46. Cambios de humor

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—Ya estoy aquí, me demoré un poco en la... —La voz de Christopher se apaga poco a poco al entrar a la cocina y no ver a su esposa cómo todas las mañanas, un poco confundido, él camina hacia su habitación y la ve ahí, recostada en la cama, abrazando su almohada y mirando por la ventana las cortinas moverse de un lado al otro por la pequeña corriente de aire —¿______? ¿Te encuentras bien? —Pregunta él mientras se acerca a la cama, se sienta a un lado y la mira a los ojos, están hinchados y apenas los mantiene abiertos —¿Te ocurre algo? ¿Estás bien? —Preguntó con preocupación, ella solo asintió con su cabeza lentamente

Pasaban de las 9 am, era muy raro que ella siguiera en la cama, siempre solía ser muy activa y desde las 7 ella ya estaba limpiando la cocina o haciendo cualquier actividad de su día

—¿Qué ocurre? Dime que te pasa —Dijo Christopher un poco asustado, ella solo niega

—Estoy bien... Solo no amanecí como siempre —Le responde ella en voz muy baja, casi como un susurro

—¿Te encuentras mal? ¿Quieres que llame al médico? —Cuestionó Christopher y su esposa niega mientras trata de ponerse de pie, ella evita a toda costa mirarlo, cruzas miradas siquiera le causaba pesar, pero él parecía querer mirarla a como diera lugar

—En unos minutos te hago el desayuno —Contesta ella mientras se trata de incorporar, pero Christopher la detiene

—No no, descansa, si no te sientes muy bien, quédate en la cama, tranquila —Le comenta Christopher mientras la hace volverse a acostar, ella vuelve a su posición, mirando hacia la ventana —Dime ¿Necesitas algo? ¿Es por el bebé? —Preguntó él con rapidez, ella solo niega

—Quisiera estar sola y descansar, por favor... Déjame, Christopher —Contestó ella mientras trata de cerrar los ojos

—¿Pasó algo ayer? ¿Por qué tus ojos están hinchados? ¿Lloraste? Por favor, contestame —Pidió Chris

—Solo quiero dormir, por favor —Suplicó con la voz temblorosa, Christopher asintió al verla así, se acerca a ella y le deja un beso en la mejilla

—Vendre a cada rato para ver si necesitas algo, okey? Descansa —Dijo Christopher antes de salir de la casa, dejando a su esposa ahí, recostada y con ganas de continuar su llanto de anoche.

Se había despertado desanimada, no se percató a qué hora se había quedado dormida, sintió el beso en su mejilla y nada más. Esa mañana se sentía devastada, no quería siquiera moverse, trataba de reparar su corazón.
















|Dos semanas después|

—En verdad estoy preocupado, no entiendo cómo es que sigue igual —Platicó Christopher a Margaret, mientras que ella lavaba los platos de la comida —Ya la lleve al médico, pero dice que todo está bien, ya la traté de convencer de que salga de la cama, pero se niega... Apenas y dice tres palabras, no es la misma de siempre, no es mi esposa la alegre que se pasea por toda la casa con una gran sonrisa y bailando por la música de la radio... Sus únicos movimientos es levantarse a hacer el desayuno, el almuerzo y la cena... Los cuales parece que no compartimos, ella no come conmigo, en verdad no lo entiendo — Le contó él con la esperanza de que pudiera darle algún consejo o siquiera una palabra de apoyo

—No te preocupes Chris, a veces las mujeres cambiamos de humor durante el embarazo, tenemos etapas y tal vez ella no está pasando por una muy buena... Tranquilo, solo mantente al tanto con ella —Le comenta Margaret, Christopher asintió mientras mil y un pensamientos pasaban por su cabeza, pero en dónde la mayoría su esposa era la protagonista

—Si, creo que tienes razón, yo seguiré al pendiente de ella, no quisiera que ella se sintiera sola o algo por el estilo... De hecho, estaba pensando en ir al condado vecino a buscar un espejo grande, desde que ella llegó, quería un tocador, tiene una pequeña mesita que tú le regalaste dónde pone sus cosas, pero pienso hacerle un tocador para ella sola, voy a buscar las cosas más tarde, empezaré mañana a fabricarlo, tal vez me tarde unos cuantos días, pero estará listo para ella, entonces, tengo que irme ahora sí quiero darme prisa, hasta luego Margaret —Christopher se despidió de ella y caminó hacia su casa, preguntaría a su esposa si no necesitaba nada más porque se iría por un par de minutos.
Entra a su casa y cómo era costumbre, su esposa no se encontraba en la sala o cocina, camina hacia su habitación y entra, pero ella yo está ahí, su vista se dirige al viejo armario, dónde tenía las puertas abiertas, rápidamente se da la vuelta y trata de abrir la puerta del baño, pero está tenía seguro, Christopher sintió alivio instantáneo...

A tu lado ||C.V&TÚ||TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora