Capitulo 36. Bailar con tus demonios.

770 53 0
                                    

Elena:

–El caso 109 ha llegado a su fin, la audiencia puede levantarse–la jueza golpeó el martillo y todos nos pusimos en marcha.

–Este caso fue una locura, la verdad es que tengo mucho que aprender de usted señora Elena–me dijo Vladimir un estudiante de tercer año.

Hoy había venido con el a enseñarle cómo
se manejaba todo ya que había comenzado a trabajar para las oficinas de katrina que también yo era dueña.

Ella y yo decidimos juntar la firma de abogados que era de Alejandro y la suya para así convertirla en una misma.

Claramente ambas seríamos las socias mayoritarias de ambos lugares.

Se que hubo murmuraciones en la empresa cuando anuncie esto ya que Natasha se fue y Alejandro nunca regresó. Pero eso sería algo que ellos no tenían por que incumbirles.

–En primer lugar no me digas señora que me haces sentir vieja y en segundo lugar, creo que tú también lo puedes hacer bien. Solo confía en que lo harás y ya está vladimir .

–Gracias Elena.

Estaba terminando mi segundo caso desde que llegué aquí y la verdad me sentía bien sentirme "normal" por algunas horas.

–Debo irme pero te espero mañana temprano en las oficinas ¿vale?.

–Te prometo no te decepcionare.

—Lo se–le apreté los hombros de forma amistosa y se puso colorado–No te olvides de traer tu carnet.

–Vale.

Me marché del lugar y entré a mi auto para ir a la casa de Ronan.

Se siente raro como todo cambio de repente; Aveces siento que estoy en esos libros tóxicos que los protagonistas se perdonan sin haberse explicado pero.... ¿Que más puedo hacer?.

Ronan trato de cuidarme y la cago en grande por la muerte de mi padre, pero ya estaba harta de tenerle rencor escondido por eso. Lo amaba, enserio que lo amaba.

Además no era una santa.... Me jodia pero la verdad era que yo también mentía. Lo mío era grave demasiado para mi gusto; Una cosa era armar un plan para rescatar a mis padres a mis espaldas y otra era lo que hacía.

Sabía que si Ronan se enteraba, no me perdonaría jamás. El me amaba, no era tan tonta para no verlo, pero aún así era violento y odiaba las mentiras. Este hombre era transparente, odiaba decir mentiras y eso era Justo lo que estaba haciendo yo.

Aveces sentía que nuestra relación no iba para ninguna parte pero....¿Como le dices al Boss de la mafia rusa que le mentiste con algo que puso en peligro la vida de todos?.

¿Que si me arrepiento de hacerlo?.

La respuesta es no, lo hice por un propósito y aunque se que es lo más sano no puedo terminarlo.

Ronan es como la droga que vende, era esa heroína que me sube por los cielos y no me deja pensar con claridad.

–¡Llegue!

Camine por el pasillo quitándome los tacones.Se sentía tan bien andar descalza por la casa, era un alivio la verdad.

–¿Amelia?–llame una segunda vez al ver que nadie respondía.

Solté mi bolso en el mueble y prácticamente corrí hasta arriba.

Llámenme loca pero sabía muy bien que esta guerra no había terminado y mi hija estaba de por medio.

Tire la puerta del cuarto de Amelia y estaba vacío.

Tomé mi teléfono y le marqué a Ronan pero no hubo ningún éxito.

La Bratva #2 libro. [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora