Capítulo 26

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—¿Realmente ves un futuro conmigo? —sus sermones me están irritando poco a poco, pero hay un sentimiento de culpa, que me imposibilita verlo a los ojos.

Mi actitud ha sido cambiante desde aquella noche con Logan, he estado actuando rara como si se tratara de un desconocido, no sé que tan obvia he sido.

—¿A qué te refieres con un futuro? —pregunto intentando evadir la respuesta, la verdad es que yo no tengo un futuro, pero si lo tuviera no sería a su lado de eso estoy segura.

—Galicia, un futuro, salir por mucho tiempo, hacer cosas de parejas, tal vez una familia... —me ahogo con mi propia bebida, muerdo mi labio de abajo mirando a la nada.

—¿Dijiste familia? —nunca había pensado en esto, ¿cómo puedo darle la vida a alguien cuando yo no sé qué hacer con la mía?, pensar en ser madre me aterra, sé que no sería una buena madre, aparte no es como si el tiempo ayudará.

—Si Galicia, dije familia, ¿Por qué respondes mis preguntas con otras preguntas? —un poco frustrado por mis respuestas.

— No lo se Petter, no tengo claro si quiero tener hijos algún día —me frustro un poco por la situación.

—Piénsalo podríamos tener hijos hermosos, con lindos ojos, tal vez cabello rubio —fruncí mi ceño de tan solo imaginarlo.

—¡Tal vez cabello negro! —dije en un susurro para mi misma, lamentablemente pensar en voz alta nunca es bueno. No sé por qué lo dije, solo fue un pensamiento pasajero, solté una risa ahogada de tan solo pensar a Logan con un pequeño hijo, total es un pensamiento estúpido y sin sentido.

—¿Cabello negro? —el rubio pregunto con duda.

—¿Qué?, no, no... Bueno digo, creo que podría ser cualquier cabello... —él entrecierra sus ojos y asiente.

¿Joder, no puedo ser más obvia?, mi mente está jugando en contra, la vergüenza de los recuerdos me recorre en forma de cosquilleo, siento comezón en mis tatuajes, justo porque ahí es donde termina ese cosquilleo.

—¿Tal vez podríamos practicar para cuando sea el momento de tenerlos, no crees? —se acerca a mí con una sonrisa pícara, puso su cigarro a un lado, pasó sus manos por mi pierna con intención de posarse encima de mí.

—Creo que tal vez no... —me alejo de él y bajó sus manos.

—Está bien, aunque admito, pensé que esta vez sería diferente —sonríe avergonzado y yo lo hago de forma incómoda.

—Lo es y no tienes idea de cuanto —él sonrió sin entender con una cara total que deja ver su confusión.

No puedo seguir así fingiendo algo que claramente no siento, pero no sé cómo darle un fin a esto, no me agrada la palabra problema ni su significado y sé que al hacerlo tendré muchos de ellos.

El día es realmente frío y con síntomas de lluvia, Lo veo a él, caminando lentamente con la mano entre sus bolsillos, un caminar característico, como si dar cada paso doliera, las nubes grises parecían combinar con su estado de ánimo, se acerca am...

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El día es realmente frío y con síntomas de lluvia, Lo veo a él, caminando lentamente con la mano entre sus bolsillos, un caminar característico, como si dar cada paso doliera, las nubes grises parecían combinar con su estado de ánimo, se acerca ami con lentitud, sus ojeras son notorias, me duele mirarlo no parece ser el mismo, no tiene aquella sonrisa perfecta o aquel brillo, su cabello está un poco descuidado que termina por hacerse pequeñas ondulaciones en largos mechones, trae la misma ropa de ayer.

Puedo observar que da una mirada alrededor notando la presencia de Petter, pero aun así no se detiene, al acercarse ami saca sus manos de su bolsillo enrollando mi cuerpo con ellas. La acción me sorprende, pero no hago nada por evitarla, al contrario, hago que mis brazos rodeen su cuerpo.

Siente ese olor a café intenso como si se hubiera derramado en su ropa, su pecho comienza a vibrar y su respiración se acelera, el viento alborota su cabello, siento como sus brazos ejercen un poco de fuerza, escucho caer su primera lágrima y su primer sollozo, partiendo mi alma. Sin poder hablar o decir una palabra es él quien comienza.

—Lo extraño Husky lo extraño... —su voz entre cortada es difícil de procesar. Está roto, llegó a su límite, tomo su mano y lo alejó de la vista de las personas... Tomo su mano viendo sus ojos por primera vez, estos están rojos e hinchados.

Nos alejamos de todos llegando a un pequeño jardín donde solo estamos él y yo. Él toma asiento en una banca y comienza a mover los pies de manera inquietante, pasa sus manos por su cabello, las lágrimas salen y salen como si no hubiera un mañana, su vista es dirigida al suelo. Me acerco a él para tomar su cabello, hago pequeñas caricias entrelazando su cabello y mis dedos, su piel está más pálida de lo normal. Me siento a su lado y lo abrazo lentamente, él devuelve mi abrazo con mayor intensidad, no deja de respirar tan rápido, esto es malo y debe parar.

—Logan respira más lento por favor... —digo en voz muy baja y asustada por la situación.

—Es que no entiendes Galicia... yo solo, quiero verlo una vez más... —me da una mirada rota, donde sus pestañas están mojadas de lágrimas, sus ojos levemente rojos, intentó tomar su rostro con mis manos, lo logro consiguiendo su mirada clavada en mis ojos.

—Logan no mereces llorar el día de tu cumpleaños... —no sé que decir, no tengo un consuelo exacto, lo mejor que puedo hacer es intentar distraerlo, me siento toda una inútil.

—Yo no lo siento como el día de mi cumpleaños, para mí es el día en el que murió mi padre —suelta para soltar más lágrimas—. Joder, esta culpa me va a matar, perdón Galicia no es el momento —frunzo mi ceño preocupada sin entender—. ¡Debo irme!

—¡No, no iras a ningún lado! —él se levanta y se aleja de mí, se detiene y peina su cabello frustrado.

—Necesito hablar con alguien... —me confundo y me acerco a él, él niega con su cabeza. Pero joder no está en condiciones para ir a cualquier lugar.

—No puedes irte así —intento sonar con autoridad.

—¿Tú me vas a ayudar? —dice en un tono irónico—. No creo, si aún no puedes dejar atrás al imbécil de tu novio —dice con una sonrisa de mala gana, nunca lo he visto actuar de esa forma, una parte de él tiene razón.

—Logan solo intento cuidarte por favor, déjame que lo haga —intentó sonar más tranquila.

—Nah —sonríe y se acerca—. Cariño, yo siempre me he cuidado solo y rompiendome el corazon no ayudas en nada —se aleja de mí nuevamente dándome la espalda. No puedo ni tan solo responder, las lágrimas ahora son mías.

—Moony... —Intento llamar, pero él no reacciona, se sube a su moto dando una última mirada y comenzar su camino.

Lo veo alejarse, siento una presión en el pecho que me duele al respirar, me abrazó a mi misma agachando la mirada, escucho unos pasos detrás de mí, sus brazos rodean mi cuello.

—Déjalo... Estará bien —la voz de Leonard me hace caer en un limbo de negación, rabia y dolor. Lo abrazo llorando en su hombro, odiando lo sensible que me he vuelto, pero la culpa es mía, sé que todo lo que dijo es cierto. Pero mi preocupación es él y yo no pude hacer nada por él.

Último Lienzo #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora