CAPITULO 22

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Krestell

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Krestell.

Una semana.

Una semana y tres días han pasado desde que supimos que Demon entró en estado de coma y para se han sentido como dos años.

Despierta.

No me he apartado de él en ningún momento. Voy a casa h me aseo para luego volver a cuidar de él. La mayoría del tiempo papá, Dynna y Demian me regañan para que duerma y coma un poco ya que solo me la paso trabajando todo el día hasta tarde, cuidando de Demon.

Sé que eso no es necesario, puesto a que no sabemos cuándo despertará, pero yo no quiero moverme de aquí y Dylan tampoco. Dasha cuida de él luego del kínder y a veces tiene que distraerlo de tal manera porque solo quiere estar metido en el hospital, pero ya hablé con él seriamente, diciéndome que los hospitales no son buenos para los niños, que podría recoger algún microbio o bacteria y ya lo insiste mucho con el asunto. Aunque una vez al día es traído aquí para verme y obvio ver a su padre.

El médico ordenó hace tres días que le desconectarán la mitad de los cables que yacían pegados a su cuerpo

Miro por encima de mi ordenador al hombre que me roba mi angustia y suspiros. Creo que estoy tan obsesionada con que despierte que incluso comencé a soñar con que lo hacía y eso era una puta tortura todo el tiempo.

Cierro el ordenador, no puedo ni siquiera concentrarme en mi manuscrito, no cuando no paro de pensar en el hombre postrado en esa maldita cama.

Por otro lado; su padre no se ha vuelto a aparecer por aquí, Dynna y él están en una batalla demasiado tensa en estos momentos, pero al parecer al hombre le quedo muy claro lo que quiere su casi ex esposa.

Tomo entre mis manos el capuchino de vainilla que me trajo Demian hace media hora, para mi sorpresa todavía recordaba mi sabor favorito y todo. Él decidió quedarse y manejar sus negocios y todo su trabajo desde aquí, si algo tiene Demian es dedicación por todo y u trabajo no es la excepción.

Tomo la silla, que ya debe tener mis huellas impregnadas de tanto que la tomo, y la acerco a la cama de Demon, me dejo caer en ella y tomo su mano entre la mía y dejo un beso sobre ella, no contengo las lágrimas que comienzan a derramarse por mis mejillas, empapándolas.

—Otro día más sin ver ese mar de tus ojos que amo con todo mi ser—beso sus nudillos y sollozo—. Te estás llevando mi vida, Demon, te lo suplico, despierta ya.

No sé en qué momento mis párpados empezaron a pesar demasiado, mi vista se tornó nubloso por las lágrimas que la empañaban y sin darme cuenta, me quede dormida sumida en un llanto irremediable.

***

Me sobresalto cuando un toque frío llega a mi rostro y un estruendo me alarma, me endurezco, aturdida.

LITTLE SECRET [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora