Capítulo 2

2.5K 148 21
                                    

—¡Wanda! —grito Kate muy efusivamente. Dios, en verdad la había extrañado.

Corrió hacia mí y se agacho para abrazarme. Apretó los brazos alrededor de mi cuerpo y yo le respondí. Era tanto el tiempo que había estado separada de mi mejor amiga y aquellas conversaciones telefónicas no llenaban totalmente el vacío.

—¡Te extrañe mucho, Wands! —gritó prácticamente en mi oído.

—¡También te he extrañado, Katie! —grite de la misma forma.

—¡Pero mírate! ¡Has cambiado mucho! —grito al romper el abrazo.

—¿Cuál cambio? Si sigo igual desde la última vez que nos vimos—conteste divertida.

—Por favor, tu cabello es diferente—observó.

—Sí, bueno, quise cambiarlo un poco antes de venir. Ya sabes, cerrar ciclos—respondí divertida, Kate río por mi comentario— ¡Pero mírate tú! ¡Tu cabello luce genial!

Kate no había cambiado en lo absoluto, solo su cabello había crecido bastantes centímetros. La última vez que la vi tenía fleco y el cabello le llegaba por encima de los hombros, pero ahora lo tenía realmente largo, le lucía bastante bien.

—Sí, bueno, ¿Qué te puedo decir? Soy perfecta, lo sabes—bromeo. En verdad que la extrañaba a ella y a su alto ego.

—Ejem...—Natasha se aclaró la garganta para hacerse notar. Ambas la miramos.

—Ay, lo siento—dijo Kate dándole un rápido abrazo con uno de sus brazos—. ¡Es que estoy emocionada! —la flamante sonrisa de Kate se expandió más cuando me volvió a ver— ¡Hay tantas cosas que quiero contarte!

—¡Yo también! —musite emocionada.

—Supongo que ya se conocieron—volvió su atención a Natasha.

—Sí—dijimos las dos al unísono y luego reímos de nuestra sincronización.

—¡Ah! ¡Esto es genial! —exclamo Kate.

Se levantó del piso junto con Natasha, yo me quede todavía sentada.

—¿Pero ¿qué haces allí? —me pregunta Kate confundida—¿Por qué no entraste al departamento?

Natasha me extendió su mano para ayudarme a levantarme. El deseo de tocar su excitante piel me invadió de nuevo al ver la palma de su mano extendida hacía mí. La tome y me ayudo a levantarme del piso.

—Gracias—murmuré. Ella solo me sonrío. —. Creo que me dejaste la llave equivocada, Katie Kate—me queje intentando mirar a mi amiga y no a la perfección de mujer que estaba a mi lado.

—¿La llave equivocada? —se sorprendió.

—Sí—le di la llave que guardaba en el bolsillo de mi chaqueta.

—Oh, perdón—soltó una risita— creo que sí me confundí—busco entre los bolsillos de su abrigo un juego con tres llaves—. Aquí está la llave correcta—se queda en silencio por un momento—. Eso me recuerda que le debo de dar las gracias al señor Strange por hacerme el favor de entregarte la llave.

—¿El viejo gruñón del 177? —pregunté apuntando con mi dedo pulgar hacía dicho departamento.

—¡Hey! No es tan gruñón... es buena onda cuando quiere—se encogió de hombros.

—Y digamos que casi nunca quiere, ¿verdad? —mencione sarcásticamente. El viejo gruñón no se había comportado del todo amable conmigo—. ¿No pudiste haberme dejado la llave con alguna otra persona menos... amargada? —Natasha río.

El manual de lo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora