Capítulo 9

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Estaba limpiando mi ojo, estuve sangrando un poco de él porque mi padre esta vez se pasó más de la raya, mi ojo me dolía, las lágrimas parecían ser de sangre, mi cabello estaba despeinado

¡Algo llamó mi atención!, logró escuchar un pequeño grito, era la voz de mi hermana.

Gire la manilla rápidamente saliendo del baño, al bajar las escaleras, logre escuchar otro grito, proveniente de la voz de mi hermana.

—¿Crees que está bien lo que haces? —su voz salió grave y quebrada, estaba gritándole a mi padre, con valentía y enojo.

—¡Tú no te metas Roma! —mi padre habla tranquilamente sujetando las manos de Roma para poder calmarla.

—Es mi hermana, ¿Cómo mierda te sientes bien golpeando su rostro? —soltaba palabras como dagas, siento miedo de que mi padre tomara el mismo camino que toma conmigo, un camino que al ella no parece sentir ni un poco de miedo.

—¡No uses esos modales a tu corta edad! —mi padre intenta buscar a mi madre con la mirada.

—¿Los modales que me enseñas?, tratar mal a los que amo —grita acercando su cuerpo al de mi padre, él parece no reaccionar—. Esta será la última vez que te vea como un padre, primero que tu esta mi hermana —Mamá llega observando la escena quedando totalmente perpleja, mi padre voltea a verme asombrado como si hubiera cometido un gran error, Roma también lleva su mirada hacia a mí—. Galicia, ven acá un momento —me llama, realmente no sabía qué hacer, no sabía si ella estaba en lo correcto, o ¿que podría pasar luego de hacerlo?

Bajo poco a poco las escaleras, la mire y negué con mi cabeza haciéndole saber que no continuara, su mirada grisácea parecía estar revuelta.

—Madre, ¿esto es lo que permites?, Dios no quiero el saber el futuro que me espera —mis padres bajaron la mirada escuchando lo que Roma decía, Ella es el orgullo de ellos dos, el lado bonito de su amor, quien les traería honor a ellos, un honor que yo perdí. Honestamente Roma es muy buena y decidida en todo, por lo tanto también era más que mi orgullo.

Las palabras de Roma estaban dando un golpe sin anestesia al fondo de su conciencia, me acerque a Roma, sostuve su mano mirando sus ojos. Ella posó su mano en mi mejilla rozando mi pómulo golpeado.

—¡Perdón, por llegar tan tarde hermana! —brote unas lágrimas de un lugar que nunca habían salido, sí, del lugar familiar, esa sensación de sentirte amado por alguien de tu familia, es mi hermana quien me está mostrando como se siente.

—¡No pidas perdón, mi niña no debiste meterte en esto! —le dije peinando su cabello hacia atrás, es la primera vez que Roma y yo dirigimos palabras frente a mis padres, no teníamos permitido hacerlo, mis padres pensaban que dañaría el futuro de Roma, algo que sería imposible, no arruinaría el futuro de la luz de mis ojos.

—¡Será la última vez que me digan que me aleje de ti! —sus palabras eran claras y muy fuertes para su edad, de todas formas ella entendía más el mundo ahora que tiene 13 años. Pero temo por ella, no me perdonaría que ella llegara a pasar lo mismo que yo he pasado desde hace 5 años.

Mis padres comenzaron a llorar cínicamente, parecía una mentira lo que sucedía, mi pecho comenzó a doler, por eso tomé la decisión de subir a mi cuarto llevando conmigo Roma, le di un abrazo fuerte al llegar la habitación.

—¡Te amo hermana!, Estoy feliz de que seas mi hermanita menor "Mi bebe" —ella sonrió respondiendo mi abrazo, yo llore sintiendo la emoción del momento incrementando el dolor en el pecho.

—¡Siento que tuve suerte al nacer junto a ti! —no creía escuchar esas palabras, ¿Así se siente ser amada?

Solté los brazos de mi hermana, el dolor en el pecho estaba llegando a mi garganta dificultando mi respiración, tome mi teléfono para marcar a la única persona que podría ayudarme ahora.

Último Lienzo #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora