CAPITULO 15

1.6K 162 23
                                    

Krestell

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Krestell.

El cuerpo de Demon trastrabilla hacia atrás por la impresión que mis palabras dejan en él. Sus ojos me taladran en lo más profundo de mi y no pasa mucho tiempo para que mis oídos puedan escuchar su respiración entrecortarse saliendo de sus labios entreabiertos. 

—¿Que haz dicho?—la rudeza de su voz me hace pasar saliva con fuerza, pero aún así intento porque todo el valor permanezca en mi cuerpo y mi ser. Carraspeo limpiando mi garganta antes de darle una respuesta.

—Tenemos un hijo.—repito, dejándolo anonadado—Tenemos a un maravilloso hijo. Tuyo. Mio. Nuestro.

No sabía lo mucho que esas palabras significaban hasta que las solté.

El rostro de Demon pierde completamente el color reemplazándolo por uno muy pálido y seco. Mi cuerpo tiembla y escucho a mi corazón detrás de mis orejas latiendo con premura y fuerza, las manos me sudan y una fina capa de sudor cubre mi frente sin contar las nauseas invadiendo mi garganta cada dos por tres.

Demon pasa una mano por su cabello y la misma la pasa por su barbilla, donde el bello facial comienza a notarse, mientras evita mirarme.

—Si esto es una maldita broma de mal gusto te sugiero que la termines en este mismo instante, Krestell.—ladra, furioso.

No digo media palabra, solo permanezco en silencio mirando otra cosa que no sean sus ojos. Y mi silencio es suficiente para que él pase saliva haciendo que su nuez de Adán se mueva al tragar, dándose cuenta de que lo que le digo es cierto y que no bromeo.

—Nunca podría bromear con algo así jamás.—dejo que mi cabeza se incline hacia abajo, evitando a todo costo su mirada.

Demon suelta un jadeo que casi parece un gruñido y cuando levanto mi cabeza para mirarlo, sus manos se aprietan con fuerza al igual que sus dientes.

Que mi único miedo no se haga realidad, por favor, por favor.

—No puede ser—susurra—. Malditamente no puede ser.

Patea la silla frente a mi haciéndome saltar en mi lugar. Él camina hacia mi dando fuertes zancadas que por un momento creo que va a destruir el suelo.

—Dime que esto es una maldita broma—me grita. Yo suelto un jadeo sorpresivo.

—¡Te dije que no, maldita sea!—esta vez soy yo la que exploto—. Tenemos un hijo. Un hijo que desgraciadamente no pudo conocer a su padre desde un inicio y un padre que le importó una mierda nuestra relación y lo mucho que yo lo amaba y me abandonó.

El corazón me duele, la presión en mi pecho es intensa y mi respiración es un desorden que en estos momentos estoy completamente segura de que no podré controlar.

El hombre frente a mi queda perplejo, sé que lo he dejado sin palabras. Sabe que muy en el fondo tengo razón en lo último que dije.

—Un hijo.—repite el como si no pudiera creérselo.

LITTLE SECRET [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora