Espero que les guste~
Mientras se dirigían al siguiente cuanto, alguien se les acerco repentinamente, aterrizando justo a su lado. Era la versión dorada de Wukong, quien fue rápido en alzar al niño, recibiendo una risa alegre como respuesta.
-¡Guardian Monkie King, justo a tiempo!- sonrío enormemente, para después mirar a su amigos, quienes retrocedieron un paso de manera disimulada ante la mirada seria y fulminante del guardián dorado. -Le pedí que te dejara ver mi recuerdo...- se veía emocionado. -...y dijo que si~- el mono de pelaje claro parpadeando con sorpresa ante eso. Casi se había olvidado de eso.
-No somos tan diferentes, ¿he?- Wukong sonrío con burla, ambos débiles ante cualquier petición que venir de sus sucesor al parecer. El guardián se veía molesto mientras desenganchaba el durazno que colgaba de su cinturón con una de sus manos, extendiéndola, sosteniendo al menor con su brazo libre.
-Ambos son tonos- bufo Macaque, viendo como su contraparte daba un salto para acercarse. El dios solo le hizo una mueca al mono de las sombras, para después fijar sus ojos en aquel durazno que descansaba en la mano ajena. Sonrío enormemente y acerco su mano, sus dedos rozando la suave superficie.
-¿Listo, chico?- pregunto Wukong con una gran sonrisa, su cola moviéndose con emoción. MK fue rápido en asentir, alzando los brazos, la sonrisa del mono agrandándose. El dios lo alzo, dando un salto con el chico entre sus brazos y aterrizando en su nube, donde se acomodaron rápidamente. Wukong miro hacia el frente y MK se aferro a su maestro, una risa llena de felicidad saliendo de su boca cuando la nube de repente acelero, el fuerte viento golpeando su rostro por la velocidad y dejando escapar un pequeño chillido ante cada loca maniobra, ambos sonriendo con emoción.
Wukong sonrío con cariño puro ante aquel recuerdo, viendo a su pequeño y feliz sucesor. Haría lo que sea para mantenerlo de esa manera.
... ... ... ...
Fueron a la habitación con arcade y falta de gravedad, solo para asegurarse que todo estuviera bien. Le versión dorada de Mei siguiéndolo de cerca, vigilante, mirándolo con una extraña seriedad pero mostrando una gran sonrisa cada vez que el menor se volteaba mirarla. Para ambos mono ella era extraña, demasiado silenciosa para su gusto. Ella saco algo del bolsillo de su campera, una CD de aspecto limpio y ligeramente brillante, extendiéndolo hacia ellos. Macaque se acerco con algo de duda y curiosidad, dejando que sus dedos rozaran el objeto.
Ambos niños estaban en el baño, el piso de este lleno de cabello recién cortado, el cabello de Mei luciendo como un desastre y MK luciendo nervioso con las tijeras en manos. Se miraron entre ellos en silencio por unos segundos, empezando a reír de repente, luciendo contentos. Se sobresaltaron ante el grito de uno de los adultos, que se veía en pánico por el desastre, pero ambos aun estaba felices y sonriendo enormemente, ninguno luciendo culpable por lo que habían hecho.
Desde el exterior, Mei rio, ignorando la mala mirada que le lanzaron Pigsy y Tang, quienes habían sido los que los habían descubierto en aquel entonces. Era un recuerdo gracioso y dulce, uno que marcaba el comienzo de su rebelión y demostraba la ayuda que había tenido. Amaba a ese chico, ya quería que despertara para darle muchos abrazos.
... ... ... ...
La ultima habitación era amplia, con aspecto de biblioteca casi, con algunos sillones y un par de muebles llenos de libros pero también había un par que parecían contener platos blancos y con unos bonitos decorados en los bordes. Las versiones doradas de Tang y Pigsy estaba allí, el primero sentándose cómodamente en uno de los sillones y haciendo aparecer un libro entre sus manos, mientras que el otro se quedo parado cerca y haciendo girar su paleta de pin pon.
-Pigsy y Tang siempre están juntos...- hablo MK, viendo como sus dos amigos recorrían el lugar con la mirada. -...así que decidí que hacerles un cuarto juntos. Los libros son de Tang y los platos de Pigsy- corrió hacia los guardianes, subiéndose al sillón con algo de dificultad y mostrando una gran sonrisa al lograrlo. -¡Muéstrenles!- dio ligeros saltos en su lugar, obviamente emocionado. El de anteojos mostro el libro que tenía entre sus manos, mientras que su acompañante hizo un gesto e hiso aparecer un palto con recordados llamativos entre sus manos. Wukong se acerco con curiosidad, tocando el libro.
-Al fin...- suspiro Pigsy. -...terminamos- Tang asintió, ambos sentados y con múltiples papeles sobre la mesa, ambos luciendo cansados.
-¿Qué terminaron?- pregunto MK, subiéndose a una silla descopada para ver, sus ojos recorriendo los papeles. Podía notar la firma de ambos en algunos de ellos pero no podía entender el resto.
-Unos papeles que lo hacen oficial...- hablo el chef. ambos mostraron una pequeña sonrisa, luciendo cansados pero cariñosos. El demonio alzo al chico, quien parpadeo con confusión pero se dejo llevar, mirándolos a ambos con curiosidad.
-...eres totalmente nuestro- termino el de anteojo, obviamente aliviado y feliz.
-¡¿En serio?!- se sorprendió ante aquella palabras, removiéndose con ansia entre los brazos ajenos. -¡¿Soy suyo ahora?!- había lagrimas empezando a salir, emocionado.
-Totalmente nuestro- y se abrazaron con fuerza, los mayores consolando con palabras dulces y pequeños besos en la frente al sollozante niño, quien se aferro a ellos con fuerza y felicidad, sintiéndose cálido por primera vez en mucho tiempo.
En el exterior, el par se estaba abrazando entre ellos, conmovidos y emocionados. Ese había sido un gran día, cuando habían logrado terminar todo el papelerío que les habían mandado hacer y se había confirmado la adopción, se habían convertido oficialmente en familia.
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Monkie Kid: Baku el devorador
FanfictionMK se ha vuelto el objetivo de un demonio hambriento, que esta dispuesto a lo que sea con tal de tener su banquete con ese chico como único y principal plato Aunque los demás no se quedaran de brazos cruzados, todo se por proteger a su amigo Solo se...