No te desvíes

576 48 15
                                    

Después de almorzar, Iruma ayudaba a Balam a recoger los platos y mover los documentos para que no estorben en la mesa.
Shichiro dudaba de preguntar sobre ese incidente, preparo un té relajante por si acaso, para que sea más natural decidió empezar con algo tranquilo.

—¿Ya te sientes mejor? En la noche te note nervioso.

—Oh si, muchas gracias, aprecio mucho que me allá dejado dormir con usted.

—¿Tan mala fue tu pesadilla?

—Si, soñé del día en que me llevaron y Kirio me hizo la mordida, ya sabe.. La mordida que vio ayer. —Lo comento nervioso pues el mayor lo vio desnudo.

La gárgola se puso nerviosa y hasta se estaba mareando en tratar de encontrar las palabras correctas por esa situación.
—N-No fue mi intención Iruma.

—Ya se que no profesor —Le dio un poco de gracia, tomó otra pila de documentos para llevarlo a otra mesa que correspondía. —Pero eso fue el sueño, a veces pasa cuando eso en mi casa, esas noches no puedo dormir, es difícil ser adulto.

—Uno se acostumbra. —Le dio gracia el comentario y mientras estaba el té, fue a usar unas lecciones. —Bueno si te pasa eso seguido deberías llevar algún té. Mmm... ¿Los humanos tienen algún tratamiento para ese tipo de situaciones?

El chico se quedó quieto por la pregunta, no estaba seguro, no es como si sus padres le eduquen en lo que es salud, después de todo la mayor parte del tiempo la pasó malherido.
—Bueno... Que yo recuerde existen unos doctores para la mente, psicólogos, psiquiatras, terapeuta... —Trato de recordar si había más pero no funcionó. — Creo que también habían medicinas, ya sabe, la mente.

Puso sus dedos índices en sus sien para dar un aura misteriosa para Balam pues sabía que el profesor se encontraba fascinado por la información.
—¿La mente?

—Si, el cerebro. Tenían muchas medicinas pero yo nunca fui a uno, pensándolo bien creo que lo necesito, jaja un psiquiatra estaría mejor pero tal vez me manden a con los locos. —Se burló de sí mismo mientras acomodaba unos frascos.

Aún con el desconocer del mundo humano, comportamientos o palabras, el profesor no fue ignorante del comentario alarmante del menor.

"¿Lo necesita, a que se refiere con locos?"

Necesitaba más información para confirmar otras cosas, en el mundo demoníaco no existía tal cosa como lo mencionaba el chico, con su conocimiento en medicinas podría crear algo para él.

—Iruma, que tal si te creo alguna medicina para ayudarte a dormir y estés.. Mmm.. ¿Relajado?

—¿Puede hacer eso profesor? —Se sorprendió por tal ofrecimiento, aun con el estado actual del chico, de cierta forma le parecía molesto su propio comportamiento.

"No puedo mantenerme tranquilo con nada, aún con este enojo, eso suena muy bien"

Sonrió de una manera genuina y linda, como cuando lo hacía de niño. Un aura de calidez golpeó al demonio por tan sincera sonrisa por el acto de bondad, los demonios sólo se movían por beneficio y esto no beneficia en nada a la gárgola pero se ofreció para poder ayudarlo, las buenas acciones y sentir empatia, le hizo sonrojar.

—Buscaré ingredientes que no te afecten a tu salud.

—¡Muchas gracias profesor! —Se lanzó a abrazarlo pues al mayor no le incomodaba el afecto físico. —¿Podría hacer algo cuando me altere mucho? Como de las veces que entro para pedirle ayuda.

—Por supuesto. —Le acarició su cabello hasta despeinarlo, ver que podía tener una medicina para ayudarlo a dormir y otra para relajar, era bueno, aunque debe avisar al director que su amado nieto estaría medicado.

Profesor Iruma-KunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora