—Que bueno que llegaste—dije y la jalé de la mano para sentarla a mi lado.
—Dime, ¿Qué pasa?
—Bueno, tengo un muy, pero muy grave problema—respondí.
Sus cejas se elevaron al mismo tiempo en un gesto de sorpresa, pero luego paso a ser un ceño fruncido bañado de un matiz de preocupación.
—¿Qué tipo de problema? ¿Qué es? —inquirió, visiblemente atenta.
—Bueno... ¿prefieres que te lo diga sin tantos rodeos? —pregunte. A lo mejor así era más fácil para mí.
Yelena asintió.
—Creo que me gusta tu hermana—murmure, casi hablando entre dientes consumida por la vergüenza.
—¡¿Qué te gusta quién?! —sus verdes ojos se abrieron al igual que su boca.
—No me hagas repetirlo—respondí con la mirada baja.
—¿Estás enamorada de Natasha? —preguntó y su voz se mezcló con alguna chispa de arrebato repentino.
—No, no, no—gesticulé—. Enamorada no—negué con la cabeza—. Sólo me gusta... mucho...—admití ruborizándome.
—Vaya—se recargo sobre el respaldo de la banca—. Ahora somos compañeras del mismo dolor—bromeó.
—Yelena, no estoy enamorada de tu hermana—volví a especificar.
—No por ahora.
Le fruncí el ceño y ella río.
—Vamos, cuéntame cómo ocurrió—me palmeo cariñosamente la pierna.
—Bueno—suspiré—. Creo que fue desde que la vi. Mira, yo no creo en el amor a primera vista, pero cuando vi a Natasha... me atrajo al instante. Tu hermana es muy guapa.
—Ya he oído eso—musitó Yelena.
—Bueno, tu no te quedas atrás—admití.
—Gracias. Continua.
—Ella no me dijo que era novia de Kate y ella tampoco menciono que tuviera novia, así que mis pensamientos volaron libremente. Claro que chocaron contra una dura pared cuando me enteré de que ellas eran pareja.
—¿Cómo te enteraste?
—Oí a Kate decirle "amor" y luego besarla.
—Oh—musitó. Yelena quiso fingir indiferencia, pero fue notable que le dolió. Capté entonces que debía guardarme comentarios como ese—. Luego Kate me explicó que eran novias. Yo comencé a convivir con Natasha, ya sabes; mientras espera a que Kate llegué del trabajo. Luego...
—Espera, espera—me interrumpió—. ¿Cómo que convives con Natasha mientras espera a que Kate llegue?
—Sí, bueno. Kate llega alrededor de las ocho de la noche y Natasha llega al departamento como a eso de las siete.
—¿Por qué hace eso? —preguntó confundida.
—Dice que es agradable estar allí—me encogí de hombros.
La cabeza de Yelena se meneó y luego soltó una risita junto con un resuello.
—Continua, continua—me insistió.
—Bueno, empecé a convivir con ella. Llevarnos bien es fácil, agradable y divertido. Pero mientras más convivíamos, más empezaba a sentir cosas por ella.
—¿Cosas?
—Sí, ya sabes, ese tipo de cosas.
—Déjame adivinar. El cosquilleo en el estómago, la sonrisa de idiota en el rostro, el latir inoportuno del corazón, un enrojecimiento de mejillas y las ridículas ganas de verle el rostro a cada instante de cada día; ¿cierto?
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El manual de lo prohibido
FanficA veces el amor llega en el momento más inesperado y de la persona menos esperada o apropiada... a veces se encuentra en alguien totalmente prohibida... ¿o no? Esta historia no me pertenece, simplemente hago la adaptación.