CAPITULO 23

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Demon

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Demon.

Atrapado.

Atrapado en mi propia muerte y ni siquiera sabía cómo deshacerme de ella. Quizás tendría que dejar de luchar, quizás lo mejor era rendirme y dejar que todo se fuese al carajo. Si, eso iba a hacer.

Pero algo en lo muy profundo de mi ser me gritaba que no lo hiciera, que no me rindiera y que no los abandonara, y no pude más. Me obligue a despertar, a salir de ese limbo y abismo sin fondo en el que me encontraba metido y del cual no creí tener las fuerzas suficientes para seguir luchando.

Cuando abrí los ojos, las primeras sensaciones que sentí fueron horribles. No podía moverme, quería gritar, pero no podía. Lo primero que mis ojos fueron esa cabeza envuelta en fuego. Ese cabello intenso que en el pasado me encantaba y ahora no es una maldita excepción.

Solo pude entrar en mi cuando ella notó que estaba despierto, había despertado por fin y su conmoción no era menor. En su cara se podía notar a la perfección que había creído que estaba volviéndose loca.

No, no estás loca, Carota. Soy yo.

Quise decir, pero al ver sus ojos llenarse de lágrimas me rendí por completo, su boca contra la mía me transporto a un viaje ancestral donde todo en pasado era genuino y tranquilo. Joder, como deseaba volver a esos tiempo con ella y solo con ella, pero se supone que ahora nos odiamos y nos encontramos en una especie de relación extraña.

Mi doctor personal —por lo que se me acaba de informar—, continúa examinándome, en busca de algún tipo de anomalía. Toma mis párpados en su dedo, alzándolo y me ciega cuando coloca esa luz molestosa en mis ojos. Hace lo mismo con mi otro ojo y finalmente aleja sus manos de mi.

—Me temo que no puedo decir que todo se encuentra bien—comienza—, pero es mejor de lo que esperábamos.

—¿Qué significa eso?

—Significa, señor Rizzo, que esperábamos algo muchísimo peor de un paciente en su estado. Al parecer el coma debido a la inflamación de su cerebro no afectó su habla, pero si un poco sus nervios motores; los encargados del movimiento de su cuerpo.

—¿Quiere decir que Demon no volverá a caminar, Doctor?—Krestell suena angustiada y por un segundo yo también, pero mi preocupación se disipa cuando el doctor niega con la cabeza.

—No exactamente, señorita—creo que escucho a Krestell suspirar de alivio—. Por ahora no tiene la movilidad suficiente como para movilizarse de manera correcta. Lo que significa que el señor Rizzo tendrá que ir a terapia por un tiempo establecido y debe tener cuidado con su salud y mantenerse persistente en dicha terapia—explica—. Gracias al cielo no sufrió ningún problema secundario en cuanto a su cerebro, pero debe tener sumo cuidado a partir de ahora.

>>Fuera de eso, usted está en buenas condiciones, señor Rizzo.

Creo que escuchar eso me devolvió el alma al cuerpo. Dios, por un momento creí que quedaría inválido.

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⏰ Última actualización: Jul 26 ⏰

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