VEINTICUATRO

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Aunque aún no me había animado a hacerme un tatuaje, ya había estado indagando durante suficiente tiempo para saber con quién ir, así que dirigí el camino a ese lugar.

-Parece un buen lugar.

-Es el mejor estudio.

-Entonces, ¿ya decidiste que es lo que quieres?

-Sí, quiero algo que vaya en la cadera.

-Sexy – susurra en mi oído – digno de ti.

Siento mi rostro arder.

-Vamos dentro, que esto será tardado.

-Tenemos toda la noche – toma mi mano – aunque será más de una sesión, te acompañare a todas.

Al principio no querían atendernos, puesto que no tenía cita y el lugar estaba algo concurrido, hasta que use un poco de mi carta de presentación como ejecutivo de Port Mafia.

-Este es el diseño – le muestro la imagen – en la cadera.

-Pasa

Entramos a un pequeño cuarto, me quito de inmediato los pantalones y me preparo.

-Lindas piernas.

-Gracias – le guiño un ojo – cuando quieras.

-Te tomo la palabra.

Comienzan a trabajar en mi piel, la aguja es solo un leve dolor

-Tardará más de lo previsto, por si gustas hacerlo en más de una sesión.

-El tiempo no es problema, tenemos toda la noche

-El dinero tampoco es problema, te pagaremos un extra – sonríe y me acaricia suavemente mi pierna expuesta.

-Cuidado con lo que tocas – sonrió.

-Manos quietas – alza las manos.

-Mejor – suspiro, cierro los ojos y me relajo.

No sé en qué momento me dormí, pero lo que me despertó fue el sentir como un líquido frío tocaba mi piel.

-Terminamos – explica el tatuador sin interrumpir su trabajo.

-Gracias - observo el trabajo en mi piel y me encanta – quedo perfecto.

Quien me ayuda a levantarme es Ismaíl.

Sale junto al tatuador mientras me recoloco la ropa, no puedo dejar de sonreír y ver mi tatuaje, el rojo contrasta perfectamente contra lo blanco de mi piel, cubre además pequeñas cicatrices.

-Estoy listo – me acerco a Ismail.

-Entonces vamos, te acompaño a casa.

-No soy una dama en apuros.

-Lo sé, pero si eres una compañía agradable – toma mi mano, caminamos tranquilos – me recuerdas a alguien más

Me detengo, doy un paso más sin soltar su mano, solo quiero colocarme frente a él.

-Te gusta alguien – mis ojos están fijos en su rostro, noto el leve cambio que se deja ver, es mínimo, pero tantos años con Osamu y con Mori me han hecho perspicaz.

-Sí

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Digno de un ejecutivo de la mafia, Nakahara Chuuya es perspicaz.

-Digamos que conozco bien mi posición y mis ventajas – saco un cigarrillo - ¿te molesta?

-En absoluto – se encoge de hombros.

- ¿Gustas? – enciendo mi cigarrillo, a lo que asiente con una sonrisa, le paso uno y ella lo enciende con el mío – ella es una mujer fuerte, mordaz y decidida, nadie está en su liga y yo tengo deberes que atender.

- Eres el jefe, nadie debería obligarte a nada.

-La mafia albanesa es una asociación de costumbres, la familia y los clanes tienen un gran pesonecesito un heredero.

-Es absurdo – suspira – Mori no tiene hijos, y no los tendrá – murmura – nadie lo cuestiona, es una de las reglas de la mafia, nadie cuestiona las órdenes del jefe.

-En un futuro quizás deba aplicar esa – suelto una risa.

-Sí nos casamos eso haremos – su voz adquiere un tono juguetón.

-Trato hecho – le tomo la mano y acerco hacia mí, su espalda choca levemente con mi pecho, coloco mis manos alrededor de su cintura – al que se oponga le daremos una muerte cruel y despiadada, tú serás mi guardaespaldas y mano derecha.

- Soy esclavo de Port Mafia, mi lealtad está con ellos, son mi familia.

-No te estoy pidiendo que los traiciones – murmura al oído de Chuuya – este matrimonio sería la alianza definitiva y el primer paso para cambiar muchas cosas arcaicas de mi asociación.

-Suena bien – ladea ligeramente su rostro hacia el mío – aunque, no me es muy grato estar con alguien que no me ama.

-Para eso estoy aquí, para conocernos – lo beso.

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-Dazai-san – sonrió al ver a Chuuya coqueteando con alguien más – Chuuya-san se encuentra bien, solo está paseando por la ciudad

-Bien hecho Akutagawa-kun, ahora envíame una foto - no lo pienso simplemente le cuelgo.

-Era Dazai-san.

-Sí solo le dije lo que necesitaba saber

-Pero, Nakahara-san se puede molestar si se entera.

-No le dije exactamente en donde se encuentra Chuuya-san ni con quien esta, solo sabe que está a salvo.

-Eres muy considerado con los que te importan.

-Creías que era alguien sin corazón.

-Lo siento.

-No es tu culpa Jinko – le limpio con una servilleta la mejilla – es la imagen que debo proyectar siempre, así es en la mafia, no debemos mostrar el lado humano.

-Entiendo.

-Ahora me conocerás realmente.

Me acerco lentamente y le robo un beso, se sonroja.

-AkuAkutagawa – murmura – estamos en público.

-No importa, en estos momentos nadie sabe que eres una chica; y puedes decirme por mi nombre.

-Es demasiado raro.

-Entonces, ¿Por qué no me llamas por mi nombre?

-No tientes tu suerte Jinko – uso a Rashoumon colocándolo en su garganta, a lo que él palidece y suelto una risita – es broma -hago desaparecer a Rashoumon.

-No fue divertido – hace un puchero.

-Entonces me dirás Ryunnosuke o Ryu – le beso la mejilla – entiendes Atsushi.

-¿Eh?

-Me gusta cómo te sorprendes.

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Nota: sé que fue corto, pero, el próximo será más largo lo prometo, saludos, gracias por leer y comenten. El tatuaje de la imagen es el de Chuuya.

Vidas ParalelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora