No quiero perdete |Naruhina

23. El Renacer de la Bestia

Las criaturas resucitadas están volando sobre la cabeza de Hinata, eran al menos ocho de ellos. Los ninjas corren hacia el laboratorio.

—Hinata, ¡Ve al laboratorio y encuentra a Zansuru! —dice Naruto.

Naruto comienza persiguiendo al dragón, pero el primer objetivo era atrapar a aquellos que podían volar por el cielo, utilizando su multiclones de sombras. Mas no era posible lograrlo tan fácil, incluso para Naruto era una tarea difícil ya que eran rápidos al escapar. Asintiendo, Hinata corre hacia el laboratorio, mientras Sasuke aparece y trata de usar el Susanno para ascender al cielo pero una voz detrás lo detuvo.

—¡Estoy aquí, 487!

Desde la parte posterior del dragón, un hombre camina por el ala de la bestia que descendió al suelo de un aleteo. Él lleva una gran sonrisa, siendo la misma expresión diabólica que solía llevar siempre.

—Zansuru —Sasuke fulmina con la mirada al hombre que está frente a él.

—Tú eres quien trajo a esa bestia de vuelta a la vida —dice Naruto a aterrizando a un lado de Sasuke— ¿Cuál es el propósito de todo esto?

—Yo jamás te diría cual es mi propósito. Además, yo soy el que tiene que hacer las preguntas aquí —dice Zansuru y Sasuke está pensando en que utilizar en contra de Zansuru mientras la conversación continua. El problema aquí era la prótesis que el director tenía en su ojo, no importa cuánto contacto tuviera con su sharingan, a la bestia no lo afectaba en nada. ¿Hay alguna manera de hacerle daño y sellarlo al mismo tiempo? ¿Qué tiene que ver el Primer Ministro? ¿Lealtad?— No pareces saber cuál es tu posición aquí: tú sólo eres un shinobi de un país vecino igual que tú amigo —dice y antes de terminar mira a Naruto— Pero yo tengo un poder estatal.

—El jutsu de resucitación impura es una técnica prohibida —continua Naruto, lo que ha escuchado de Kakashi sobre Orochimaru.

—¿Hablas de la reencarnación de la tierra? ¿En tu país llaman prohibido al acto de volver a traer algo a la vida?

Aparentemente la técnica que estaba usando no es exactamente igual a la que conocía Sasuke: la transmigración, la técnica que ya había conocido en el pasado. De repente hubo un fuerte ruido detrás, era el sonido de que algo había colapsado. Probablemente parte del edificio del laboratorio fue aplastado. ¿Hinata ha llegado a salvo? Como Sasuke y Naruto miraron por encima del acantilado, los ojos de Zansuru se movieron en respuesta, parecía que este podía ver, sin embargo la información circundante la obtenía por algún otro método, no como la función que realizan los ojos normales.

—Tu propósito es usar las bestias resucitadas como armas para apoyar la conspiración del primer ministro. Sabes, me pregunto si también se encuentran tus amigos en el pueblo.

—¿Acaso no fueron matados todos ya aquí? ¿Cuál es el problema? —Zansuru tiene una sonrisa relajada en el rostro que de repente se convirtió en una expresión rígida— Es natural morir para los que aún están vivos. Mientras violen las leyes nacionales, ese es su final. En realidad yo no quiero ponerlos en el estómago de estos preciosos dragones, pero todo esto es un plan del ministro, quien hace un buen trabajo manejando la basura. Yo soy una persona que debe ayudar con mi poder al estado y ser el cerebro del país. ¡No! —Zansuru que está emocionado mientras habla, grita histéricamente cuando empujó la lente de sus gafas que se habían resbalado y se detuvieron en sus labios.

¿Quién vendrá a este lugar a menos que sea para el ministro? Aparentemente, la lealtad que le tiene parece ser densa. Era necesario que lo detuviera lo antes posible, ¿Pero cómo? Activando el sharingan y dirigiendo el rojo de su ojo hacia Zansuru, pudo confirmar la cantidad de chakra que rodeaba el cuerpo del director. De pronto Sasuke sacude sus ojos, ya que la cantidad de chakra que fluye a través del cuerpo de Zansuru no es diferente del de los humanos comunes. Él no era un shinobi, era obvio que no era él el que usó el jutsu de reencarnación. ¿Qué significaba eso? Si no era Zansuru, ¿Quién es en realidad el invocador?