Sasuke se había convertido en un amigo cercano de Hinata, y la estaba esperando fuera de la oficina del Hokage, pidiéndole que lo acompañara.
—Hinata —llamó Sasuke mientras ella lo veía acercarse.
Por el pasillo, Ino y Sakura se dirigían hacia ellos.
—Hola, chicas —saludó Hinata a sus amigas.
—¡Hinata! ¡Viniste por nosotras! ¡Qué dulce eres, amiga! —exclamó Ino, apretando sus cachetes, lo que le dolió un poco.
—No, Ino, te equivocas. Vine porque Sasuke me lo pidió.
Al escuchar esto, Ino y Sakura quedaron pasmadas.
—¿A Sasuke? —preguntó Sakura, visiblemente sorprendida.
—¿Nos vamos? —dijo Sasuke.
Hinata asintió y se despidió de sus amigas.
—¿Qué pasa? —preguntó Hinata, refiriéndose a la situación anterior.
—Nada —respondió Sasuke con un tono que indicaba que no quería profundizar en el tema.
—Bueno, ¿qué fue lo que dijo el Hokage?
La aparición de las misteriosas figuras o marionetas, como Sakura las llamaba, había sido preocupante. Sin la intervención de Sasuke, Hinata podría haber sido capturada por ellas.
—Tendré que quedarme más tiempo en la aldea... Seré como tu guardaespaldas —anunció Sasuke.
—¿Mi qué...? —Hinata no podía creer lo que escuchaba hasta que vio la seriedad en el rostro de Sasuke. Sasuke le explicó la situación. Aunque Hinata sentía que no quería ser una carga, no podía negar que su presencia era invaluable. Al menos, él se quedaría un tiempo más en la aldea— Ya que no te irás de la aldea, acompáñame a un lugar.
—¿A dónde exactamente?
—A la academia, pero primero pasemos por la casa de Kurenai para llevar algunas cosas.
Sasuke aceptó y ambos se dirigieron a la casa de Kurenai. Al llegar, la ex-sensei de Hinata le entregó varias cosas que Sasuke ayudó a llevar, ya que eran más de lo que esperaba. Luego, se dirigieron a la academia, donde Hinata terminó lo que necesitaba hacer. Después, fueron a comer y finalmente regresaron a la casa de Hinata. Ella le agradeció a Sasuke por su ayuda y se despidieron.
Días después, todo parecía ir bien. Hinata le pidió al Hokage que removiera a Sasuke de su rol como guardaespaldas. Aunque entendía que estar sola podía ser peligroso, no quería ser una molestia para él, ya que él también tenía cosas que hacer.
El Hokage se rehusó a cumplir su solicitud, y Hinata no tuvo más remedio que aceptar. Al salir, se encontró con Sasuke Uchiha.
—Bu-buenos días —saludó Hinata con una pequeña reverencia.
—Hinata, ¿te molesta que te cuide? —preguntó Sasuke.
—No, no es que me moleste, pero pensé que tenías cosas que hacer y que, al pasar tanto tiempo conmigo, no has podido resolverlas... yo...
—Entiendo —respondió, girándose—. Tengo hambre. Te invito a comer.
—¿Ah? ¿Ahora? Bien, digo ¡sí! —contestó, nerviosa. Nunca se le había dado bien hablar con los chicos. Al menos con Sasuke podía ser ella misma. Si fuera Naruto, no sabría qué decirle; sería un caos.
—Vámonos de una vez —habló, tomándola de la mano. El rostro de Hinata se sonrojó al instante.
Se sentía extraña y nerviosa, un sentimiento que solo Naruto solía provocar en ella.
—¡Hey! ¡Hinata!
—Hola, Kiba, Shino, Akamaru —saludó Hinata.
—Hola, Sasuke. ¿Están en una cita o algo así? —preguntó Kiba.
—¡Claro que no, Kiba! —dijo Hinata, sonrojándose aún más y tocando sus mejillas calientes.
Kiba y los demás le informaron que habían encontrado al hombre que había intentado secuestrarla. Al parecer, él tenía un conflicto con su padre, quien siempre lo había vencido en combate. El hombre había intentado lastimar a Hinata para vengarse de la humillación sufrida a lo largo de los años.
El Hokage convocó a Hinata y a Sasuke para informarles que el hombre estaría en prisión hasta que el líder decidiera su sentencia. Con esta noticia, Sasuke dejaría de ser su guardaespaldas, y Hinata se sentía triste ante la perspectiva de no verlo con frecuencia.
Frente a las grandes puertas de la Aldea Oculta entre las Hojas, era el día en que su amigo se iba.
—Espero que vuelvas pronto, Sasuke, dattebayo.
Sasuke asintió y chocó el puño con el de su amigo, un gesto de camaradería que siempre había compartido con Naruto.
—Hice algo para ti y para Yoko. Ya sabes, para cuando tengan hambre puedan comer, y no le puse dulce. Espero que les guste —dijo Hinata, entregándole una pequeña bolsa.
—Gracias, Hinata. Nos volveremos a ver —respondió Sasuke, esbozando una ligera sonrisa. Ella le devolvió la sonrisa, la cual era más notoria y cálida.
—Por supuesto.
Sakura no había venido a despedirse. A veces, él sentía que ella aún lo amaba, pero sabía que no debía meterse. Ahora estaba con Naruto, quien parecía ser la persona a la que amaba. Sasuke se fue, y ellos estaban a punto de regresar a sus hogares cuando un grito los alertó.
—¿Sakura? —Naruto se acercó a ella con preocupación.
—¿Ya se fue? —preguntó Sakura, visiblemente cansada y agitada por la carrera que acababa de hacer.
—Llegaste tarde, Sakura —dijo Hinata, acercándose a ellos. Sakura mostró una pequeña sonrisa triste, lamentándose.
—No llegué a tiempo —bajó la mirada antes de dirigirse a Naruto—. Me hubiera gustado despedirme.
—Será para la próxima. No es la última vez que lo veremos, Sakura —respondió Naruto con su característico optimismo.
—Tienes razón, Naruto. Bueno, debo regresar al hospital. ¿Me acompañas?
—¿Eh? Yo... —Naruto se giró hacia Hinata, rascándose la nuca con incomodidad.
—Vayan. Yo debo ir a un lugar antes de llegar a casa —dijo Hinata, tratando de aliviar la preocupación de sus amigos.
—Gracias, Hinata —dijo Sakura, agradecida.
—¿Segura? ¿No quieres que te acompañemos hasta tu casa?
—Segura, Naruto. Vayan tranquilos.
—Ya ha dicho que estará bien. Vamos, Naruto —dijo, tomándolo del brazo.
—Espera, Sakura... —Naruto intentó protestar, pero Sakura ya lo arrastraba casi sin darle opción.
Hinata suspiró, con los sentimientos aún no resueltos hacia el único chico que había amado. Volteó en la dirección en que Sasuke se había ido, más allá de las puertas de la aldea, y no pudo evitar sonreír al pensar que algún día regresaría.
—Buen viaje, Sasuke.
11/02/2021
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No quiero perdete |Naruhina
RomanceNaruto no se dio cuenta de sus sentimientos por las personas cercanas, Hinata renunció al amor que tenía por el chico de ojos azules. Sakura, quien lamentaba lo que le pasó a Sasuke, decide dejarlo y refugiarse en los brazos de Naruto. Sasuke se ven...