Huracán.

Zorras.

- Eliza!-escucho como una voz aguda grita mi nombre. Me giro, la voz aguda pertenece a una chica rubia, alta y excesivamente delgada vestida con el uniforme de las animadoras.
- Quién eres?-intento no reirme mientras se lo pregunto pero es tarea difícil. Esa chica es un cliché en persona.
- Así que tú y Jordan, eh?-juega con un mechón de su larga melena.- Es un super cotilleo, o sea, estáis en boca de todos.
- Lo he notado.
- Supongo que ahora que perteneces a la élite seremos amigas.
- Perdona?
- Estás es nuestro círculo preciosa. Y si quieres durar más de un día con Jordan deberías llevarte bien con sus amigos.
- Por?
- Cómo si no vas a envitar que te engañe?
- Jordan no me va a engañar.
- Querida...-dice y suelta una carcajada.- Deberías estar más que agradecida por ser su primera novia seria, pero seamos sincera, o sea, hay como 300 tías detrás de Jordan, algunas de ellas son las más deseadas del instituto, y aunque tú ahora también eres considerada una tía buena, qué tienes tú que no tengamos nosotras?
- Nosotras?
- Nadie lo entiende. Todas sabíamos que a Jordan le iba a costar comprometerse pero cuando lo hiciese no pensamos que fuese con alguien como tú.
- Por desgracia para todas las putitas lo ha hecho.
- Cariño, no duraréis nada, o sea, no eres lo que necesita.
- Y qué necesita? Una novia porrista que sea reina del baile de fin de curso?
- Exactamente. No creo que le agrades a sus padres.
- Sus padres no están nunca.
- Por eso, no lo has pensado eh? Él solo está con la chica mala de turno para disgustar a sus padres-intento contenerme, cuento hasta diez mentalmente. Me tiraría sobre ella y empezaría a pegarle puñetazos hasta que esa bonita nariz operada se le hundiese.
- Que poco me conoces pequeña barbie, y que poco lo conoces a él-intenta interrumpirme pero la ignoro- Estás celosa, lo entiendo, me ha tocado el premio gordo y ni tú ni ninguna de las zorritas de tus amigas tenéis la más mínima posibilidad. Supongo que tiene que ser una gran mierda, eh?
- Una gran mierda qué?
- Haberte convertido en una especie de monstruito con nariz operada, melena rubia y tetas enormes y que aún así no te quiera. Todo ese ejercicio, todas esas dietas, todo el tiempo que le has dedicado a tu cuerpo y a vestir a la moda no ha servido para nada, porque él me ha escogido a mí. Y a diferencia de ti yo no he tenido que fingir ni un segundo. - Eres una mala zorra.
- Sí, pero soy la zorra de Jordan-se da la vuelta enfadada y camina haciendo demasiado ruido. Quedan tres minutos para que suene el timbre pero no me apetece nada ir a clase.
Aunque queda poco para los examenes finales decido escaparme, esa rubia estúpida ha conseguido ponerme de mal humor.