Capítulo XX

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Despierto con un desastre de papeles por todos lados. Me levantó y recojo el desorden devolviendo todo a su caja. Miro el reloj y son las seis por lo que aún no empieza la jornada laboral.

Aprovecho para llevar las cajas a mi cuarto sin ser vista. Cojo las cajas y salgo, camino por los pasillos con cuidado de que el poco personal que transcurre no me vea.

Entro en mi habitación y escondo las cajas debajo de la cama. Las cubro bien con la sobre cama y luego voy a asearme y vestirme al baño.

Salgo a trabajar y cierro con seguro antes de ir a la cafetería. Los pasillos que antes estaban desiertos ahora se encuentra ocupado. Todos me saludan durante el trayecto hasta la cafetería y cuando llego pido un sándwich y un jugo.

Me voy a mi oficina mientras como.

- Buenos días - saludo a mi enfermera.

Entro, me siento y reviso mi agenda. Tengo diez consultas en el día así que tendría un día ajetreado.

Empiezo con Logan un niño que sufre de depresión, nada tan grave como para estar aquí pero tiene que estar en observación.

- Hola, ¿Cómo estás?

- Bien .- Su vista se encuentra perdida.

- Dime, ¿qué te gustaría ser cuando seas grande?

- No sé.

- Tiene que haber algo que te guste hacer.

- Solo sé que no quiero ser como mi padre.

Logan está aquí porque su madre murió en manos de su padre y esto le ocasionó algunos trastornos, por las noches no duerme bien por los recuerdos y no puede estar serca de una pelea porque se sobresalta además de la depresión.

- Podrías ser pintor, tus dibujos son muy bonitos.

- Tal vez.

- ¿Si pudieras pedir tres deseos qué pedirías? - su atención al fin se posa en mí.

- El primero sería que mi madre estuviera viva, el segundo que mi padre no existiera y el tercero salir de aquí.

- Podemos hacer algo. Puedo llevarte a dar una vuelta y luego regresar. ¿Quieres?

- Sí.

Me levanto, le doy la vuelta al escritorio y estiré mi mano para que la tomara. Luego salimos de ahí.

- Saldré por unas horas, agenda mis citas por favor. - le avisé a mi enfermera para luego salir.

Caminamos por el pasillo hasta llegar al estacionamiento. Abro el auto y dejo que Logan entre.

Me pongo en marcha, en el trayecto pongo un poco de música y luego de un rato empezamos a cancelar la canción. Después de el largo viaje aparco en un parque muy bonito y grande. Había un lago en el centro y las personas transitaban de un lado a otro mientras otras hacían ejercicio.

Caminamos un rato admirando el paisaje hasta que vimos a unos niños jugando. Lo animé a jugar con ellos así que me senté en un banco a vigilarlo.

Luego de un tiempo pude apreciar como volvía a ser un niño, en su rostro apareció una amplia sonrisa y por un momento dejó de estar deprimido.

Al pasar una hora nos marchamos de vuelta al hospital y dejo que el niño vuelva a su cuarto.

Vuelvo a mi oficina y continúo con mis pacientes. El tiempo corre y terminó mi larga jornada laboral.

Recogo mi oficina y salgo a ver a Alan. En el camino me viene a la cabeza todo lo que descubrí ayer. Tengo que desenmascarar al culpable.

Llego a mi destino y entro. Al hacerlo mi cuerpo choca con la puerta mientras un cuerpo me presiona por detrás.
Su mano despeja mi cuello echando mi pelo a un lado e introduce su rostro en esa zona. Siento si aliento en mi cuello y mi cuerpo entero se eriza.

Recorre desde mi hombro hasta la barbilla llenando todo de besos. De mis labios escapa un gemido y entonces me voltea quedando frente a frente. Su mirada intensa me recorre para luego saltar a mis labios sin piedad.

El beso se vuelve salvaje, necesitado como si nuestros cuerpos quisieran saciarse el uno del otro. Mis manos se introducen en su camiseta y suben recorriendo cada músculo de su abdomen.

Sus manos se deslizan por mi cuerpo hasta mis muslos, asciende subiendo mi falda en el camino. Con una mano entreda una de mis piernas en su cintura y la otra se escabulle dentro de mis bragas.

Dos de sus dedos me penetran a un ritmo lento mientras sus labios juegan con los míos callando mis jadeos. Aumenta la velocidad y mis uñas se clavan en sus hombros. Cuando al fin siento que llego al cielo para y saca su mano de mi intimidad.

Lo miro molesta y en su rostro aparece una sonrisa mientras lleva los dedos que hace unos minutos me daban placer a su boca probando mis fluidos.

Entonces se aleja de mí un momento para mirarme. Sus manos atrapan mis bragas y las quita deslizandolas por mis pies. Envuelta en una de sus manos la lleva a su nariz olfateando. Me muerdo los labios y sin poder resistirme me lanzo sobre él apoderándome de sus labios. Mis manos ansiosas fueron directo a su pantalón y luego de lograr su cometido los bajo dejando ver su paquete.

Alan retiene mis manos contra la pared y con una mano se introduce en mí provocando un jadeo en ambos por la sensación.

Comienza su vaivén lento torturándome.

- Más rápido...- solté en un aliento.

Sus movimientos aumentaron. En la habitación solo se escuchaban nuestros gemidos y el golpeteo de nuestros cuerpos al impactar. Mi excitación aumenta y por fin siento las cosquillas del orgasmo. Llego al límite soltando un grito de placer que Alan acalla con sus labios y siento como se corre dentro.

- Te extrañé - me susurró al oído y lugo metió su cabeza en mi cuello.

Después de que nuestras respiraciones se normalizaron y nuestros cuerpos se recuperaran nos separamos. Él se subió sus pantalones y yo arreglé mi falda.

- ¿Me devuelves las bragas? - estiré la mano para recibirlas.

- ¿Estas? - me las mostró - me las quedo de recuerdo - me mostró una sonrisa traviesa y se las guardo en el bolsillo del pantalón.

- ¿Entonces pretendes que vaya sin nada debajo?

- Así es.

Incrédula me giro y abro la puerta para marcharme pero antes de dar un paso me detienen. Me jala hacia él me besa introduciendo su lengua en mí y con una mano me aprieta una nalga. Luego me suelta y se aleja.

Sorprendida por su arrebato salgo de ahí directo a mi cuarto para bañarme y cambiarme. Al salir de la ducha voy al comedor para pedir algo de comer y luego regresar.

Vuelvo al cuarto con un poco de pizza y me dispongo a seguir leyendo los documentos que me llevé. El tiempo pasó ganándome el cansancio.

Recogí todo y me acosté a dormir después miré el reloj para confirmar que eran las tres de la madrugada, demasiado tarde para alguien que se levanta a las seis y mis ojos se fueron cerrando hasta caer en un profundo sueño.

¡Holaaa! Estoy de vuelta.
Este es el capítulo que no les pude subir porque lo perdí y obviamente no quedó como el anterior pero está lo más parecido, aunque a este le agregué más cosas.
Lo otro que quiero decirles es que estén atentos porque esta semana voy a subir otro en compensación por el tiempo que no lo hice.
Bueno ahora sí, espero que les guste y no se olviden votar y comentar.
Besitos Sheila 💋💋

Relatos de una Ninfómana +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora