VEINTITRES

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Tenemos todos los papeles en orden, después de horas he conseguido planificar un horario decente y adecuado.

-Muy bien – me levanto – entonces me marchó

Me veo interrumpida por la puerta que se abre de forma abrupta.

-Una explicación ahora – su mirada fija en Ougai.

-Te dije que era mala idea.

-Oh, nuestro querido rey ha llegado – sonríe sin temor.

-Mi hermanito no es una moneda de cambio – la amenaza está en el aire, ninguno de los dos hace algún movimiento aún, coloco mi mano en la empuñadura de mi sombrilla – dame una razón para dejarte vivir, y permitirte seguir jugando con tus peones.

-Chuuya-chan acepto, estos peones son importantes para tu hermanito y, por último, pero, no menos importante Kouyou-kun está presente, ¿crees que no intervendrá?

-Creo que Ozaki tiene muy en orden sus prioridades – sonríe.

Carraspeo para interrumpir la charla.

-Las tengo, así que déjame explicar todo

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-Entonces, estás son las mejores crepas de la ciudad – sonríe observando su crepa.

-Lo son, traigo a mi hermanita a menudo – camino hacia una banca.

- Te creo – le muerde un pedazo – muy rica, pero

-Pero – trago el pedazo que recién mordí - ¿Qué?

-Pensaba que debería probar más sabores para poder estar seguro – pasa su dedo por la comisura de mis labios, abro los ojos al ver un poco de crema, me sonrojo; se lo lleva a su boca.

-Delicioso – creo que estoy más rojo que antes.

Mierda, mierda, ahora soy una colegiala, continúo comiendo, intentando disimular mi sonrojo.

Una vez que terminamos de comer, nos quedamos apreciando el paisaje por unos minutos en completo silencio, aunque, es cómodo, estoy acostumbrado al silencio, este silencio es distinto, porque siento su compañía, su mano enguantada envuelve la mía por completo, es obvia la diferencia de tamaños, es agradable.

Con delicadeza siento la suavidad de un pañuelo en mi pómulo.

-No llores – susurra – eres demasiado bonita para llorar.

-Lo siento – no me había percatado de que estaba llorando, pero es que, está acción de nuestras manos entrelazadas, me recuerda esos breves instantes de felicidad a su lado, cuando el tiempo se detenía para nosotros – no pretendía hacerlo, ni siquiera me percate de ello.

-Descuida – se levanta sin soltar mi mano, halándome hacia sí para que me ponga de pie – vamos.

-¿Eh? ¿A dónde?

- A un lugar más privado.

-Apenas nos conocemos – suelto sin pensar, a lo que él se ríe.

- No me refería a esa privacidad, aunque quizás en un futuro.

No hablo más, solo siento mi rostro arder, lo sigo.

Se mete en una cafetería, es pequeña, y casi vacía, llegamos a la mesa más apartada.

Ambos pedimos un café de momento.

-Chuuya, te dije que yo no miento – asiento, un tanto desconcertado por el cambio en el ambiente – es por lo que seré sincero contigo.

- No estoy comprendiendo, esto es desconcertante.

-Soy Ismaíl Kadaré, no te mentí en eso, ni en nada en realidad – suspira – jefe de la mafia albanesa.

Su ojo esta clavado en mí, mi expresión debe alertarlo ya que de inmediato toma mi mano.

-Me engañaste – siseo.

-No lo hice, simplemente no te dije quien era, escucha por favor – analizó nuestra platica y es cierto no me dijo más que su nombre, y yo no pregunte – nuestro encuentro fue casual, te reconocí, pero yo no quería conocer al Chuuya Nakahara ejecutivo de Port Mafia, yo quería conocer al verdadero Chuuya para saber realmente si valía la pena nosotros mostramos distintas facetas, utilizamos una máscara en nuestro trabajo porque sabemos que eso podría significar vivir o morir, así que necesitaba saber cómo eras realmente, sin deberes, lealtades, ni compromisos y funcionó. Eres una chica increíble.

-No lo soy – murmuro – agradezco está sinceridad, lo hago, créeme significa demasiado.

-Me alegra, escucharlo – con un gesto le habla al mesero - ¿ordenamos?

-Sí – le sonrió.

Durante la comida ignoro el constante vibrar de mi celular personal, no quiero arruinar el momento, y dado que no es el de trabajo todo puede esperar, algo me dice que ya tengo un favorito.

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Envió mensajes a chibi, aunque no responde, nunca sucede esto.

Me preocupa un poco, solo un poco; dado los acontecimientos recientes, he reconocido esa mirada perdida, el brillo de sus ojos demostraron el dolor por todo nuestro pasado; no me arrepiento de alejarme, yo era lo peor para Chuuya en ese instante.

Una y otra vez lo intento, incluso le marco, aunque es en vano, manda directo a buzón, lo cierto es que estoy comenzando a enojarme; no debo dejar que mis emociones me controlen, de lo contrario arruinare más las cosas.

Camino por mi habitación pensando en donde podría estar ese chibi.

-Aunque probablemente si lo veo me rompa un par de costillas – murmuro para mi – muy bien está decidido, alguien más debe hacer el trabajo.

Aunque está molesto, responde al segundo timbre.

-Akutagawa-kun, tengo una misión muy importante, una que solo tú puedes realizar – escucho la respuesta reacia del menor – escucha Akutagawa, no lo hagas por mí, sino por Chuuya, solo necesito saber que está a salvo y Arahabaki bajo control.

No tenía sentido darle rodeos al asunto, mi preocupación era real, y solo por eso Akutagawa hizo a un lado su molestia conmigo y decidió seguir mis ordenes, para comenzar a buscar a Chuuya, decidí enviarlo al lugar en donde se encuentra la tumba de Randou-san.

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-Fue un día agradable – caminamos por las calles nocturnas de Yokohama - ¿tienes trabajo?

-Día libre – sonrió – así que no debemos preocuparnos por la noche.

-Eso es bueno – saca un cigarrillo y me ofrece uno, lo acepto – entonces Chuuya, ¿algo más que desees hacer?

Esa pregunta me saco un poco de pensamientos, la forma en que me observo, aunque era una pregunta casual, se sintió más personal. Con todo el caos en mi vida, necesito un cambio, algo que siempre he deseado, pero no me animaba.

-Sí – le sostengo la mirada – quiero hacerme un tatuaje

-Entonces, vamos, yo invito.

Holi, he vuelto, sé que soy una mierda de persona pero es que todo mal en mi vida, no me da tiempo ni ganas de nada, pero sus comentarios me gustan y divierten así que dense vida.

Vidas ParalelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora