No existían palabras que pudiesen ser pronunciadas ante esa confesión.
Cuando se alejó de Mo Ran, sufrió en secreto cada día al punto en el que su corazón parecía haberse vuelto una piedra, porque era mucho más sensible de lo que demostraba.
Le dolió, más había sido una decisión propia, así que de algún modo estaba preparado para ello.
No obstante, que Mo Ran fuese el que decidía alejarse de él era diferente. Aunque quería ser igual de determinado que el más alto cuando dejaron de hablar hace tres años, sabía que no podía ser igual de paciente, ni de fuerte.
Porque podría tener de armadura en su corazón un tapiz de piedra, cuando en realidad ese tapiz solo es un dibujo de piedra en algo tan delicado como el papel.
Chu Wanning sentía. Y mucho.
Por esa razón, le dolió mucho el corazón escuchar las quejas de Mo Ran, escucharlo decir lo decepcionado y cansado que estaba de él, ya ni siquiera tenía el valor para intentar arreglar las cosas con el chico frente a él porque en su mente, no se lo merecía.
Sus ojos se colorearon de rojo, sentía que en cualquier momento podría echarse a llorar, así que bajó un poco la cabeza parpadeando rápidamente en un intento por retener las lágrimas.
—Yo... Realmente no fue mi intención hacerte sentir desplazado, y, confío en ti, y te creo, así que... —volvió a quedarse sin habla, más en esa ocasión fue porque sentía un nudo en la garganta, estaba seguro de que fácilmente podría ponerse a llorar, así que carraspeó volviendo a parpadear varias veces, negando con la cabeza—. Creo que te mereces una disculpa por mi actitud, y... Te agradezco tu tiempo invertido en ayudarme, escucharme, cocinarme...
A medida que iba hablando, su voz se volvía cada vez más bajita, por miedo a romper en llanto. Al final solo bajó la mirada y caminó hacia la salida sin siquiera tener la intención de despedirse, no aguantaba el profundo apretón en su pecho en ese momento, y si iban a dejar de hablar, no había necesidad de despedirse.
Antes de poder huir, Mo Ran tomó su brazo, observando a su contrario con preocupación. Había notado la debilidad de Chu Wanning en ese momento, así que sin poder soportarlo, simplemente lo atrajo a sus brazos sintiéndose arrepentido de haber actuado tan molesto con esta persona tan frágil.
—Oye, yo... No estoy tan molesto, no estoy tan molesto, no estés así, no llores —pidió en un intento por persuadirlo, en especial cuando sintió cómo su contrario movía con brusquedad uno de sus brazos, lo que le hizo pensar que quizá se había soltado a llorar. En seguida lo apretó un poco más hacia su pecho, sintiendo al final cómo el cuerpo del más bajo temblaba levemente.
Se quedaron en silencio un largo momento abrazándose de ese modo hasta que paulatinamente, Chu Wanning dejó de moverse en un intento por reprimir su situación vergonzosa.
Mo Ran sabía bien que esta persona era orgullosa y detestaba mostrarse débil ante los demás, por lo que no mencionó nada cuando observó los ojos rojos y la nariz un poco irritada de Chu Wanning, quien ahora lo miraba con el ceño fruncido.
—Tú... ¿No estás molesto conmigo? —pidió saber. Aunque parecía molesto, en realidad solo estaba confundido, e intentando esconder los rezagos del momento de debilidad que tuvo.
—Sí lo estoy —admitió—, pero no quiero dejar de hablarte.
El ceño fruncido de Chu Wanning se intensificó tras escuchar al perro tonto, pero tampoco podía culparlo porque sabía que había actuado mal al mentirle sobre su cumpleaños.
—Pero quería que entendieras de una vez por todas que tú eres mi persona más especial.
Ante ese comentario, inevitablemente los mofletes del más bajo se colorearon de un tierno rosado, mientras que parecía que en cualquier momento podría golpear a Mo Ran por sus palabras como si no se hubiese conmovido en realidad.
—Lamento haberte hecho sentir triste —ofreció Mo Ran—. Mira, en realidad también quise alejarme un poco de ti por otra razón...
Por la mente de Chu Wanning pasó la imagen del tierno, hermoso y gentil Shi Mei saliendo con el amor de su vida.
—Pero te lo diré en una ocasión más apropiada... ¿Estamos bien? —quiso saber cambiando de tema.
Chu Wanning no supo qué responder. Por su parte, aunque lo había engañado haciéndolo pensar que no quería saber nada más de sí mismo, y eso lo había lastimado, en realidad también tenía en cuenta que Mo Ran sí se había sentido mal el día en el que cumplió años.
—Sí.
Mo Ran sonrió complacido por esa respuesta, aunque no era esa usual sonrisa encantada. Parecía más un gesto de melancolía, porque tenía tintes de tristeza en esos hermosos ojos negros con destellos púrpura.
—Pronto terminará el descanso. Volvamos y comamos algo, si te parece, hablemos sobre nosotros más tarde después de que termine el día, ¿Te parece? Te invitaré a cenar algo —propuso pareciendo un poco tímido, jugando con sus propios dedos de una forma infantil y adorable.
—De acuerdo —asintió Chu Wanning.
Al final del día, en lo único que podía pensar el más bajo era en que Mo Ran terminaría por admitir que no quería más ser cercano, pero seguramente no quería lastimarlo, cuando lo que el más alto quería decir, era cuánto le gustaba Chu Wanning.
Quería dejar en claro que le encantaba, que lo quería, que lo volvía loco, que quería cuidarlo y alimentarlo de una manera distinta en la que lo hacen los amigos.
Quería decirle que lo amaba.
Que la razón por la que se distanció fue porque no quería apresurar las cosas entre ambos y tampoco quería hacer presión en Chu Wanning, así que ese tiempo lejos podría haberlo ayudado a aclararse y tomar una decisión con el corazón cuando se le declarara.
Mo Ran pensaba que si en algún punto le había gustado a Chu Wanning, todavía podía gustarle, pero tampoco quería hacerse falsas esperanzas, por lo que aguantó un tiempo antes de pedirle que fuese su novio para prepararse mentalmente, y como resultado, habían terminado por distanciarse nuevamente en lugar de afrontar sus problemas y ser honestos.
Ya no estaba dispuesto a esperar más. Si tenían que alejarse por sentimientos no correspondidos, era mejor que ese momento llegara en lugar de posponerse más.
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Noviazgo fingido
FanfictionTodo inició por una mentira a su primo en un arrebato de impulsividad. Siendo impulsivo también se atrevió a pedirle a su ex mejor amigo de la infancia que fingiera ser su novio. Lo que llevó a ambos a tener que fingir que seguían saliendo durante...