Capítulo XVI

873 102 3
                                    

Después de habernos bebido esas amargas y asquerosas pócimas volvimos a palacio. Estaba igual, como si nada hubiera pasado.

-       ¿estás lista? — preguntó Iván, el verdadero.

-       Lo estoy. — dije.

Entré, y nos separamos. Tenía que buscar a mi padre. Fui a las jaulas de abajo, seguramente estará por ahí. Había muchos humanos, y tuve que hacer un enorme esfuerzo por qué no me vieran.

Los chicos encontrarían a su madre y sabrían cómo sacarla de ese trance estúpido. Estoy segura. Lo que yo no tenía tan claro era cómo iba a hacerlo yo. Tal vez me bloqueara cómo pasó con mi madre. O tal vez no. Espero poder hacerlo, ser lo bastante fuerte.

Por fin llegué a una de las jaulas, había un letrero 'Virginia' y era ahí. Por qué yo vivía en un pueblo cerca de Virginia.

Abrí las puertas, que me sorprendió que no estuvieran cerradas con llave. Me di cuenta que eso no era una jaula. No podían verme. Tenía que pasar desapercibida. No sé cómo con esta cola que tengo, que a mi pesar no es cómo la de los humanos.

Todos estaban en un salón, era cómo un bar ¿debajo del agua? Intenté ocultar mi sorpresa y que nadie me viera. Pero no funciono. Captaron mi presencia de inmediata. Me acorralaron y yo no podía hacer nada. Sus miradas asesinas se grababan en mi mente, conocía a esta gente. Los conocía y serían ellos quien me matarían. Estaba entrando en un ataque de pánico, pero alguien con una voz familiar dijo que pararan. En ese momento no supe quien era.

Papá.

Lo vi al acercarse.

Ellos lo hicieron caso y se apartaron dejándolo pasar.

-       ¿va a dejarla ir? — preguntó uno de ellos.

-       Quiero matarla yo mismo. — y esas palabras tocaron a mi corazón como un tornado, él no era mi padre.

Se sacó un cuchillo del bolsillo de una bandolera que llevaba en la cintura. Y me eche todo lo atrás que pude, hasta que no había sitio. Toque a la pared. Él me miraba con esos ojos sin amor, sólo desprecio. Y él corazón se me paró.

-       Papá — lo llamé pero él avanzaba con un ansia terrible de matarme. Tenía que calar su corazón. Pero no sabía que decirle, ni que hacer. Él sabía que esto pasaría y aún así no ha podido evitarlo.

-       ¿Algunas palabras antes de morir?

-       Sí — se quedó sorprendida de mi respuesta. Pero parecía tener curiosidad así que pensé que era mi momento. — Siento que esto te haya pasado, espero que cuando tu hayas matado a tu propia hija, mi novio te salve y puedas vivir con ello, por qué se que él podría hacerlo. Pero también sé que una parte de tus recuerdos sigue ahí, contigo.  Y si voy a morir, quiero morir sabiendo que lo he intentado. Y quiero que sepas, que mamá está muerta, porqué me intentó matar. Y que Lilly está bien, y regresará a casa a salvo. Y voy a morir, sabiendo que he hecho algo bueno en esta vida, y le habré dicho a mi padre, a ti, que te quiero, y que tú también eres mi vida, siento no habértelo dicho hasta ahora papá. Ahora puedes proceder, mátame si tanto ansias hacerlo. Pero luego vivirás con eso.

PDV ROBERT (PADRE)

Hoy era uno de esos días normales y aburridos que no tienes nada mejor que hacer que jugar al parchís con mis compañeros. No sabía quién era, sólo sabía que debía hacer lo que me decían. Y a veces recuerdos fluían por mi mente, pero yo sabía que esos eran recuerdos que me incorporaron los estúpidos humanos que me tenían secuestrado antes que las sirenas me ayudasen. Siempre se lo deberé.

Oí un jaleo al final del pasillo y me di la vuelta para ver qué pasaba. Vi de lejos una cara conocida. Era una sirena ahora, pero por mis recuerdos aún existentes, sabía que ella era mi hija, o eso me habían hecho creer. Porqué en realidad sólo era una estúpida que jugó conmigo. Iban a matarla.

-       Parad. — dije y ella parecía tener algo de alivio cuando me vio, pero miedo al mismo tiempo. Me las iba a pagar.

-       ¿Vas a dejarla ir? — preguntó alguien

-       Quiero ser yo quien la maté.

Ella retrocedió asustada, sabiendo que este era su último día y que jamás podría volver a su mundo.  Me pareció oírla llamarme papá, pero eso sólo es una estúpida palabra.

-       ¿Algunas palabras antes de morir? — pregunté

-       Sí — Me sorprendí algo de su respuesta, pero no sé porqué una parte de mí quería saber que era lo que iba a decirme — Siento que esto te haya pasado, espero que cuando tu hayas matado a tu propia hija, mi novio te salve y puedas vivir con ello, por qué se que él podría hacerlo. Pero también sé que una parte de tus recuerdos sigue ahí, contigo.  Y si voy a morir, quiero morir sabiendo que lo he intentado. Y quiero que sepas, que mamá está muerta, porqué me intentó matar. Y que Lilly está bien, y regresará a casa a salvo. Y voy a morir, sabiendo que he hecho algo bueno en esta vida, y le habré dicho a mi padre, a ti, que te quiero, y que tú también eres mi vida, siento no habértelo dicho hasta ahora papá. Ahora puedes proceder, mátame si tanto ansias hacerlo. Pero luego vivirás con eso. — las palabras fueron entrando poco a poco en mi desbloqueando cosas que con todas mis fuerzas intentaba que no sé desbloquearan. Recordé esos momentos que le dije que la quería, que era mi vida. Lilly está viva y bien. Y mi esposa está muerta. Era otra información, pero tenía tantas distintas que no sabía cuál era la correcta. Sabía que debía matarla por destruirme, pero al mismo tiempo pensaba que ella no me mentía, que la amaba y no podía matarla. No sabía que hacer. Hasta que lo supe.

****

holiii, comentad y votad si os ha gustado pls

El canto de la sirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora