LITTLE SECRET [+18]

CAPITULO 04

Krestell.

Llegar tarde a la primera convocatoria de mi nuevo empleo no estaba en mis planes. Santo cielo, ¿por qué es que todo me sale mal?.

Después de dejar a Dylan en el kínder salí volando como alma que lleva al diablo en dirección a la editorial porque estoy a solo quince minutos de llegar tarde y ese no era el plan.

Además, no quiero regaños ni reclamaciones de parte del idiota de mi jefe porque hoy no ando de humor, aunque para ser sincera, tanto el como yo evitamos toparnos u hablarnos, siempre que tiene que entregarme material me lo hace llegar con Thomas y unas muy pocas veces con Anne, cosa que agradecí bastante.

Mantener distancia era lo mejor por el bien de ambos y él al igual que yo lo sabía. Ambos éramos conscientes de ello y eso de alguna forma de tranquilizaba.

Estacione velozmente mi auto y salí de el como una chispa escapando de una llama y me metí rápidamente en el ascensor el cual me llevaba a el piso que me correspondía. Inconscientemente me eche un vistazo por las paredes espejo del ascensor, y me di cuenta de que mi cabello estaba un poco revoloteado.

No digo yo, con tanto afán, tengo suerte de tener mi cabeza en su lugar.

Pase mis manos por mi cabello rojizo, que caía en ondas por mi espalda, acomodándolo un poco. Le eche un vistazo también a mi atuendo de hoy, llevaba unos pantalones negros lisos, bastante cómodos, y una blusa color blanco con mis tacones bajitos de color blanco haciendo juego con mi blusa.

No es por presumir, pero a decir verdad luzco bastante bien y me aplaudo por ello.

Cuando las puertas del ascensor se abren salgo a paso apresurado camino a la sala de juntas donde al entrar pude visualizar a Anne que mantenía sus ojos fijos en su iPad, Thomas solo repiqueteaba sus dedos en su rodilla que reposaba en su otra pierna.

Evitó a toda costa mirar a la otra persona presente en la sala, pero mis ojos me traicionan y termino observando a Demon el cual mantenía su vista fija en la ventana con la mirada perdida. ¿En que estará pensando?.

En ti tal vez.

Si claro, y en mis ovarios también.

No lo dudes.

Me adentro completamente al lugar dando un carraspeo llamando la atención de las tres personas en la sala.

—Buenos días—los saludo—. Disculpen la demora, es que había mucho tráfico—miento.

Siento una mirada sobre mi a medida que me siento junto a Anne, esta me regala una sonrisa y yo se la devuelvo con un asentimiento de cabeza, no tengo que girarme para corroborar de quien se trata.