LITTLE SECRET [+18]

CAPITULO 17

Krestell.

El sonido de las sirenas de las ambulancias me dejaron aturdida, mas de lo que ya estaba. Me encuentro ensimismada sin saber siquiera en que mundo me encuentro ahora. Mis sienes palpitan y la molestia en la boca de mi estómago atrae a las nauseas que se asientan en el centro de mi garganta, molestándome. Alguien me sacude para llamar mi atencion, pero lo único que mi cabeza repite son las imágenes de ese maldito choque.

Choque en el que existe la posibilidad de perder al padre de mi hijo y al amor de mi vida.

Dios, Dylan.

Si Demon llegase a morir no conoceria a su hijo y...

No.

Demon tenia que vivir.

Por él, por su hijo, pero tenia que hacerlo.

No me importaba si no estuviesemos juntos, daria lo que fuera porque estuviese aquí y no en una sala de cirugia sin conocimiento alguno de si saldra con vida o no de allí. Sin embargo estoy bastante segura de que lo superara, es Demon. Es fuerte y el puede con todo. Con todo, y no podia irse de este mundo sin antes conocer a su mini él y su hijo sin conocer al que sé que es un maravilloso padre. No podia.

—Krestell.—respingo, volviendo a la realidad cuando escucho la voz de Demian demasiado cerca—¿Te encuentras bien?—su pregunta me hace mirarlo, su rostro se encuentra contraído, sé que se está aguantando las ganas de explotar por todo esto.
No me molesto en negar o afirmar, tampoco en secar mis lagrimas, no serviría de nada. En estos momentos me siento perdida, enredada en mi cabeza tratando de convencerme de que esto es una pesadilla de la cual quiero despertar, pero no puedo. No puedo porque esta es la maldita realidad.

—¿Necesitas algo?

Necesito a mi hijo y a Demon. Eso es lo que necesito ahora. Sacudo la cabeza en repuesta.

—No, gracias.

No vuelvo a decir nada mas. Comienzo a dar vueltas con desesperacion por todo el pasillo del hsopital, abrazándome a mi misma sintiéndome de muchas maneras menos en mi propio refugio en estos momentos.

Cuando las ambulancias llegaron al caos de accidente se desataron mis nervios cuando no habia señales de Demon y casi enloquezco cuando los bomberos dijeron que no había posibilidades de encontrar su cuerpo ya que toda la escena se encontraba en llamas. La espina de dolor, rencor y enojo descansa en mi pecho recordándome que el padre de mi hijo está a punto de morir y todo por mi maldita culpa.

Debí ser yo en su lugar y no él.

Demian vuelve a acercarse a mi para cuestionarme nuevamente sobre si necesito algo, solo meneo la cabeza en señal de negación sin quitar mis ojos de la puta puerta que se abre cada cinco minutos, el personal adentrándose y saliendo de la sala. Recargo mi cuerpo sobre la fría pared y dejo que mi cabeza descanse en esta, cierro mis ojos un momento y vuelvo a ver las imágenes del auto de Demon estrellarse contra el triller, probablemente no abandonen mi cabeza nunca.