LITTLE SECRET [+18]

CAPITULO 08

Krestell.

Mi corazón latía con fuerza en mi cavidad como si se fuese a salir de su lugar. Mi respiración, por más que trataba de controlarla, era desbocada y el tenerlo tan cerca de mi me afectaba, y demasiado.

No podía controlar las lágrimas, me afectó mucho lo que salió de su boca aún más que su cercanía. Todo de él me afecta ya se sea para bien o para mal. Me afecta a tal punto de volverme un lío conmigo misma.

Y la conclusión es que esto no puede seguir de este modo.

Quiero alejarlo.

Pero no puedo.

Quiero decirle que tenemos a un maravilloso hijo.

Pero tampoco puedo.

Mi corazón duele con la sola idea de mi hijo odiándome por esto. Tuve que mentirle sobre su progenitor y todo para protegerlo de algo que no estaba segura si iba a ser por mucho tiempo.

Mis piernas comenzaron a temblar cuando pegó sus labios con los míos y colocó sus manos a cada lado de mi cara tratando de calmarme.

Cómo hacía en el pasado.

Cada que me encontraba pasando por un mal momento él siempre estaba ahí para mi. Cuidaba de mi como si yo fuese una niña pequeña enferma que necesitaba de la atención de una persona que la entendiese. Lo ame tanto por todas esas cosas.

Corrección, amo.

El beso solo fue una pequeña y temporal colisión de nuestros labios, pero no quita que, aún en medio de lágrimas, lo disfrute. No se porque aun disfruto de sus besos después de tanto tiempo y lo peor de todo es que ya se le está haciendo costumbre besarme, bueno...besarnos.

No se quien de los dos se alejo primero de los labios del otro, estaba muy ocupada lloriqueando y embobada por él como para darme cuenta de semejante cosa.

Parezco estúpida.

El estruendo de la puerta nos hizo separar un poco debnuestros cuerpos y lo siguiente que mi mente procesa es la voz de alguien diciendo:

—¿Que coño pasa aquí?

Sentí el tacto del cuerpo de Demon tensarse de inmediato frente a mi.  Al girar mi vista hacia el umbral de la puerta visualizo el cuerpo curvilíneo de una mujer de cabello castaño la cual miraba en nuestra dirección con el ceño fruncido.

¿Quien es?

Gina, la nueva asistente de Demon hizo acto de presencia jadeando con su agitada respiración. Le dedico una mirada apenada y de disculpa a Demon el cual había posado su mirada en ella.

—Lo siento, señor. Le dije que no podía pasar, pero ella...

—Tranquila, Gina—suelta Demon aún pegado a mi cuerpo apaciguando la angustia notoria de Gina—Atenderé a la señorita. Puedes retirarte.