veintiséis

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Estoy de nuevo en ese mismo teatro, como la última vez que la vi. Ella se ríe, está acostada en el piso, y con su pelo largo y negro esparcido allí. Me acerco con pasos largos hacia donde ella se encuentra, sus ojos celestes se achinan y puedo verlo perfectamente

Me acuesto a su lado, Alaska me sonríe y toma mi mano con fuerza, logrando que mi piel se erice

-¿Recuerda cuando hablamos de tener un hijo?- dice y vuelve a reír- ¿Sigue escribiendo cuentos?

Solo puedo asentir

-¿Va a volver?- le pregunto, pero me ignora por completo

Toma su distintivo choker y lo desprende de su cuello, me suelta la mano sólo para poner esa cinta negra en mi palma, y luego vuelve a entrelazar sus dedos con los míos. Puedo ver de cerca su tatuaje de una flor, lo que creo que es una margarita

-Me alegra que ahora sea Villa- sonríe- ¿Pero sabe qué?

-¿Qué?

-Siempre será mi principito

Abro mis ojos cuando el sueño llega a su fin y me trae al mundo real. Me siento en la cama para respirar hondo y calmar los latidos de mi corazón

Tengo una mezcla de sensaciones que me impide determinar con claridad como me siento de verdad. Me enojo porque vuelve a aparecer en mi mente incluso cuando trato de olvidarla, me entristece porque soy consciente de que sólo puedo verla en sueños; y que de lo contrario significaría que los medicamentos no hacen efecto, y me frustra...porque sé que ella no es real

Pero aún así, dejó una huella imborrable en mí. No sé si quiero rendirme y mantenerla conmigo por el resto de mi vida, no sé si quiero seguir luchando para dejarla atrás, como un extraño recuerdo

Odio que me tenga tan indeciso

La odio por dejarme aquí sin ella

Pero la odio tanto que la amo, y Alaska va a ser, probablemente, la mejor enfermedad crónica que alguna vez pueda llegar a tener

Algo llega a mi mente como si de una lamparita prendida se tratara, así que camino al piano de mi habitación y me siento allí. Recuerdo una melodía que toque hoy por la tarde, y trato de ponerle letra

-Vuelves, en cada sueño que tengo...caigo de nuevo en tu red- canto bajito

Busco algunas palabras más y, cuando por fin las tengo, comienzo a grabar en la grabadora de voz del celular

-Sé que tarda un tiempo curarme de ti de una vez...

.

.

.

-Soñaste con ella- dice Olivia mientras pinta un cuadro

-Ajá

-¿Cómo se sintió?

-Raro- respondo en una risa- ¿No existe alguna receta o medicamento para olvidar a alguien?

-El tiempo y el alcohol, dicen- contesta levantando sus hombros- ¿Realmente la quieres olvidar?

-No lo tengo claro- refriego mi cara y sonríe de lado- ¿Qué?

-Por lo general, uno no quiere olvidar a la persona de la que se enamoró

-Si bueno, pero ella no es real así que no tengo nada más para hacer

-Ella físicamente quizás no lo es, pero tus sentimientos si lo son- dice- No son como una hoja, Juan. No puedes romperlos, ni quemarlos, ni tirarlos en el medio de un bosque para que no vuelvan a ti

-Lo siento todo tan lejano, Olivia- comento en un suspiro y ella se deja caer en un sillón- Como si todo lo que hubiera vivido con Alaska, se hubiera quedado con ella...allá, lejos

-Tan lejos que es imposible llegar de nuevo- completa y asiento- Como en otro planeta

-En Saturno- bromeo y reímos- En Saturno...

Me mira expectante por unos segundos

-¿Guitarra, Villa?- ofrece y sonrío mientras escribo en mi celular

-Por favor- contesto y ella ríe, alcanzandome el instrumento

"En Saturno viven los hijos que nunca tuvimos"

Sonrío, porque me parece tan patético y triste que un poco me divierte

-Juan ¿Has vuelto a tener alucinaciones o algún síntoma grave?- cuestiona mi psicóloga y levanto la vista

-No- niego y ella alza sus cejas mientras asiente- Supongo que los medicamentos hacen efecto

Asiente no del todo convencida

-Todo es raro conmigo últimamente, mi enfermedad es rara, toda la suerte repentina con la banda es rara, mi mamá está rara...

-¿Tu mamá volvió?

-Si, hace unos días- contesto

-¿Has hablado con ella? ¿O intentado acercarte?

Niego

-¿No te parece buena idea hacerlo?- cuestiona- Hablar sobre como se ha sentido, por lo menos

-No creo que me diga mucho antes de intentar escapar de nuevo

-¿Estás interesado en reconstruir tu relación con ella?

-Eso creo...digo, es mi mamá, me gustaría tener una buena relación con ella, pero es difícil

-Deberías aprovechar el momento, Villa- sugiere- Hace unos minutos me dijiste que sentías a Alaska como algo lejano, imposible...y tu mamá está aquí, eres capaz de hacerlo si quieres

.

.

.

Abro la puerta de mi casa y puedo verla de espaldas, desde el umbral de la cocina. Revuelve algo en una olla, y sonrío levemente porque esa escena me trae recuerdos de la niñez

Suelto la mochila y la dejo en el piso. Intento hacer lo mismo con todos los rencores y enojos que guardo con mamá, para armarme de valor y caminar hacia ella

Se sobresalta un poco cuando la abrazo de la cintura y apoyo mi cabeza en su hombro, pero luego de unos segundos sonríe con sorpresa y acaricia mi cabello

-Hola, hijo

Creo que a papá le gustaría vernos bien a ambos

-Hola, mamá- hablo- ¿Cómo está?

Alaska - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora