02. Nunca ocurrió

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Después de un año y medio, Naruto se encontraba en una misión junto con Sakura y Sai. El rubio ya había recibido su brazo derecho, pero la frustración lo embargaba.

-¡Maldición! Si no lo hubiera perdido de vista, habríamos terminado rápido la misión -gruñó Naruto, visiblemente molesto.

-Relájate, sí -intervino Sai-. De todas formas, terminamos la misión, aunque una parte fue tu culpa que se escapara -añadió en un susurro.

-¡¿Crees que eso me hace sentir mejor?! -respondió Naruto, exasperado.

-Si quieres, yo te ayudo a relajarte, Naruto... -Sakura lo miró con una expresión coqueta.

-Gracias, Sakura, pero no hace falta. Estaré bien -respondió Naruto con una sonrisa nerviosa.

Ya era de noche cuando se acercaron a un pueblo, así que decidieron buscar alojamiento. Al llegar, se comunicaron con una señora mayor que les ofreció habitaciones.

-Buenas noches, señora -saludó Sakura cortésmente.

-¡Oh! Buenas noches, jovencita. ¿En qué les puedo ayudar?

-¿Tienen habitaciones disponibles para tres? -preguntó Sakura.

-Sí, por supuesto. Vengan conmigo -respondió la señora.

-Gracias -agradeció Naruto-. No sabríamos qué hacer sin usted, dattebayo.

-Oh, no es para tanto -respondió la señora, sonrojándose y soltando una sonrisa-. Eres el héroe de la aldea de la Hoja, ¿verdad, muchacho?

-Sí -respondió Naruto, sintiéndose incómodo por la situación.

-¿Qué te ocurre, Naruto? -preguntó Sai, notando la incomodidad de su amigo.

-No, no es nada, Sai. Solo tengo un poco de calor -mintió Naruto.

-¿Ah, sí? Yo creí que era por Sakura -Sai sonrió inocentemente.

-Sai, será mejor que cierres la boca -murmuró Naruto entre dientes, dándose cuenta de que Sakura estaba celosa.

«¿En serio? Con una pobre viejita. Te mataré, Naruto idiota», pensó Sakura, sintiendo una oleada de celos.

Al darse cuenta de las intenciones de su novia, Naruto decidió dormir solo en una habitación esa noche. Suspiró al sentirse seguro una vez dentro, pero una extraña sensación lo invadió.

Llevaban cuatro meses como pareja, pero Naruto no se sentía completamente satisfecho. A pesar de estar juntos, algo parecía faltarle. Había pensado que estar con Sakura le ayudaría a comprender el verdadero significado del amor, pero se encontraba confundido.

-¿Pero en qué estoy pensando? -suspiró, desordenando su cabello-. Debo estar cansado por el viaje.

Se despojó de su ropa y se dirigió hacia la bañera. Antes de entrar, notó una prenda ajena sobre una silla. Al abrir la puerta del baño lentamente, se sorprendió por lo que vio.

Quien estaba ahí era nada más y nada menos que Hinata Hyuga, quien cubría su cuerpo con una toalla, de espaldas, mientras su largo cabello lo mantenía agarrado con un moño morado.

No quiero perdete |NaruhinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora