Una Trampa

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Espero que les guste~

Esta vez no aterrizaron, sino que quedaron flotando en medio del gran cuarto iluminado por luces led, con múltiples juegos de arcade y estanterías llenas de lo que parecían ser a simple vista muchos CD. Los monos agitaron los brazos, girando en el aire, terminando algo mareados y de cabeza.

-¿Qué rayos pasa con este lugar?- bufo Macaque, molesto de sentirse repentinamente torpe.

-¡Es una sala anti-gravedad!- chillo MK con emoción obvia. -Saque la idea de ese cuarto lleno de juegos al que vamos con Mei todo el tiempo- rio alegremente.

-Eso es genial...- Wukong hizo una mueca, intentando enderezarse pero sin lograrlo, justo entonces notando que tenían compañía. Parados en medio de aquella habitación había dos figuras doradas, una que se veía como Mei y la otra como Red Son, ambos mirándolos fijamente. -Ammm...¿una ayuda es demasiado pedir?- sonrío con nerviosismo, algo incomodo por las miradas ajenas, sorprendido cuando ella extendió su mano hacia ellos. -Oh...- decidido que prefería tener los pies en la tierra, se removió, moviendo los brazos como si estuviera nadando y logrando avanzar algo, tomando la mano ajena antes de que ella cambiara de opinión. Fue jalado bruscamente hacia abajo y soltado tan pronto como sus pies tocaron el suelo. -Oye, Macaque~- llamo con tono burlón, sonriendo con diversión al ver a su contraparte flotar. -¿Te diviertes allí arriba?-

-Eres un maldito bastardo...- gruño de brazos cruzados, aun girando lentamente. El dios se rio, mientras la chica dorada daba un salto, agarrando el brazos del mono de las sombras y bajándolos a ambos, soltándolo apenas los pies ajenos tocaron el suelo. Macaque se arreglo ligeramente la ropa, usando su cola para golpear la nuca de Wukong, sonriendo apenas al escucharlo quejarse.

En el exterior

-Van a tardar mucho en encontrar a ese tonto Baku si siguen recorriendo recuerdos- Pigsy se cruzo de brazos, algo impaciente. Quería que toda la situación terminara de una vez para tener a su hijo de vuelta y bien, con toda su memoria de vuelta.

-Tiene razón- asintió Nezha, pensativo. -El Baku sigue huyendo, alejándose de los guardianes y manteniéndose oculto. Sera imposible encontrarlo así nada más, en especial si sigue recorriendo los recuerdos de MK-

-¿Y si le tendemos una trampa?- pregunto Mei de repente, llamando la atención.

-¿Y cual seria el sebo para algo así?- Tang se acomodo ligeramente los anteojos. La idea de una trampa era buena pero el problema era el sebo.

-Bueno...esa cosa era un comedor de pesadillas, ¿no?- sonrío con emoción. -Podemos poner pesadillas o malos recuerdos en un solo lugar, esperar y justo cuando se acerque para comer...¡Boom! Ellos lo atrapan, lo matan, lo despedazan...- siguió murmurando múltiples maneras de asesinar al Baku, una más imaginativa y sangrienta que la otra.

-Ignorando lo último...- Red Son dio un paso lejos de ella, iba a anotar para más tarde nunca hacerla enojar. -...esa puede ser una posibilidad. 

-Atraerlo seria mucho más fácil a que ellos sigan recorriendo los recuerdos- comento Sandy, pensativo. El de anteojo se mordió ligeramente el labio inferior, girándose para mirar el espejo que mostraba a los dos monos discutiendo entre si y con los guardias dorados simplemente mirándolos.

-Supongo...que se puede intentar- se acerco unos pasos y se aclaro la garganta. El pergamino no especificaba como funcionaba la conexión del mundo real al de los sueños pero debía intentar contactar a esos dos. -¡Oigan!- hablo, sus acompañantes mirándolo fijamente y en silencio pero los monos no reaccionaron. -¡Dejen de pelar ustedes dos y escuchen!-

En el interior

-Espera...- Macaque detuvo su discusión, escuchando una voz lejana y familiar, una que no era la de MK. Movió ligeramente las orejas, atento, siguiendo con pasos lentos de donde venia y deteniéndose frente a lo que parecía ser un espejo en la pared, uno que en vez de su propio reflejo, mostraba al adulto de anteojos y al resto del grupo mirándolo fijamente. -Wukong, ven aquí- hizo una seña y su contraparte se le acerco, sus ojos abriéndose al ver al pequeño grupo en el espejo.

