástima por la mujer frente a él. Si bien eso lo perturbaba muchísimo, lo que realmente le disgustaba era el hecho de que algo había roto el espíritu de Hermione Granger más allá de la reparación.