La vida está llena de problemas, ella no sería la excepción. El llegaría a su vida problemática para darle la pizca de felicidad que ella necesito todo este tiempo, ambos son perfectos juntos como si el agua fluyera por la cascada más grande del mun...
Hoy estoy haciendo limpieza en toda mi casa, encontrando cosas antiguas y quitando el polvo de algunas otras, la felicidad en mí puede sentirse al estar tan animada. Roma ordenó algunos discos en la repisa de nuestro padre, mi madre limpia unas figuras de porcelana.
—Me encantan que compartamos en familia, así sea solo para limpiar —mencionó mi madre mirándonos a Roma y ami. Sonreí tontamente, ¡si lo hice!. Estaba de muy buen humor para dejar que algo lo arruinara.
—¿Pero por qué yo tengo que acomodar los discos? —se quejó Roma haciendo reír a mi madre y ami.
—¡Podemos cambiar, no me gusta ver estas antigüedades! —mencioné y todas reímos en armonía como una familia, mi padre hacía falta, ya que es parte de la familia, pero agradezco que no esté.
—¡Prometo que si terminamos en 2 horas iremos por helado o tal vez unas bebidas! —mencionó mi madre, Roma levantó sus manos con felicidad.
—¿Bebidas? —sonreí tontamente al tener la idea que podríamos ir a donde el azabache, mi madre me miró por unos segundos.
—¿A qué se debe esa sonrisa? —cuestionó sonriendo, Roma se acercó a mamá y susurro algo a su oído—. Oh, ¿se debe a un chico? —preguntó mi madre exaltada.
—¡Romaaaa! —Roma comenzó a reír en forma de burla—. No, mamá no se refiere a eso —mi nerviosismo comenzaba a apoderarse de mí.
—Oh, vamos cuéntame, sé que no he sido la mejor, pero todo puede cambiar, ¿no? —sonreí, porque en el fondo de mí aún tengo esa expectativa, o al menos está creciendo.
—¡Bueno, si se trata de un chico! —mi madre sonrió orgullosa.
—Cuéntame más, ¿cómo es él? — preguntó con cierta emoción, me reí e intente evitar los nervios.
—Es un chico muy extraño, pero a la vez muy divertido, es menor que yo, pero a la vez parece ser más maduro que yo —las tres comenzamos a reír tontamente—. Le gusta el arte, incluso pinto mis ojos en uno de sus cuadros —Dije sintiendo emoción.
—¡Creo que tendremos una conversación en el lugar de las bebidas! —mencionó abrazando a Roma. Sonrió pícaramente.
—Mamá prometo contarte, pero no mencionas nada al respecto a mi padre —mi madre hizo una mueca de llave en su boca y las tres sonreímos.
—Se siente lindo que me llames mamá aún —me sentí un poco triste porque a pesar de todo siempre he sido cruel con ella culpándola de las acciones de mi padre.
—¿Eso es lo que eres no?, mi mamá —ambas sonreímos y me sumergí en el abrazo que ella y Roma se estaban regalando, las tres disfrutamos de la linda protección familia, me encantaba tener este pequeño momento con mi madre, después de todo algo que debo agradecerle al azabache por hacer que mi humor fuera más allá de lo normal.
Terminamos nuestros deberes a la hora esperada, luego nos alistamos para ir a hacer lo prometido.
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