Alaska - Juan Pablo Villamil

once

Alaska me mira somo si le dijera que las hadas son reales

-¡¿Músico?!- exclama con fascinación, yo solo asiento- Ay, Juan ¿Tengo al futuro Chayanne a mi lado?

-A lo mejor- levanto mis hombros- Prefiero ser un John Mayer o un Jamie Cullum, pero Chayanne puede ser

-¿Toca algún instrumento?

-Guitarra acústica- digo y se levanta de un salto

Antes de que siquiera una palabra pueda salir de mi boca, vuelve a desaparecer por una puerta y, después de unos minutos, aparece en el living con una guitarra acústica bajo el brazo, y una sonrisa gigante en su rostro

-¡Taran!- la pone en mi regazo cuando se sienta junto a mi

Tira en la alfombra algunos picks, y los agarro, para verlos más de cerca. Como si fuera un especie de souvenir, el nombre de la ciudad de Cartagena está escrito en cada uno de ellos

-Mis padres- explica y la observo, su rostro refleja una mezcla de nostalgia y melancolía a la vez

-¿Son de allá?- pregunto y asiente- ¿Quién tocaba guitarra?

-Mi mamá, mi papá canta- dice- ¿Usted canta?

Me quedo en silencio y sonríe un poco

-Canta- afirma emocionada y río- Por favor, quiero escucharlo

-No voy a cantar- niego y junta sus manos

-Pero, Juan Pablo ¿Qué le cuesta?- cuestiona con lastima- Una canción, solo una

Juan Pablo, la chica le está rogando. La misma que dejó que no se quedara haciendo nada en una ruta y le dio alrededor de cinco cervezas. Más, le dio una guitarra como si cayera del cielo

Suspiro

-Está bien- digo y aplaude contenta- ¿Qué quiere?

Se toma el tiempo para pensar cuando yo me dedico a afinar el instrumento

-¿Le gusta Andres Cepeda?

-¿Que si me gusta?- le pregunto en una risa- Le podría hacer un monumento a ese hombre

-¿Entonces conoce Besos Usados?

-Que buen gusto, Alaska- digo y ríe

-¿Cuándo sea un cantante famoso y haga una canción con él, le dice que lo quiero?- carcajeo

-¿Tanta fé me tiene y ni me ha escuchado cantar?- cuestiono divertido

-¿Qué le puedo decir? Confío en la gente que sigue sus sueños- me señala con su dedo y se acuesta de lado, para verme

Imagino que estoy solo en la habitación, porque su simple presencia haría temblar a la persona más fuerte del mundo. Elimino el pesado pensar de saber que sus ojos celestes me miran expectantes, esperando a que cante frente a ellos

-¿Va a cantar?- me apura y río

-Lo voy a hacer- afirmo- Pero...

Esa palabra la hace suspirar y río

-¿Cuál es su sueño?

Sonríe

-Desde niña sueño con tener un café

-¿Un café?- reitero y asiente

-Se que suena simple y bobo, pero lo idealizo desde que tengo memoria- sonrío al verla tan alegre diciéndolo

-No es bobo- niego- ¿Y dónde sería?

-En Cartagena, pero busco expandirme a Medellín- dice con diversión- Y cada uno de los cafés van a tener nombres de famosos

-Wow- exclamo porque me parece demasiado bello y original

-La dulzura de Lady Di, lo exótico de Freddie Mercury, lo extravagante de Charly García, la simpleza de Drexler...el suyo lo tengo que describir

-Iré en unos años a ver como le puso- prometo- ¿Cómo se va a llamar?

Toco los primeros acordes de Besos Usados y ella sonríe

-Lo de Alaska