Son las siete y media y ya estoy completamente lista. Me puse un vestido rojo intenso que combina a la perfección con mi pelo.
Es demasiado sensual, con un corte en la pierna y la espalda descubierta. Perfecto para la ocasión. Mi pelo está recogido en una coleta alta y para terminar unos tacones de agujas plateados que combinan con mis joyas.
Al no tener mucho que hacer voy a la cocina y saco una cuña de pizza congelada, la meto en el microondas y espero a que se descongele por completo.
La saco cuando siento el pitido y empiezo a comérmela. Tocan la puerta así que voy a abrir y me encuentro a un Adrián con un traje completamente negro que le queda más que bien.
No puedo evitar quedarme con la pizza a mitad de camino al verlo.
- Vaya, parece que te gustó mi elección. - me mostró una sonrisa juguetona.
Yo solo pude morderme los labios y moverme a un lado para que pasara. Trago saliva y decido por fin hablar.
- Llegas diez minutos antes y tengo que aceptar que te ves muy sexy.
- Pues ti también te ves increíble con ese vestido, me dan ganas de empezar la fiesta aquí. - se acercó y mordió un pedazo de mi pizza.
- Ok, vámonos antes de que cambie de opinión. - dije comiendo lo que me quedaba de pizza y cogiendo mi bolso para salir por la puerta.
Adrián salió detrás de mi, cerré la puerta con seguro y cuando iba a empezar a caminar me agarró por el brazo, me pegó a la pared acorralándome, me agarró por el cuello con una mano y antes de besarme me dijo:
- Vas a ser la puta ama de la fiesta. - sus labios se movieron sobre los míos y luego de ese beso tan intenso se separó.
Uff menos mal que me puse el pintalabios permanente
"Sí, si no hubieras pasado a ser el payaso de la fiesta"
Muy graciosa
Salimos y nos montamos en el auto descapotable de Adrián.
Mencioné que era un importante empresario
"Yo creo que no"
Arrancó el carro y se pudo sentir los cinco caballos de fuerza que tiene con un gran rugido. Salimos a la máxima velocidad establecida por las calles hasta llegar a nuestro destino.
- Que bueno que aceptaste porque si no me hubiera tocado invitar a la empleada y lo más probable es que se asuste. - me dijo cuando abrió la puerta del auto y me tendió la mano para ayudarme a bajar.
- No creo que sea la única opción. Sí la primera pero no la única. - fue mi respuesta.
Caminamos por una bonita alfombra roja hasta llegar a la entrada de la bella mansión.
- Y bien, ¿A qué jugaremos hoy?
- Tengo ganas de mucho sexo.
- Entonces quieres muchos chicos, lo entiendo. - puso su mano en mi cintura y nos guió por el salón.
- ¡Adrián! Hola. Me alegro que hayas venido a mi viesta - se nos acerca un señor un poco mayor pero en muy buena forma.
- Hola Máximo, te presento a mi compañera Lara.
- Mucho gusto señorita - besó mi mano y me miró con cara pícara. - espero podamos divertirnos juntos.
- Lo siento Máximo pero no va a ser posible, esta noche está linda señorita es mía.
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Relatos de una Ninfómana +18
Gizem / GerilimEsta historia contiene escenas no abtas para niños. Si buscas una historia de amor de cuentos de hadas con final feliz, esta no es la historia indicada. Aquí solo habrá un tipo de amor, el amor por uno mismo. Contiene contenido fuerte así que si la...