Prólogo

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Montamos su motocicleta, me tomo de su abdomen sin necesidad de que el me dijera, como si ya me estuviera acostumbrada a esta acción.

No sé por qué te sigues lastimando —suspira—. A Veces las personas saben que dolerá y aun así lo intentan a ciegas, y eso lo hace más sentimental, en fin ¿así es la agonía del amor no? —me quedé un segundo pensando en lo que dijo, cada frase dicha de su boca puede ser interpretada de distintas maneras, o tal vez de la manera en la que me afectaba en ese momento.

—¡El amor es una tontería! —me quejo abrazando su cuerpo en forma de consuelo.

¡Tengo una razón y mil maneras para demostrarte lo perfecto y jodido que puede llegar a ser! —menciona dando una sonrisa que desequilibró todos mis sentidos que caminan en fila por un puente que está sostenido por su presencia.

—¿Puedo saber de qué razón hablas? —mencionó con cierta tristeza.

¡Tú eres esa razón cariño, todo se trata de ti! —aceleró su moto sin dejar espacio a mi respuesta, sin dejar que mi mente pensara o que mi corazón sintiera, tal vez ese es el truco del azabache, dejar que el destino decida todo y mostrarme como nacen los sentimientos en vez de premeditarlos. Después de todo así es él: "El asesino de realidades y creador de expectativas".

Último Lienzo #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora