Capítulo 28

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La lluvia tiene aquel poder para relajarnos, tener aquellas perfectas ideas, darnos la calma que algunas veces necesitamos, también puede ser la representación de nuestra tristeza. Ahí es cuando llegamos a pensar que el clima nos entiende.

La lluvia es perfecta para admirarla, para sentirla, para poder disfrutarla y para cumplir uno de los clichés más grandes de la historia, pero alguien no parece tener el mismo pensamiento que yo.

—¡Odio la lluvia! —dice quejándose, el pelinegro luce una cara de pocos amigos, la lluvia apareció en medio de nuestra pequeña cita.

—¡Es hermosa Logan! —me río mientras abro los brazos y mirar al cielo, él no para de quejarse, su voz me da risa.

—¿Qué tiene de bueno la lluvia? —él rueda sus ojos y hace un dos con sus dedos—. Dame al menos dos razones.

—Ayuda al crecimiento de las plantas... —él ríe irónicamente.

—Para tu información, yo no tengo síntomas de ser una planta —me da un poco de gracia que terminó burlando, él coloca el paraguas para que las gotas caigan directo a mi cabeza.

—¡Logan no hagas eso! —doy un chillido mientras seco mi rostro y doy una gran pisada con mi pie, no tengo ninguna característica de gruñona o alguien respetable cuando se trata de él.

—¡Pensé que amabas la lluvia! —dice con ironía, lo miro de recelo y tomo su brazo, su mirada de confusión me llena el alma.

—Te voy a mostrar lo que amo de la lluvia —lo jale y comencé a correr, él iba detrás de mí. Ambos salpicamos el agua en nuestros zapatos, siento el agua mojar mi cabello mientras su risa enamora mis sentidos. Él me detiene girando completamente para quedar de frente a él, mechones de cabello azabache recaen en su frente con pequeñas ondulaciones hacia atrás, puedo admirar notoriamente que su cicatriz es un lindo adorno—. ¿Por qué nos detienes? —preguntó con una pequeña sonrisa, me encanta cuando puedo admirar detalladamente su rostro.

¡No quiero sentir el miedo de perderte otra vez! —sus ojos son los primeros en besar mi corazón melancólico, se acercó ami con sus labios rozando mis comisuras, sentir el sabor de sus labios es más que una medicina para mí—. ¡Prometo que un día podrás correr por la lluvia con libertad husky! —antes de poder pensar en algo nos envolvimos en un beso, uno que duele, pero de una forma hermosa, no me importa el final.

Las promesas parecen valer poco, pero significan tanto, el sentimentalismo oculto que hay entre ellas me dan la felicidad que necesito para poder sonreír, sé que no se cumplirán, pero mi actual yo, esa parte de mí que le pertenece a él con cada detalle quiere creer que en otra vida si podrán cumplirse.

Las promesas parecen valer poco, pero significan tanto, el sentimentalismo oculto que hay entre ellas me dan la felicidad que necesito para poder sonreír, sé que no se cumplirán, pero mi actual yo, esa parte de mí que le pertenece a él con cada de...

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Nunca he sido buena para los juegos de mesa, siento que todos me hacen trampa o que no existe una manera justa para ganar, tomó los dados, los muevo entre mis manos para luego soltarlos.

—1, 2, 3...6, ¡Tengo 6! —digo levantando las manos para celebrar.

—¡Te falta mucho para ganarme Galicia! —el castaño declara con un tono orgulloso, yo muevo mi pieza según las casillas correspondientes, no le prestó atención hasta que vuelve hablar. — Te moviste 8 casillas Beatriz — me rio con burla mientras él devuelve mi pieza dos casillas atrás.

—No seas envidioso, mira tú casi ganas, solo te faltan 1, 2, 3... Muy pocas casillas —él se ríe mientras niega, golpeo su hombro haciendo que se tambalee.

—Auch no me pegues, ¿también le pegas a tu novio? —me rio avergonzada, niego mientras pienso una respuesta.

—¡A él no le pego y aún no es mi novio! —él sonríe pícaramente y cruza sus piernas simulando ser una chica.

—Cuéntame, ¿qué están esperando? —me rio nerviosamente, sé realmente que no debería esperar, pero igual dadas las circunstancias es algo que debería pensar mejor.

No me gustaría dejarle un vacío que le dé tristeza por mucho tiempo, pero no me gustaría perder la oportunidad de ser su novia.

—¿Eso es solo una palabra no? —Pregunto frunciendo mi rostro entero, él niega y se acerca ami.

—No realmente... Recuerdas cuando te dije que mereces ser feliz, él es todo lo que siempre debiste sentir, no te cohíbas más, ustedes son todo, yo no soy de creer en el amor y aun así ustedes dos se convirtieron en la definición que tengo de ese loco sentimiento —sus ojos me miran con entusiasmo, de un momento a otro ya nos hemos olvidado del juego.

—¿Crees que debería decírselo? —pregunto avergonzada.

—Obvio, no importa quien le diga a quien solo date ese placer cariño —sonrió asintiendo varias veces, frunzo mi ceño con una sonrisa.

—¿Qué esperas tú? —él sonríe negando con sus dedos, se deja caer en el sillón.

—Yo no creo en el amor y no creo que llegue una chica y me haga pensar lo contrario, prefiero seguir siendo ese galán que disfruta estar solo —él sonríe con orgullo, él realmente es muy guapo físicamente, sus tatuajes le dan un pequeño toque, su carisma y actitud lo ayudan a cumplir sus pensamientos.

—En cualquier momento de la vida tendrás que amar y ser amado —él levanta sus hombros recalcando que no le importa.

Soy feliz compartiendo tiempo con una persona que ha estado para mí toda mi vida, a pesar de mi mal carácter, mis gritos, golpes y las veces que le decía cosas malas.

Quiero mucho a mi mejor amigo, será alguien que extrañaré, quisiera llevarme una vez más uno de sus consejos, sus risas, sus estúpidos comentarios sobre las chicas.

Último Lienzo #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora