Capítulo XXII

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Me encontraba durmiendo plácidamente en mi colchón pero empiezo a escuchar ruidos. Se hacen cada vez más fuertes a medida que recobro la conciencia. Abro mis ojos y me siento en el borde de la cama, recorro la estancia hasta obtener lo que busco.

Ante mí se encuentra Jackson sentado en una silla con algo en la mano. Enciendo la lámpara de mesa para poder ver mejor y por fin veo que lo que sostiene es la grabadora que escondí.

- Veo que estuviste trabajando - mueve la mano con la grabadora.

- ¿Cómo llegaste aquí?

- Es fácil llegar a ti. La seguridad no es perfecta.

- Ya veo que te paseas por el hospital cuando quieres.

- Así es, pero vine a ver cómo estabas ya que no vas a verme - me dedica una sonrisa - te extrañaba.

Cuando termina de hablar se levanta y empieza a caminar alrededor de mi cama. Mis ojos lo siguen en todo momento, se detiene y me escrutinia con la mirada. Mi piel arde bajo su mirada y empiezo a sentirme intranquila.

- Puedes dejar de decir tonterías y acabar de decirme lo que realmente vienes a hacer.

- Cierto, a veces olvido que no eres como los otros aquí. - reanuda su caminar y esta vez se sienta a mi lado con su vista al frente. - te contaré una historia, cuando era un niño, antes de todo esto que soy ahora tenía una hermana. Era solo una bebé cuando maté a mis padres. Pero no te voy a contar mi vida, no voy a hacer el papel de paciente en terapia. Te quiero hablar de ella, Marian fue entregada a unas personas en adopción.
Creció y con el tiempo descubrieron que estaba algo loca, así que la internaron aquí. Estuvo un tiempo encerrada hasta que un día apareció su cuerpo en uno de estos pasillos sin vida y culparon a un paciente que unos días antes había atacado a un grupo de enfermeras.

Lo miré y parecía perdido en sus pensamientos así que estiré mi mano y lo toqué haciendo que se enfoque en mí otra vez.

- Entonces estás aquí para vengarte.

- Siempre tan lista. - sonríe - ayúdame a encontrar al culpable, el verdadero.

- Te ayudaré.

Luego de eso le conté todo lo que había descubierto y empezamos a buscar entre los papeles que tenía algo que hablara de su hermana pero no había nada.

- Te dejaré descansar pero espero que de verdad me ayudes. Me quedaré con esto. - me muestra la grabadora y se dirige a la puerta.

Finalmente se marchó a su habitación a las cuatro de la mañana y yo pude volver a la cama.

Unas horas después suena la alarma y me levanto. Cuando estoy lista salgo y me encuentro a los chicos en el pasillo.

- Hola, buenos días.

- Hola - le contesto a la chica.

- Podrías ayudarnos, no sabemos dónde está el comedor.

- Voy para allá, vengan conmigo. Desayunamos juntos y de todas formas tienen que venir conmigo después.

Fuimos al comedor y nos sentamos todos a desayunar. Al terminar los llevé conmigo y repartí a los lugares que le otorgó el director y me quedé con los que trabajarían conmigo.

En este caso son dos, un chico y una chica.

- Bien, dejaré que estén presentes en mis citas de hoy y luego me dirán su perspectiva. Quiero ver que tan buenos son.

Hoy veré a Jackson, es la primera cita del día. La enfermera lo hace pasar y esta vez viene con una camisa de fuerza para evitar que ocurra un accidente.

Relatos de una Ninfómana +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora