Narra Eliza:
- Hola guarra-dice. Suena cansado.
- Qué te pasa?-pregunto.
- He estado entranando.
- Podemos quedar?
- Claro, paso a buscarte?
- Dentro de 30 minutos?
- Vale. Pasó algo?-pregunta, parece preocupado.
- No. Es solo que necesito hablar-cuelgo, sé que es de mala educación hacerlo sin despedirme pero de esta forma llegará antes.
20 minutos después está en la puerta de mi casa, lleva una camiseta de tiras blancas que deja totalmente al descubierto sus bronceados y musculosos brazos.
Me saluda con un movimiento de cabeza y subo al coche.
- A dónde quieres ir?-pregunta.
- A la cabaña-asiente, mientras estamos en el coche no hablamos. Es incómodo. Sé que no es la mejor idea, hay que ir en coche y mañana hay clase. Probablemente lleguemos tarde y mis padres se enfaden, mañana no podré con mi culo y acabaré por faltar a clase (algo que no me conviene en absoluto), pero es el único sitio que me parece apropiado para hablar algo así.
Pasamos entre los árboles, me golpeo con varias ramas y los zapatos se me llenan de barro.
- Estamos-dice cuando vemos el claro.
- Nos sentamos en la hierba?
- Vale.
- Jordan... No sé como decirte esto, pensarás que es una tontería y probablemente te enfades por haberte hecho venir hasta aquí pero... aquí es donde más cómoda me siento. Creo que es mi sitio preferido en el mundo. A ver, ahora que somos novios..-empieza a reirse. Lo miro sorprendida, qué le ha podido hacer tanta gracia? Tal vez no somos novios, tal vez es ahora cuando me confiesa que no le gusto lo más mínimo.
- Perdón-se disculpa- Pensé que ibas a decirme que no querías nada más, y en vez de eso te declaras mi novia.
- Lo dijiste ayer.
- Ah sí?
- Sí.
- No me acuerdo.
- Pues me la suda-digo enfadada. Me levanto, él tira de uno de mis brazos y consigue tirarme sobre él.
- Quieres ser mi novia?-no me da tiempo a responderle, me besa, es un beso corto pero intenso.
- Iba a decirte que no-digo y muerdo su labio suavemente.
- Qué ibas a decirme al principio?
- Somos novios, no?
- Sí.
- Pues, a ver, si somos novios se acabó esto de hablarnos un día sí y un día no. Se acabó lo de tener sexo y después pasarnos dos días evitándonos. Por no hablar de lo de ponernos celosos, como alguna zorra se te acerque la mataré pero no sin antes cortarte a ti la polla.
- Vale. Pero no esperes que sea yo el que siempre te hable.
- Ya. Y cuando sea borde no te enfades.
- No vas a poder prohibirme que beba.
- Ni tú a mí, cada uno es libre.
- Por dios no te conviertas en una de esas novias que se enfadan y no dicen porqué.
- Y tú deberías disimular los celos en público.
- No me hagas escoger nunca entre ti y mis amigos.
- Ten paciencia, me cuesta ser cariñosa, vamos a tener que ir poco a poco.
- Tú tienes que confiar en mí y no pienses que porque fuese un mujeriego lo nuestro está condenado al fracaso.
- No puedes ser mala persona, ni un capullo, porque no puedo salir con alguien así. Tienes que tratar bien a los demás.
- No puedes rebelarte contra todos o tendré que pelearme con muchos tíos.
- Me gusta que te preocupes pero no me puedes sobreproteger o me agobiaré.
- Las novias siempre van a los partidos y a las fiestas.
- Vale, pero ese no puede ser todo nuestro mundo. Me niego a caer en una rutina.
- Te quiero.
- Yo estoy jodidamente enamorada de ti.
- No sé cuanto va a durar esto, pero espero que mucho.
- Menudas cursiladas de mierda.
- Si te encantan.
- Me encantas tú-digo y lo beso.
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Huracán.
Teen FictionEl verano. Menos de tres meses de sol, playa y vacaciones. Pero el verano no es solo una estación cualquiera sinónimo de descanso, también es época de cambios, de experimentar, de mejorar y aprender. En dos meses pasó de ser tímida y callada a rebel...