Último Lienzo #1

Capítulo 13

No pude soltar una sola palabra en el camino, solo huía de mis problemas como una cobarde, llorando y dejando que mi alma fuera débil, una y otra vez dejando salir todo aquello que nunca parecía irse de mi alma. El azabache detuvo su motocicleta, me bajo de ella dando pasos débiles, él también se bajó de ella para luego abrazarme. Su cuerpo frío era tan acogedor y tan problemático, que no me daban ganas de deshacer mi agarre. Su fragancia era una combinación de café amargo con ese dulce aroma de los pasteles, una esencia que se podía sentir tan viva cuando mi rostro era perfectamente acogido por su cuello y hombros, los lunares que adornan su cuello eran bañados con el húmedo de mis lágrimas.

—Ven, ¡esta es mi casa! —su voz sonó delicadamente en mi oído, estoy segura que si mi alma no estuviera tan rota, esa sería la mejor melodía. Las palabras no salían, el nudo en mi garganta solo se hacía más fuerte. Merezco todo esto, no he sido la mejor hija, tampoco la mejor amiga, ni la mejor hermana. La vida se encarga de hacerte sufrir lo que mereces, y una drogadicta cobarde como yo no merecía ser feliz.

Entramos destilando agua por nuestros zapatos y los cabellos, Dawson quitó el suéter mojado que yo tenía puesto, la casa era muy ordenada y cómoda, eso era de esperarse.

—¡Subamos a mi cuarto! —su voz no sonaba para nada contenta, sonaba triste, melancólica y yo no puedo hacer mucho por evitarlo. Asentí subiendo escalón por escalón. Llegando a un cuarto acogedor, uno que tenía varios lienzos colgados en las paredes, el cuarto tenía escrituras y poemas pegados en ellas de igual forma, las lágrimas dificultaban mi visión, Dawson ya no estaba conmigo, lo veo dar vueltas dentro de su cuarto tomando algunas cosas que no alcanzo a ver, llevo mi mano a mi boca para ahogar los sollozos la otra de mis manos directo a mis ojos, me sentía débil al llorar así de esa forma tan destruida en frente de él.

—¡Entra al baño sécate y ponte esto! —extendiendo unas prendas de ropa y una toalla, señalo a donde se encontraba el baño. Me dirigí al baño deje caer algo pero no me fije que era, el mareo de los sentimientos y aquellos tragos aún estaba en mí.

Entre y me vi al espejo con bordes dorados muy elegante, ver mi reflejo en el dolió mucho más que cualquier palabra, comencé a llorar mucho más fuerte, cuando escuche un fuerte golpe en la puerta interrumpiendo mis lágrimas.

—Joder, ¡estoy bien!, ¡estoy bien! —el parece haber resbalado, mi cabeza dolía cada vez más, quite mi camisa un poco mojada para luego pasar la toalla por mi cabello y piel, sin quitar mi parte de abajo note la ropa que él me había dado, es una camisa negra un poco grande para mí, con un estampado de la noche estrellada, se nota que ama el arte. Coloque la camisa peinando mi cabello hacia atrás, estaba enredado y con una mala textura. Sequé mis lágrimas, sé que él me espera afuera pero tengo planeado irme al salir del baño.

Abrí la puerta golpeando su espalda, él estaba del otro lado de la puerta eso es un poco tierno pero ahora nada logra levantar mi ánimo, se quedó mirando su camisa para luego clavarse en mis ojos, pensé que diría la típica frase "te queda mejor a ti". Pero el azabache estaba dispuesto a demostrar lo diferente que era.

—¿Porque haces lucir las estrellas más brillantes? —Sus ojos brillaron por primera vez en esta noche y verlos era más que una medicina para mí, yo hago lucir las estrellas pero niño tú las llevas en los ojos, y gracias a eso puedo sentirme mejor cada vez que me ves con ese par de galaxias. Tal vez el alcohol o lo que tenía ese trago estaba afectando me, sentía un calor recorrer mi cuerpo, los nervios que causaban sus palabras se hacía cada vez presente.

Mis mejillas se tornaron calientes, pero aun así sus palabras no pueden hacer que yo lo crea, —¡Siendo tan típica no lo creo cierto! —Dije negando su pregunta—. Él lo nota también, creo que es mejor que simplemente lo deje ir, no soy buena para la vida de nadie, es hora que él ya consiga alguien mejor —él sonrió dejándome confundida.