A tu lado ||C.V&TÚ||TERMINADA

48. Apagarse

|Narra Christopher|

—Te hice un sándwich, anda, tienes que comer algo —Dije mientras me sentaba a su lado en la cama, ella solo negó muy suavemente mientras que su vista seguía perdida, parecía desorientada y sus ojos apenas y se abrían de lo hinchados que estaban —Anda, por favor, cómetelo —Pedí mientras acercaba el plato, ella se gira en la cama y me da la espalda, dejo salir un suspiro pesado y niego

Lleva una semanas así, sin ganas de moverse, sin poderse poner de pie, no comiendo ni bebiendo nada, apenas y respirando.
Desde aquel terrible día, ella ya no ha vuelvo a ser ni la sombra de lo que solía ser, lleva una semana aquí, postrada en la cama llorando, apenas y puede pararse para ir al baño, le traigo la comida que Margaret prepara y no prueba nada, lo único que ha comido en la semana fue un pedazo de plátano frito... Porque ese fue su único antojo estando embarazada, bebió agua, al menos un vaso al día.
Verla en ese estado, me hace sentir terrible, ni siquiera quiso ir al médico al día siguiente del accidente, no quería pararse.

—¿Quieres más agua? ¿Qué se te antoja para almorzar hoy? —Pregunté, pero ella solo me ignora, me acerque a ella y dejé un beso en su frente —Vendre más tarde, por si me necesitas —Le comenté antes de ponerme de pie

—No te necesito —Responde ella en voz baja, deje salir un suspiro antes de irme de la habitación, todo estaba mal, todo se nos había ido al carajo en solo un par de días
Ni siquiera quiso ir al médico después de lo ocurrido, no quiso que nadie supiera lo que había pasado, quería mantenerse alejada de todos, se sentía avergonzada.
Ahora solo estaba ahí, acostada, pensado en aquello, recordandoselo a cada momento y dejando salir el llanto sin temor, tuve que sacar el cunero de la casa, porque si lo veía, aún más triste se ponía

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—Es que no se que hacer, ella no quiere ni hablarme, solo llora y llora, no se que hacer —Comenté a Margaret mientras ayudaba a mover al ganado

—Es comprensible, Christopher... Perdió lo que le daba luz, era más que claro que iba a apagarse —Responde Margaret —¿Ya comió? ¿Aunque sea una probada? —Preguntó Margaret y yo negué

—No, le acercó la comida, se la doy prácticamente en la boca y sigue sin querer nada, en verdad estoy muy asustado... No quiero que nada malo le pase a ella, puede enfermar —Dije con un poco de miedo, Margaret niega

—Ni Dios quiera, Chris —Contesta Margaret con angustia —Iré a verla más tarde, le llevaré comida y trataré de que coma, aunque sea un poco —Añadió y yo asentí

—Gracia, enserio —Agradecí

—Pero, debes entender que ella no va a cambiar su humor de un momento a otro... Ella aún es muy jovencita para entender esto, perdió a su primer bebé, con el que tan ilusionada estaba, no es fácil para nadie —Comentó Margaret y yo asentí mientras la miraba, sabía que Margaret podría entender perfectamente lo que le pasaba a mi esposa en este momento, no había mejor persona para que hablará

—Si no logras hacerlo, tendré que traer otra arma a ver si sirve —Añadí mientras pensaba en que hacer.

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—Hola, cariño —Dijo Margaret con delicadeza mientras entra a nuestra habitación, yo me quedo afuera, tratando de escuchar si hablar con Margaret funcionaria

—Hola —Alcanzó a decir

—Mira, hice un poco de Carne con verduras, hay arroz y puré de papá ¿No sé te antoja? —Pregunta Margaret en un tono amable —Anda, prueba un poquito, aunque sea solo el puré, si? —Añadió Margaret a lo que un par de segundos después, escuché como chocaba la cuchara en el plato —¿Está rico? ¿Te gusta? —Preguntó Margaret

—Lo que cocinas siempre es muy rico —Dijo ella en voz muy baja

—Muchas gracias cariño, aunque tú no te quedas atrás, siempre eres tan innovadora y una excelente ama de casa... Chris se sacó la lotería al casarse contigo —Comentó Margaret, instintivamente sonreí al escucharla... Margaret no mentía, tenía una esposa que muchos desearían, pero solo era mía

—Y yo un boleto para la miseria —Le responde ella con pesar

—¿Qué? ¿Por qué dices eso, cariño? —Preguntó Margaret con preocupación

—Christopher no ha hecho otra cosa más que hacerme sentir miserable desde que llegué... Es un mentiroso, un traidor y... —Le llanto nuevamente se hace presente en ella, siento mi corazón hacerse pequeño de solo escuchar lo que ella decía —Yo no soy, ni seré la esposa que él quiere, soy la única opción que le quedó, fui su esposa por obligación... No porque él me quisiera...