LITTLE SECRET [+18]

CAPITULO 11

Seis años atrás.

Demon.

La incomodidad asentada en mi pecho desde la ultima vez que estuve con Krestell crece cada día más que la noto extraña y distante. Mi cabeza y todo mi sistema se ha estado cuestionando sobre qué le ocurre desde la ultima vez que estuvo conmigo en casa de mis padres, pero termina en el mismo punto de siempre; no tengo una jodida idea de lo que le sucede.

Algo no va bien.

No hemos hablado mucho, ni siquiera recuerdo cuál fue nuestro último mensaje, solo sé que ha estado rara estos últimos días, pero trato de convencerme de que soy yo inventándome cosas en la cabeza porque no quiero abrumarla con cosas que seguramente yo me estoy imaginando.

Sinceramente, Krestell no es la única actuando extraña aquí, mi padre lleva diciéndome muchas cosas estos últimos días que yo trato de ignorar internamente.

¿Que le pasa a todo el mundo?

Repiqueteo mis dedos en mi rodilla mientras estoy sentado en la sala de la casa de mi casa mirando hacia la ventana, hundido en mis pensamientos.

No saber que le pasa a mi novia y tratar de entenderla son dos  de las cosas que más me preocupan y mas ansiedad me dan porque Jodidamente no sé ni cómo entenderme yo algunas veces.

—Cariño, ¿todo bien?

La voz de mamá hace que detenga el jugueteo casi incontrolable de mis dedos en mi rodilla a la vez que aparto mis ojos de la ventana para mirarla observarme desde el umbral de la sala.

—No.

Trago duro.

Ella deja caer sus brazos a sus costados y suspira, antes de caminar hacia mi y colocarse a mi lado.

—A ver—deja un beso en mi cabeza—. Cuéntame, ¿Que pasa?

Toma mis manos y me acoge con su peculiar y cómodo calor de madre que solo ella puede darnos a mi y a mis hermanos.

Tardo en responder, sopesando lo que iba a decir. No soy de platicar mis cosas con nadie, ni siquiera mi hermano mayor que, viéndolo así, tenemos una muy buena relación, pero sé que siempre cuento con el apoyo acogedor de mi madre, y que nadie más que ella me podrá entender.

Suspiro antes de responder.

—Es que he notado un poco extraña y distante a Krestell estos últimos días, no sé qué le pasa porque cada vez que le pregunto me dice que no le pasa nada que todo está bien y eso solo hace que me preocupe más.

La angustia es notoria en mi voz, pero me la trago sin importarme nada.

—Oh, corazón—me abre sus brazos, yo me dejo envolver por ellos sin pensarlo dos veces.— ¿Sabes lo que te pasa?—tarde en negar, pero sacudí mi cabeza en señal negativa—. Estás preocupado por ella—ruedo lo mis ojos cuando termina de soltar esas palabras.