Capítulo 32

56 5 2
                                    

(Pequeño epílogo)

Estoy enfrente de ti, con mi garganta doliendo y mis ojos doliendo, el estómago totalmente vacío, la felicidad inexistente.

Todos a pesar de estar tristes me dicen que debo sonreír, fue a lo que me enseñaste, pero te juro que no puedo hacerlo si ti.

Mi cuerpo delgado se siente débil, mis brazos no dejan de temblar por los dolores, mis ojos solo se han puesto peor, mis ojeras se tornan más oscuras al paso de los días.

Todos se despiden llorando de ti, tu madre te dice adiós con lágrimas en sus ojos, me duele haber causado esto, tu hermana la abraza intentando ser fuerte, pero sé que te extraña mucho más que yo, o quien sabe.

Mark y Leonard, también te extrañan, no pensé que su amistad sería tan fuerte, parecían dos desconocidos, supiste cómo engañarme, aún no entiendo el porqué, pero supongo que así fuiste tú...

Predeciblemente espontáneo.

Edward shine también ha estado presente, gracias a él la chica pelirroja ha dejado de mirarme tan mal, sé que le duele, recuerdo cuando la llamaste tu mejor amiga.

Sé que le duele y que tengo la culpa, pero yo nunca lo quise así.

Están a punto de comenzar a tapar el lugar en el que estarás, no puedo soportar la idea que me voy a quedar con este recuerdo.

...

—Todos se fueron, solo están ellos dos hablando de ti abajo de un árbol, me han dado un momento a solas contigo.

—Todos me han dicho que mi vida debe seguir, ha servido un poco tal vez, pero no puedo con esto, nunca pensé que un día tantas personas me intentarían cuidar, mucho menos de esta forma.

—Me han dicho que siga mis planes, pero yo nunca tuve un plan, tú cumpliste mi sueño, ahora simplemente ya no tengo una meta, es ridículo porque jamás pensé que viviría, no sin ti.

Seco mis lágrimas con mis mangas.

—Tengo uno de tus suéteres, tu madre me ha dejado quedarme con parte de tu ropa, aún tiene ese aroma a café y pasteles, realmente espero que no se le quite nunca.

Acomodo rosas de Lirio, aquel ramo que me dio por ser mis flores favoritas, ahora son nuestras.

—Me duele tener que llorarte y no escuchar tu risa, tú eras quien secaba mis lágrimas, tú eras quien me decía que ya serían las 00:00, que ya no debía estar triste.

—Ahora solo veré la noche y me va a doler saber que ahora serás esa preciosa estrella que la habita y no quien me acompañe a admirarlas.

—No encuentro la solución a nada, Logan, siento que cuando me aleje de ti me sentiré perdida en mi cama.

—Me rehúso a aceptar que ya no estás aquí, pero mi choque de realidad es el peor al saber que si lo estuvieras ya me hubieras jalado mi mano y decirme que vamos a romper las reglas.

La voz del castaño me saca de mi limbo.

—cariño debemos irnos —dijo en voz alta donde yo pudiera escucharlo.

—Ya voy...

Suspiré tomando fuerzas.

—Mi vida, ya debo irme, tengo mucho por decirte, creo que el sentimiento de no haber demostrado lo mucho que te amo me quema más que cualquier otra cicatriz.

—Quiero que sepas que aunque esté destruida, nunca dejaré morir tu corazón... —toque mi pecho sintiendo aquellos latidos levemente acelerados—. Seré fuerte, solo te pido que no me dejes sola, no me dejes caer.

Último Lienzo #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora