LITTLE SECRET [+18]

CAPITULO 03

Demon.

Esta mujer me iba a llevar al precipicio de la locura.

Uh, que romántico.

No es para nada romántico.

Oh, nene. Yo creo que si.

Hace unos pocos minutos solicité a Thomas en mi oficina pero este, cómo se cree dueño del mundo, aún no ha llegado.

Suelto los documentos que sostenía en mis manos para llevarlas hasta mi cien.

Estoy muy estresado.

Más que estresado yo diría que es la tensión desde la última conversación que tuvimos Krestell y yo hace una semana en la cual recibí la bofetada de mi vida.

Tenía que admitirlo, esa mujer es una fiera y golpea como tigresa.

Absorto en mis pensamientos de lo acontecido hace una semana salgo de ellos por el sonido de la puerta abrirse. Sabía de quien se trataba, del único indecente que no tocaba la puerta antes de entrar.

Thomas cerró la puerta a su espalda y se acercó a mi con su típico humor de  <<todo le divertía y nada le dolía>>. Menudo idiota.

—Vaya.Al parecer alguien está de muy buen humor hoy.—dice nada mas acercarse y sentarse frente a mi con el escritorio de por medio entre nosotros.

—No me jodas, Thomas.—mascullo aún sobándome la cíen.

Thomas podía ser un dolor en el culo cuando el quisiera.

—Oh vamos, papi Demón.—finge tristeza.—¿Qué es lo que te tiene tan atormentado?.

Una mujer con curvas perfectas y unos labios carnosos de los cuales quieres devorar.

Eso no es cierto. Mas bien la desprecio.

Uh, si. Claro, claro.

—¿Quien te recomendó a Krestell?.—le solté sin rodeos.

El frunce su ceño como si no supiera de quien le hablo.

—¿Hablas de la chica que se desmayó antes de que empezáramos la entrevista?—pregunta y yo asiento.—Una amiga ¿porqué? ¿Te gusta?. Parecías conocerla muy bien.—sube y baja sus cejas repetidas veces con una sonrisa traviesa.

No la soporto que es diferente.

Eso es, engáñate a ti mismo.

Yo ruedo los ojos. Thomas  es irritante a veces.

—No. no me gusta. Solo quiero saber quien te la recomendó.—solté tratando de dejar la brusquedad de lado.

—Ya te lo dije,una amiga cercana. Se llama Laura.—dijo despreocupado.