-¡Hey!- sonrío enormemente.

-Al fin...- suspiro el de anteojos. -...por un momento, pensé que no funcionaria-

-¡Hola!- Mei se adelanto con una gran sonrisa. -¡Te ves hermosa, yo dorada!- rio ligeramente, dejando que Sandy la alzara para hacerla retroceder.

-Escuchen, tenemos una idea pero no sé que tan bien funcione- eso llamo su atención.

-¿Que tipo de idea?- el mono de las sombras enarco una ceja, curioso.

-Una trampa- Pigsy se paro al lado del humano, cruzándose de brazos. -Atraerlo a un solo lugar para poder atraparlo y deshacerse de esa cosa-

-Eso suena bien pero...- Wukong levanto la mano, con una duda en mente. -...¿Qué se supone que va atraer a ese glotón? Se come lo que sea-

-Pensamos que como era un comedor de pesadillas, eso lo atraería más que nada- comento Tang con algo de incomodidad.

-Oh...- los monos parpadearon ante eso. Atraerlo a un solo lugar por pesadillas era una buena idea pero para ello, debían saber donde se colocaban las pesadillas, eso significaba preguntarle al chico y de quien no habían escuchado una sola palabra en un tiempo. -¿MK?- llamaron, sin recibir una respuesta. Se miraron entre ellos, el mono de las sombras desenganchando la linterna para levantarla, notando que el brillo se había atenuado.

-MK, amigo, ¿puedes hablar con nosotros?- Wukong sonaba desesperado pero no le importaba, su atención centrada en la linterna, la única forma que tenían para comunicarse con su alumno. 

-Kid, si no nos hablas, no sabemos que pasa- Macaque también sonaba algo desesperado, su agarre en la linterna haciéndose más firme.

-Estamos preocupados- dijeron al mismo tiempo y justo cuando pensaron que no iban a recibir ninguna respuesta, lo escucharon, un susurro que venia de la linterna entre ellos.

-...no quiero que vallan haya...- susurro, triste y temeroso.

-¿A donde, Kid?- pregunto el dios con voz suave, sin ser exigente.

-...a donde van todas las cosas malas...- se escuchaba tan asustado que los presentes solo querían abrazarlo con fuerza pero no podían. Los monos se miraron entre sí, haciendo una ligera mueca, se imaginaban que el menor no los quería cerca de sus pesadillas. -...no quiero que lo vean...no quiero que vean nada de eso...- sollozo y eso rompió el corazón de quienes lo escuchaban.

-Esta bien, Kid. Tranquilo- Macaque susurro, hablando con voz tranquila y esperando poder ayudar. -Entiendo porque no quieres que vayamos pero solo queremos ayudarte-

-Si, no queremos entrometernos mas de la cuenta...- habló el dios. -...pero si esto funciona, saldremos de aquí antes de que te des cuenta-

-Lo entiendo pero...- sollozo.

-Haremos todo lo posible para no ver nada- aseguró el de pelaje claro.

-Tampoco te jugaremos por nada de lo que este allí- aseguró el de pelaje oscuro. El silencio que venía de la linterna era tenso pero esperaron, queriendo que el menor lo pensara lo mejor posible. Estaban desesperados por encontrar al Baku pero no querían molestar a MK, quien ya debía sentirse algo incomodo con la invasión repentina en su mente.

-...no se donde están...- murmuró después de unos segundos, sonando triste aun. -Tenía todo escondido bajo el suelo pero...cuando los guardianes de Pigsy, Tang y Mei se crearon, se llevaron todo eso a otro lugar, lejos de mi y sin decirme nada- y eso era una sorpresa al decir verdad.

-¿Hay alguna forma de saber dónde están?- preguntó el mono de las sombras. Debían saber dónde estaban para poder atraer a esa cosa y matarla de una vez por todas.

-Los guardianes no les dirán nada- murmuró, pensativo, la luz de la linterna parpadeando, como si demostrará su duda. -Aunque...creo saber quien puede ayudarlos-

Monkie Kid: Baku el devoradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora