Capitulo 26. Pareja "normal "

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Elena:

–¿Como dijo que se hizo esto?–me pregunto el doctor mirándome por encima de los lentes.

–Estaba subiendo las escaleras y puf solo sucedió.

–Interesante–me miro para luego pasar hasta Ronan que no decía ni media palabra.

–¿Estaban juntos cuando sucedió?–le preguntó el médico a Ronan.

–Por algo la traje yo y no otro–hablo el indeseable.

–Entiendo–dijo el médico anotando algo que la computadora.

–¿Hará algo o la dejará que se desangre con tantas preguntas?–estalló Ronan.

–¡Ronan! no sean mal educado.

–Solo digo la verdad.

El doctor me miro y se quitó los lentes.

–¿Se ha sentido en peligro recientemente?.

–¿Eh?–lo mire sin comprender.

–Quiere saber si yo te provoque la herida–objeto Ronan.

Oh.

–No, el no me ha hecho nada ya le dije lo que sucedió–aclare.

–Si se siente alguna vez agredida debe llamar y nosotros le ayudaremos.

–Les daré un consejo–se levantó Ronan–cuando una mujer realmente abusada venga para acá mande al marido por agua y quedase a solas para platicar pero nunca lo diga delante de su agresor–sentenció–eso pone aun más en peligro a la víctima.

–Señor levilev...

–Atienda a mi mujer y déjese de preguntas.

El doctor se levantó y me dijo que lo siguiera.

Ronan se puso de tras de mi y comenzó a moverme en la silla de ruedas.

Llegamos a una habitación totalmente blanca donde nos esperaba dos enfermeras y el medico.

–Debe salir, nosotros nos haremos cargo.

Ronan salió a regañé y me quede sola con el medico.

–Le pondré una anestesia y la coceré, pero esto no puede volver a pasar nuevamente.

Asentí sin más y espere a que el hiciera su trabajo.

*********

Ronan:

–Pensé que el medico te había secuestrado con todo lo que duraron–dije una vez que vi a la enfermera con Elena en la silla.

–Ella aún está débil por la anestesia, lo más recomendable es que se quede pero ella no quiso.

–Ella estará bien conmigo.

Tome la silla que tenía la enfermera y comencé a moverla hasta la salida conmigo.

Había pagado un pastal solo por unos jodidos puntos.

En este país cuando no tenías seguro te cobraban hasta el alma.

Acomode a Elena en el carro y acelere para ir de regreso a la casa.

–Quiero ver a mi hija–apenas se escuchó.

–Estás débil, mañana la verás; Yo mismo la traeré.

Asintió sin decir mucho y puse algo de música para matar el silencio.

La Bratva #2 libro. [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora