Mis ojos se abren despacito, me duelen, me arden. Tengo tan cansado el cuerpo que ni siquiera soy capaz de sentirlo, como si hubieran cortado y destrozado cada parte de mí
Miro a mi alrededor, estoy acostado en lo que parece ser una ambulancia. Solo, y atado a una camilla con cintas blancas que sobrepasan mi pecho y piernas con fuerza
Siento un par de ojos sobre mí y llevo mi vista, del techo del vehículo, hacia el costado
Papá está sentado, observándome con una leve sonrisa
Me hubiera sorprendido en otro momento, pero ahora no soy capaz de hacerlo. No siento nada, me siento vacío
-Mi Juancito- murmura acariciándome la mejilla, su tacto es frío
-¿Qué hace acá?- pregunto
Trato de agarrar su mano, pero el atado de mis manos me lo impide
-Eso no importa, hijo- responde
Baja sus caricias a mi mano, por fin puedo sentir el tacto de sus rasposas manos, después de tantos años
-Te extraño, papá- susurro
-Yo lo extraño mas- dice
Una lágrima cae en mi mejilla, mis ojos me pesan, pero no los cierro por miedo a que papá desaparezca
-¿Por qué se fue?
-Yo no me fui, juancito- susurra limpiando mi rostro- Siempre estoy acá, aunque no lo creas, nosotros podemos verlos siempre
-¿A quiénes?
-A los de la Tierra, hijo- responde sonriente y la piel se me eriza- Allá en el cielo es todo más fácil, más sencillo
-Quiero irme con usted- digo y niega
-Tiene que quedarse aquí, tiene que pelear
-¿Pelear por qué? Ya no tengo nada por qué pelear- excuso
-Por usted mismo, ese es motivo suficiente para pelear- toca mi pecho con un dedo- Hay muchas cosas que tenemos y no nos damos cuenta. Las cosas más valiosas y sencillas son las que olvidamos más rápido, Juan. Las olvidamos con los años y valen mas que cualquier cosa
Me hace acordar a las palabras de Alaska
-No tengo nada de eso, no tengo ganas, no tengo fé
No tengo a Alaska
-Siempre se empieza de cero, juancito- golpea mi hombro suavemente- ¿Quiere ser feliz?
Yo asiento, pero por dentro dudo
-Entonces vaya a buscar esas cosas, aunque todo parezca perdido, nada es lo que parece, nunca
-¡Villamil, Juan Pablo! ¡Psiquiatría!- escucho de afuera y miro a papá
-Papá- lo llamo- ¿Estoy enfermo?
No me responde
-Solo recuerde lo que le dije- susurra- Yo lo voy a estar cuidando ¿Sí?
-No se vaya- le pido y me da un apretón en la mano
-Yo nunca me voy- me guiña un ojo y sonríe
Las puertas de la ambulancia se abren y la luz que viene de afuera me hace cerrar los ojos con fuerza
-Te amo- escucho su susurro y abro mis ojos
Papá ya no está
Los doctores entran, vuelvo a cerrar los ojos y luego siento un pinchazo en mi brazo
Vuelvo a dormir.
ESTÁS LEYENDO
Alaska - Juan Pablo Villamil
FanfictionParece que todos los caminos siempre me van a llevar a ella A Alaska