07. Eres muy fuerte

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El cambio de clima se hacía cada vez más notorio. Hanabi y Hinata decidieron dejar el entrenamiento para más tarde y tomaron sus abrigos con la intención de ir a la tienda de Florería Yamanaka.

En el camino, se detuvieron en una tienda para comprar lana de colores diversos para tejer en casa. Hanabi también compró tela de algodón, tela de paño grueso, relleno y un hilo blanco.

—¿Harás un muñeco? —preguntó Hinata mientras pagaba su pedido.

—Sí, o al menos eso intentaré. Dado que vas a tejer, ¿me enseñarás cómo hacerlo? —respondió Hanabi, eligiendo las telas.

—Claro —dijo, acercándose para ayudarle a seleccionar los materiales.

La nieve pronto comenzaría a caer sobre la Aldea Oculta entre las Hojas. Aunque pudiera parecer soñador, la nieve era realmente hermosa. Las personas tenían dos opciones: palearla o hacer ángeles de nieve. En el cielo, los pájaros revoloteaban en busca de comida, intentando escapar del frío antes de que llegara el mal tiempo, y se refugiaban en lugares más templados para pasar el invierno, aunque no todas las aves migraban.

—¡Hola, Hinata! ¡Hanabi, qué alta estás!

Ino apareció con su habitual energía y emoción. Se acercó rápidamente y las abrazó con fuerza.

—También nos alegra verte, Ino —dijo Hinata en un susurro, con una leve sonrisa. Ino se dio cuenta de que las apretaba demasiado y las soltó, mostrando su rostro apenado.

—Eres muy fuerte —comentó Hanabi con una sonrisa y se acercó a unos ramos de flores, que le gustaban tanto como a Hinata.

—Lo siento, chicas, es que estoy tan emocionada —dijo Ino, aún sonriendo.

—¿Una cita? —preguntó Hinata, notando un leve rubor en las mejillas de Ino.

—Algo así. Por cierto, viniste por los narcisos blancos, ¿verdad?

—Sí.

—Espera un momento, ya te los entrego.

Después de salir de la tienda, aún era temprano, así que decidieron ir a un lugar cercano para llevar comida y disfrutar de un rato más.

De lejos, Hinata vio a Naruto, Sakura y Sai acercarse. Parecía que regresaban de una misión y se dirigían al Sexto Hokage para informar sobre ella. No deseaba saludarlos; no quería verlos juntos. Sabía que nunca tuvo la oportunidad de estar con Naruto, pero quería ser fuerte y olvidar esos sentimientos. Si no lo hacía, si no lograba superar esto, nunca podría olvidarlo.

Debía enfrentarlo. Ya no quería ser la chica débil y tímida. Quería cambiar, ser alguien diferente y hacer algo que la Hinata tímida jamás haría.

—¡Hola! Hinata, Hanabi, ¿qué hacen? —saludó Naruto, levantando el brazo.

—¡Hola, Naruto! ¿Regresan de una misión? —preguntó Hanabi, acercándose a ellos, mientras Hinata caminaba detrás de ella.

—Sí, Hanabi —Naruto desvió la mirada de Hanabi para fijarse en Hinata—. Hey, Hinata.

—Hola, Naruto —saludó Hinata, tratando de controlar sus nervios. Estaba a punto de salir corriendo de allí, pero esto era muy difícil.

—Me alegra verte, Hinata. En tan poco tiempo sin vernos, has cambiado un poco. Tu cabello está más largo desde la última vez, un corte no te vendría mal —comentó Sakura, deteniéndose frente a ella. Su mirada tenía algo intimidante, ¿acaso quería desafiarla?

En parte, Sakura tenía razón. El cabello de Hinata había crecido mucho, llegando casi a sus muslos. Estaba considerando que un corte no le vendría mal.

—Cierto, gracias por decírmelo. Lo tendré en cuenta. El tuyo también ha crecido, Sakura —respondió Hinata.

—Sí, y pienso dejarlo crecer porque a Naruto le gusta —contestó Sakura con una sonrisa.

Su cabello caía cuatro dedos por debajo de sus hombros, y era hermoso sin importar el corte, ya fuera corto o largo. Sakura se veía radiante, pero Hinata no debía desanimarse. Sabía que la belleza exterior no era más que el encanto de un instante.

—Qué bien —dijo Hinata, sin mucho que añadir. No era su lugar decirle a Sakura lo que debía hacer con su cabello. Ella decidiría lo que quisiera.

—Oye, ¿Hinata? ¿Estás bien? —preguntó Naruto, notando su incomodidad.

Hinata levantó la mirada y cruzó sus ojos con los de Naruto. Involuntariamente, sus mejillas se sonrojaron. Ese chico...

—¿Huh?

—Es que estás agarrando tu cabello con tanta fuerza... —Naruto señaló con su dedo índice y Hinata se dio cuenta de cómo estaba sosteniendo su cabello con la mano derecha. Lo soltó de inmediato y miró a los demás.

—Oh, sí.

—¿En qué piensas, hermana? —Hanabi observó a Hinata con una expresión pícara, y los nervios de Hinata volvieron a fluir.

—¡Hanabi! —la reprendió Hinata.

—¡No he dicho nada malo! —replicó Hanabi con una sonrisa burlona.

—Nosotros ya debemos irnos —dijo Sai, uniéndose a la conversación por primera vez.

—Sí, tenemos que ir con el Hokage —confirmó Sakura—. Nos vemos, chicas.

—Hasta luego, Hinata. Adiós, Hanabi —dijo Naruto, rodeando los hombros de Sakura con su brazo, lo cual ella aceptó gustosamente.

Se despidieron de los chicos, y Hanabi no dejaba de hacer comentarios bromistas sobre Sakura. Hinata los observó alejarse, deseando poder decirle a Naruto lo que sentía por él, pero sin el valor suficiente para enfrentarlo.

Le pidió a su hermana que regresaran a casa, ya que realmente no se sentía bien. En su hogar, podía encontrar la calma y pensar en lo que aún no lograba entender. El amor no es algo que se busca, sino algo que te encuentra a ti. Pero Naruto solo la quería como amiga, y eso debía metérselo bien en la cabeza.

Sacó de la funda lo que había comprado y empezó a imaginar qué podría bordar con las lanas ahora que el invierno se acercaba. Levantó la vista hacia el patio y vio, a unos metros, el halcón de Sasuke. En los últimos meses, se habían comunicado así, y a veces le enviaba algo de comer, ya que conocía el tiempo exacto que tardaba el ave en llegar.

—Hey...

El halcón aterrizó, y Hinata caminó tranquilamente hacia él. Se arrodilló para tomar la nota que llevaba y leer el contenido. Al leer el mensaje, se alegró de la noticia. Su vista se desvió del papel hacia las lanas que había comprado, y decidió que debía apresurarse a tejer algo bonito.

16/06/2020

No quiero perdete |NaruhinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora