Prólogo

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Se cansó de tanto correr por los pasillos, a veces envidiaba no tener alas como los demonios del inframundo pero al menos sus piernas eran muy fuertes.

La montaña de papeleo era considerable, el director tenía mucho trabajo, pero Iruma sabía que su abuelo no estaba tan metido en cumplirlo.
Desde hace unos días, los profesores buscaban cierto alumno que desapareció, le preguntaron a Iruma sobre un joven con cuernos ovalados, cabello llamativo, dos colores, el lado derecho morado y el izquierdo amarillo, ojos verdes, piel de tono azulado y cola negra con un terminó de punta.

Se le hizo un chico de características peculiares y consideró que era raro que no lo vean o encuentren, según la información, llegó a la ceremonia de inauguración, terminó y salió junto los demás y la última vez que se vio, fue por un pasillo de la escuela, su familia se preocupó de eso pues no regresó a casa y llamaron alarmados a la escuela pero aún no hay noticias.

Dejo los papeles en el escritorio.
—Iruma-kun... No estés trabajando demasiado, si te sientes incómodo recuerda que tu abuelo puede ayudarte.

—No te preocupes abuelo, cumpliré con mi trabajo como el profesor de Babyrus que soy.

—¡Oh ese es mi nieto!

El mayor estaba llorando de felicidad al ver como su nieto se convirtió en un gran hombre, ya con trabajo y un hogar aunque esto segundo, no le gustaba nada al demonio, siguió con su vida a pesar de la circunstancia.

—Vaya a trabajar Iruma-Sama, este pendiente por si el director le asigna una clase.

—Claro Opera-San.

Iruma se retiro, al ser nuevo aún no le daban un asignatura, por un momento se pensó en las criaturas mitológicas pero no le quiso quitar esa materia a Balam, la clase anormal era buena opción pero el humano era muy dulce para unos demonios tan inquietos, se considero las clases de magia pero sus compañeros de trabajo no cedieron a eso, igual sería dar sus materias.

Llegó a la oficina de profesores y se sentó en su escritorio, aunque no tuviera una clase, no significa que no tenga trabajo.
Ayudaba a la organización, los batora y planeación de eventos eso era un trabajo incluso más pesado que un grupo de demonios revoltosos.

—Iruma.

—Oh.. Balam-sensei que bueno verlo por aquí.

—Iruma ya te dije que no me digas Sensei, ya eres un adulto y eres profesor como yo.

—Jaja lo sé es que es una costumbre. —Soltó una risa nerviosa y acarició su pelo para acomodarlo, muchas veces trato de quitar eso pero le era difícil. —Dígame que le trae por aquí.

—Nos llegó esto, es el reporte de desaparición de ese alumno. Pobre chico, lograron confirmar que estuvo en la academia, tiene la foto, si sabes algo puedes avisar al número.

—Oh si, gracias. —Tomó el reporte, su rostro era un tanto triste al verlo, unos años atrás hubo un reporte de desaparición igual, solo con información distinta al igual que la foto. —Es una pena que otro alumno.. Desaparezca.

La gárgola se sintió culpable de hacer recordar a su antiguo alumno, sobre lo que le paso a él, en su tercer año. Le puso la mano en su hombro.
—No te preocupes, lo vamos a encontrar.

Iruma sonrió ante esa esperanza, dejó esa reporte y se levantó, le dio un ligero golpe en el hombro al mayor.
—Claro, es mejor no pensar en eso. ¿Quieres ir a almorzar?

—Claro que sí.

Acompañó al chico a almorzar.
El día escolar fue un tanto pesado pero no le hizo quedarse más tiempo, pudo salir a la hora que se debe, que esto era envidiado por sus compañeros pues ellos se quedaban más tiempo en la escuela.

Llegó a su hogar, con ayuda de su abuelo consiguió un lugar tranquilo y construyó una casa semejante a las casas japonesas, al menos de la época en la que estaba antes de ser llevado por el que ahora es su abuelo.
Una tranquilidad infinita en su hogar, no había nadie, sólo el, aunque siempre iba de visita a donde su abuelo.
Sacó sus cosas de la maleta, algunos papeles y entre esos, cayó al suelo el reporte de desaparición de aquel chico.

"Pensar que tu me preguntaste todo eso"

Entró a otra habitación, su cuarto, un lugar grande, con una cama mucho más grande que el, podrían entrar sus antiguos compañeros de clase y habría espacio de sobra. Tomó una carpeta negra, en donde reunía información de casos así, tenía varias carpetas de investigación, tanto personal como de los policías.

Tenía que preparar la cena así que en lo que cocinaba la carne, seguía leyendo, varios demonios desaparecidos y no sabían bien a quién culpar ya que los Six fingers ya fue totalmente erradicado.

"Esta carne le gustara a Azz, le llevaré cuando lo vaya a visitar, será mejor hacerlo mañana"

Siguió preparando de la cena, tenía bastante, era un glotón así que sabía que no durará mucho.
Empezó a comer esas grandes cantidades, acompañado de verduras, ensaladas y demás.
Se sintió satisfecho, al fin una comida decente, no sabía mal.
La comida que separó para Azz la guardo en un recipiente, tomó una aguja y se pico su dedo, chorreo la sangre en la carne que era para su amigo.

Añadió los vegetales, verduras, diversas ensaladas, un banquete digno para el noble que era, con la pizca de sangre humana que paro de resbalar de su dedo, por suerte no era un gran daño.
Vio por ultima vez la foto.

"Pensar que sabrías así de delicioso, niño"

Lamio sus labios al recordar lo sabrosa de la carne de ese adolescente, sus ojos brillaron, sin duda, fue un excelente banquete.

Profesor Iruma-KunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora