Capitulo 17. Una chispa de felicidad.

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Katrina:

Era de noche cuando decidí ir por un vaso de agua a la cocina, tenía la garganta seca y cada cuánto tenía la necesidad de ir al baño. Estaba harta de esta situación, pero sabía que debía aguantar.

Mañana al fin iba a saber el sexo del bebé y Jared no podía acompañarme. Odia que se justificara pero cuando lo necesito nunca esta, justo como ahora. Eran las nueve de la noche y no había recibido una sola llamada de él en todo el día, estaba en un punto que no sabía si estaba en el club o con una mujer.

No podía engañarme a mi misma, sabía de sobra que Jared era codiciado por muchas, que esa maldita sonrisa que tenía derretía a cualquiera justo como a mi me pasó.

¿Que debería de hacer?
¿Divorciarme tal vez?

El decía que era una etapa pero yo ya no sentía el mismo amor, lo había perdido hacia meses y el no intentaba nada para conseguirlo.

–Que puta vida–escuche que alguien decía desde la entrada.

–¿Jared? –pregunté.

Algo se cayó del otro lado y seguía sin saber respuesta.

Apenas estaba vestida y tenía una bola dentro de mi que me impedía ponerme en peligro.

–¿Jared?–volví a llamar.

La puerta por fin se abrió y escuché algunos pasos así que me escondí muy bien en la cocina con el vaso en la mano.

<Que sea lo que Dios quiere>pensé.

Los pasos se acercaban cada vez más a la cocina sin ningún otro sonido que me diera a entender que era Jared.

Se filtraba poca luz y vi a penas la silueta de un hombre alto entrar por la cocina y no dude en prácticamente brincar hasta el y partirle el
Vaso en la cabeza.

–¡Maldita sea! —gritó.

–¿Jared?–encendí la luz en la cocina.

Lo vi con un montón de sangre en las manos tratando de ir al lavado.

–O por Dios–murmure.

–¿Que diablos te pasa Katrina?–vocifero.

–No sabía que eras tú–trato de justificarme.

–Lo hiciste a propósito, sabias muy bien en el fondo que era yo pero esa rabia que creaste por mi te tiene ciega.

–Te juro que no sabía.

–Lo sabias.

–Te estoy diciendo que...

—¿Sabes que?–se giró a verme con un paño en la cabeza–si me odias tanto como dices no entiendo por que sigues conmigo.

–Jared no es así yo...

–Ya he tenido suficiente–me miro duramente como nunca lo había hecho–te amo como ya no se ama, mi corazón estalla por ti cada vez que te ve en una habitación entrar o cada vez que te ve hablar. Esas cosas simples hacen que te ame con locura pero esto me supera Katrina.

–¿Algo está mal y quieres abandonar la barca? –cuestione–esto era en las buenas y en las malas Jared que no se te olvide.

–He tenido un día de mierda, he trabajado como un burro hoy solo para poder ir contigo mañana a la cita pero ¿que me gano?–apretó más la toalla–que mi mujer me habrá la cabeza en dos.

Comenzó a caminar hasta el baño que teníamos abajo y no dude en seguirlo.

Se quitó la toalla llena de sangre de la cabeza y sacó un botiquín de primeros auxilios.

La Bratva #2 libro. [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora