CAPITULO 21

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Krestell

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Krestell.

Díganme que escuche mal.

No, definitivamente escuché mal.

No podía ser posible algo así, no...

Me enderezó en mi lugar, la angustia en mi pecho y el peso en mis hombros es casi abrumadora.

—Te hice una pregunta, ¿eres sorda?—la cabellera rubia se le mueve cuando lanza todo su cabello detrás de sus hombros y me mira con expresión sombría, con la mandíbula apretada. Parpadeo un par de veces, todavía conmocionada—. Te lo volveré a preguntar, porque parece que no me escuchaste—agrega—¿Qué. Haces. Besando. A. Mi. Prometido.?

—Yo no sabía que estaba comprometido—me explicó, tratando de contener todas las ganas que tengo de sacar mi furia a flote—, no veo un anillo en tu dedo—señalo, ella aprieta sus dedos hasta que sus nudillos se tornan blanquecinos.

—Eso no te importa.

—Entonces, ¿cómo te atreves a venir hasta aquí y hacerme esa pregunta?—la enfrento—¿no se supone que deberías de preguntar por su estado?

Ella une sus labios pintados de rojo en una dura línea y me lanza dagas con los ojos y sé que he dado justo en el clavo.

Entonces recuerdo de dónde la he visto, una vez, en la empresa, la vi con Demon, pero eso no significó mucho, creo. No sé siquiera quién es y me cuesta un poco creerle, pero si es verdaderamente su prometida, tiene más derecho que yo de estar aquí.

A decir verdad no me da buena vibra, me cae del culo porque ha sido muy grosera y ni siquiera me conoce. Toda la elegancia que se carga se fue por la borda desde el momento uno en que abrió la boca.

—¿Quién eres?

—Ya te lo dije, su prometida y quiero que te alejes en este momento de él—ordena.

Ja, cómo si yo fuese a acatar sus órdenes.

—Yo soy la madre de su hijo y ¿cómo te va quedando que no me voy a alejar de él?—me cruzo de brazos y le doy una sonrisa de boca cerrada que no llega a mis ojos.

La mujer —que de por sí es blanca como la leche—palidece por completo y la mandíbula le empieza a temblar.

—¿L-La madre de su hijo? ¿Demon tiene un hijo?—cuestiona, perpleja—. No, estás mintiendo, lo estás diciendo para quedarte aquí, ¿cierto?

Sonrió sarcástica.

—Me importa poco que me creas, no tengo porque darte ninguna prueba tampoco, pero lo que digo es la verdad. Soy la madre de su hijo, está de ti si quieres creerme o no.—simplifico—. Ahora bien...

LITTLE SECRET [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora